Siete maravillas yucatecas, 7 maravillas yucatecas que todo visitante debe conocer.
Seguro alguna vez oíste hablar de las Siete Maravillas del Mundo, una colección de portentos arquitectónicos del mundo antiguo que asombraron su tiempo: la Gran Pirámide de Giza, los Jardines Colgantes de Babilonia y el Coloso de Rodas, por ejemplo. Más recientemente, en 2007, se hizo una nueva lista llamada de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, que incluyó a la Pirámide de Kukulcán en Chichén Itzá. Pero si te fijas bien, en Yucatán estamos rodeados de maravillas. Hoy quiero compartirte mi elección personal, mis maravillas, en las que el orden no implica importancia; tan relevante es el uno como el siete, la primera como la última. ¡Vamos!
El Codz Pop (Kabah)
Los mayas inventaron el barroco antes que los europeos, y para prueba un edificio: el Codz Pop. Se trata de una estructura monumental que en su momento de esplendor (siglos VIII al X) tuvo hasta 300 mascarones de Chaac en sus paredes. El Codz Pop se encuentra en Kabah, sitio de la Ruta Puuc cuya entrada estaba marcada por un arco que era el inicio (o fin) de un sacbé de veinte kilómetros que iba hasta Uxmal. Llegar a la ciudad y contemplar ambos edificios debió ser impresionante. Todavía lo es.
El Monumento a la Patria (Mérida)
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¿Quién no se ha tomado una foto aquí? Su figura es uno de los símbolos de Mérida. Erigido entre 1945 y 1956, con diseño arquitectónico de Manuel Amábilis, la circunferencia del Monumento a la Patria es una lección de historia: más de 300 personajes de México, desde la fundación de Tenochtitlán hasta la primera mitad del siglo 20, adornan sus 14 metros de altura y 40 metros de diámetro. Y lo más impresionante: todas fueron talladas a mano por el escultor Rómulo Rozo.
El Puerto de Altura o Muelle Fiscal de Progreso
Desde la costa norte yucateca, una extensa lengua de concreto se adentra al mar. Es el muelle fiscal del puerto de Progreso de Castro, cuya dimensión permite atracar barcos enormes, como buques de carga y cruceros. Su inicio fue modesto: construido por una empresa danesa entre 1939 y 1941, medía "escasos" dos mil metros, pero ampliaciones posteriores lo alargaron hasta los 8.1 kilómetros, que lo hacen el muelle más largo del mundo. Para darte una idea de su tamaño: Isla Mujeres mide casi siete kilómetros de extensión, es decir, ese tramo de paraíso del Caribe mexicano cabe en el muelle... y sobra muelle.
El Convento de San Antonio de Padua (Izamal)
Fundado por la orden franciscana, el convento de Izamal se asienta sobre una antigua estructura maya de la ciudad prehispánica de Itzmal. Su fachada es austera pero sus dimensiones son monumentales: su atrio es el segundo más grande del mundo (sólo lo supera la Plaza de San Pedro, en El Vaticano), tiene 75 arcos, cuatro capillas posas y dos claustros. Alberga un secreto en su parte posterior: el camarín de la Virgen de la Purísima Concepción, el más antiguo de su tipo en el continente. Los atardeceres desde aquí son espectaculares.
La casa tradicional maya
Hay maravillas que destacan por su sencillez. Ése es el caso de la casa tradicional maya, cuyo diseño data de tiempos prehispánicos y aún persiste en nuestro Yucatán. De hecho, hoy día es objeto de estudio y admiración ya que por su forma permite el flujo de aire y sus materiales son ecológicos: madera, huano, barro y tierra, elementos sencillos que reflejan una manera de ver el mundo y relacionarse con el entorno. La casa tradicional maya es una maravilla cotidiana que puedes encontrar a la vuelta de la esquina.
La cochinita pibil
Hay maravillas que seducen al paladar y caben en una tortilla o una barra de pan: la carne jugosa de la cochinita acompañada de cebolla morada y chilito habanero satisfacen el cuerpo y el alma. En su receta se conjugan el saber tradicional maya con ingredientes hispanos. Se elabora con carne de cerdo adobada en achiote, envuelta en hoja de plátano y cocinada en un horno de tierra. Según viejas crónicas, se hacía con carne de faisán, jabalí o venado, que fueron reemplazados por cerdos traídos por los españoles. ¿Qué sería del domingo sin la cochinita?
Los equinoccios en Chichén Itzá y Dzibilchaltún
El equinoccio es un fenómeno natural que ocurre cada año en todo el mundo en dos épocas, primavera y otoño. Marca la transición entre estaciones, y en esa ocasión el día y la noche duran lo mismo. Pero en Yucatán la fecha adquiere un carácter aun más especial ya que, gracias a la mezcla de conocimiento astronómico y pericia arquitectónica de los antiguos mayas, se puede seguir al sol en su jornada: por la mañana, al amanecer, el disco solar asoma por el acceso principal del Templo de las Muñecas en Dzibilchaltún. Por la tarde, su luz oblicua proyecta la sombra de Kukulcán, la serpiente emplumada, sobre la pirámide principal de Chichén Itzá. ¡Maravilloso!
¿Te parecen suficientes? A mí tampoco, por eso te dejo dos más. Éstas, en vez de ser hechas por manos humanas, fueron creadas por la naturaleza y son igualmente dignas de admirarse:
Los cenotes
La Península de Yucatán no tiene ríos y apenas una que otra laguna, pero no carece de agua. En todo el estado, pero particularmente en el llamado anillo de cenotes, abundan estas piscinas naturales que los antiguos mayas relacionaban con la entrada al inframundo o Xibalbá. Los cenotes (del maya dzonot, "abismo") son formaciones naturales causadas por la erosión del agua sobre la piedra kárstica que conforma el suelo peninsular. La manera más común de clasificarlos es por su estructura (abiertos, semiabiertos o cerrados), y, aunque cada quién seguramente tendrá su tipo favorito, lo cierto es que todos son atractivos. “Bañarse” en un cenote es uno de los (maravillosos) placeres que tenemos en Yucatán.
Los flamencos en la Ría Lagartos
Los antiguos griegos se referían al amanecer como la "aurora de rosáceos dedos" por el tono rosa del cielo y las nubes. Y aunque Yucatán destaca por la paleta de colores de sus atardeceres, en realidad aquí podemos ver "nubes" rosadas casi a cualquier hora del día, posadas en las salinas, balanceándose flotando en las aguas de la ría o desplazándose a baja altura cuando emprenden el vuelo. La marea rosa que vemos en Ría Lagartos es por la multitud de flamencos del Caribe (Phoenicopterus ruber), que acuden a esta reserva natural entre primavera y verano para reproducirse y alimentarse. Observar estas aves de plumaje brillante mientras mantienen grácil y frágil equilibrio en sus delgadas patas, es un colorido milagro de la naturaleza.
Ahora te toca a ti: ¿cuáles son tus maravillas personales de Yucatán?
Fotografía por Maggie Rosado, Natalia Bejarano Calero, Tania Lopez Loria, Juan Manuel Mier y Teran, y Yucatán Today, para su uso en Yucatán Today.
Publicado por primera vez en la revista impresa y digital Yucatán Today, edición no. 445 de enero de 2025.
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