Llegué a Yucatán a finales de 2016, tras pasar mi primer Día de Muertos en Oaxaca, que es prácticamente la capital del Día de Muertos en México. La verdad es que asumí que Yucatán no sería diferente a Oaxaca a la hora de celebrar este día tan importante. Imagínense mi sorpresa al año siguiente, cuando comencé a escuchar acerca del Hanal Pixán.

 

Estando en Oaxaca, nos tocó vivir casi un mes de emoción previo al Día de Muertos: altares coloridos en cafés, tiendas y galerías; disfraces aterradores en las tiendas; fuegos artificiales, procesiones y una afluencia de personas. El Hanal Pixán no tiene nada de eso, es menos vistoso, menos fiesta y más un asunto familiar privado que se celebra en comunidad. Vivir aquí y experimentarlo es un verdadero honor.

 

Altares y Procesiones

Odio admitirlo, pero la primera vez que llevé a mi familia a la Plaza Grande para la muestra de altares quedamos un poco decepcionados. Esperábamos colores, calaveras y alegría. Aprendimos que ese no es el estilo aquí. En Yucatán, necesitas mirar con mayor detenimiento; debes abrir tu mente y corazón para dejar entrar la usanza maya. Necesitas recordar la historia y cultura de esta región y olvidar las imágenes del desfile de la Ciudad de México que viste en la película de James Bond. Si miras (o incluso te unes) a un Paseo de las Ánimas aquí, sentirás la gravedad y la solemnidad de esta celebración que todavía forma parte de la vida yucateca y que te cambiará para siempre. 

 

Los altares pueden ser más sobrios en Yucatán, pero también ostentan una belleza tranquila y elegante. Si bien el enfoque sigue en los antepasados ​​de una familia, es más probable que estén en el hogar que en el cementerio. Por lo tanto, la exhibición que verás en la Plaza se asemeja a la escena de un pueblito.

 

 

Alimentando a los Antepasados

Hanal Pixán en maya significa “comida de las ánimas” y la traducción nos da una buena idea de lo que es importante aquí: la comida y su preparación. Para julio, la gente empieza a hablar del mucbilpollo, o pib, una especie de tamal increíblemente delicioso y esperado por todos, que se cocina bajo tierra envuelto en hojas de plátano. De hecho, ¡incluso hay un pequeño festival del pib en octubre! En realidad, el pib está destinado a ser una ofrenda para los muertos. Los vivos pueden comerlo sólo después de que se haya hecho la ofrenda, así que supongo que el festival es una forma de asegurar que los no-muertos (jaja) puedan disfrutarlo antes de que el Hanal Pixán los obligue a ofrecerlo.

 

Además de la ofrenda de pib, encontrarás siete jícaras llenas de diversas bebidas, incluyendo atole nuevo (una deliciosa bebida de maíz) y chocolate y, tal y como se usa en todo el país, la comida favorita de los antepasados, ​​para tentarlos a regresar. Por supuesto, el altar también lleva fotos de los antepasados, velas y flores silvestres yucatecas de temporada. Algunas de estas son el X’té (amaranto globo), el X’pujuk (una variedad local de cempasúchil) y las virginias o zinnias. 

 

 

 

Editorial por Cassie Pearse
Escritora y bloggera independiente de origen británico. Cuenta con estudios por la Universidad de Oxford y SOAS, Universidad de Londres. Actualmente explora Yucatán en compañía de su esposo e hijos.

 

 

 

Fotografía por Juan Manuel Mier y Terán para su uso en Yucatán Today.

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