A finales de febrero y a principios de marzo llevé a dos grupos de familiares y amigos a mi sitio arqueológico favorito. Durante los últimos quince años probablemente he visitado Dzibilchaltún más de 20 veces, pero estos dos últimos viajes me ofrecieron nueva información sobre este fenomenal sitio.
Durante mi primera visita en el lejano 2004, estaba absorto con el conocimiento tan alto de los mayas. Su conocimiento de astronomía estaba siglos más avanzado que Europa. Estas “primitivas” personas podían predecir correctamente eventos celestiales con una exactitud que se iguala a las mejores computadores de hoy en día.
Toda esta ciencia y tecnología se ve reflejada en las icónicas fotos del sol pasando por el medio del Templo de las Siete Muñecas los días del equinoccio de primavera y otoño. Pero eso es meramente la punta del iceberg de toda la historia de este sitio. Es mucho más que eso.
En la primera visita de este año, nuestro grupo se componía de dos visitantes de Arizona, mi esposa y yo. Para tener una mejor explicación contratamos a un guía. Optamos por el recorrido largo, aproximadamente 90 minutos. Nuestro guía habló de la historia del sitio, pero también se tomo el tiempo para introducirnos a la biodiversidad del mundo maya. Nos enseñó a las abejas sin aguijón de la región. También nos mostró las plantas y árboles nativos que se utilizaban para medicinas y otras que tenían una gran importancia en la vida diaria. Definitivamente la presentación del guía sumo gratamente nuestro aprecio a este sitio tan maravilloso.
En nuestra siguiente visita, fuimos con familiares de Pennsylvania. Nuevamente contratamos a un guía para el tour, ya que el guía de la visita anterior demostró ser realmente informativo. El segundo guía se enfocó a la historia del sitio, mucho más que el primer guía. Aprendimos que el Templo de las Siete Muñecas fue descubierto al quitar los escombros de una estructura que habían construido sobre ella. El templo original data aproximadamente del 300 A.D., mientras que la otra estructura había sido construida alrededor del segundo siglo después de cristo.
Como aprendimos ese día, el Templo de las Siete Muñecas no es solamente un lugar para ver como pasa el sol durante el equinoccio, pero también el lugar donde se ve el sol salir en los solsticios de verano e invierno. La exactitud de la construcción de este templo no se debe sobreestimar, no por nada sigue en pie después de más de 2000 años. No por nada nuestros visitantes de Tucson dijeron que puedes sentir la energía de este lugar en el momento en que entrás por el sacbé (camino blanco), que recorre todo el sitio a lo largo.
Uno diría que después de visitar el sitio varias veces durante años se hartaría, pero en este caso no. Dzibilchaltún continua teniendo mucho por ofrecer, tanto para los nuevos visitantes como para los que han ido en varias ocasiones.
Por Gil Beyer
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