Cenotes con niños: aventura y seguridad

Sin lugar a dudas, nadie puede visitar Yucatán y marcharse sin haber estado en un cenote: lugares únicos, sagrados, enigmáticos, y con aguas cristalinas, que pueden ser abiertos, cerrados, someros, profundos, tranquilos, con ligeras corrientes, algunas veces extremos y un largo etcétera que querrás tomar en cuenta si estás viajando con niños. Esto, con el único fin de prever ciertas situaciones, por tu seguridad y la de ellos, y sobre todo para hacer de esta experiencia una gran aventura.  

El acceso a los cenotes

Antes de visitar un cenote, infórmate bien sobre las condiciones en las que se encuentra; lo primero que deberás averiguar es si es de fácil acceso, si cuenta con escaleras y si éstas tienen barandal. Aun así, siempre ve tú delante de ellos cuando bajen; si llegaran a resbalar o tropezar es más fácil evitar una caída aparatosa.   

Asegúrate de que usen el calzado adecuado 

La mejor manera de proteger los pies de los más pequeños es que usen zapatos especiales para sumergir en el agua: les ayudarán a caminar sin temor a que las piedritas les lastimen o el verdín dentro del agua los asuste, y a tener mejor agarre bajando escaleras. Además, no tendrás que preocuparte de quitarlos y ponerlos cada que quieran entrar al agua. Evita a toda costa las “sayonaras” o chanclas de pata de gallo; al contacto con el agua se pueden convertir en un resbalón que, en el mejor de los casos, les dará un susto enorme.  

Considera la profundidad y déjalos tomar confianza

Éste es un punto de suma importancia. Bajo ningún motivo te arriesgues a meter a tus hijos si no saben nadar y sin protección; mi abuelita siempre decía que las desgracias suceden en segundos, así que toma en cuenta si el cenote que estás pensando visitar cuenta con suficientes chalecos salvavidas para niños (que les ajusten bien) y/o personal capacitado para auxiliarte en una emergencia. Ahora que, aunque tus hijos ya sepan nadar, no está de más siempre estar al pendiente y permanecer cerca de ellos por si requieren que los auxilies. Jamás los obligues a entrar al agua si ellos no lo desean y mucho menos los empujes o avientes; hacerlo puede provocar una muy mala experiencia. No arruines sus vacaciones ni las tuyas; dales mejor la confianza de que pueden hacerlo y que lo más importante es que lo disfruten.  

Clavados y temperatura

Si tus niños gustan de echarse clavados, lo pueden hacer siempre y cuando el cenote lo permita o tenga las condiciones para hacerlo. Éstos regularmente cuentan con plataformas de cemento o madera y dependiendo de la profundidad del agua es la altura a la que se encuentran. Asegúrate de que tus hijos tengan la habilidad para lanzarse y salir a flote sin problema. Nunca los lances u obligues a hacerlo; una mala caída puede ser fatal. Asegúrate también de estar tú dentro del agua y cerca de donde vayan a salir una vez que se sumerjan para auxiliarlos en caso de ser necesario; si el equipo de Red Bull de clavados de altura lo hace, ¿ustedes por qué no?.

Otra cosa a tomar en cuenta es la temperatura del agua que oscila entre los 24 y 25 grados centígrados. Podrá parecer muy fresca en el clima de la Península, pero si los niños están secos y acalorados, el cambio súbito de temperatura puede provocar que los pulmones se llenen de aire de manera natural y los haga sentir que no pueden respirar, asustándolos; para ellos, siempre será mejor entrar al agua de manera paulatina y no de un chapuzón.  

Descubriendo nuevos mundos

Si nadan, mejora su experiencia con un visor con snorkel y una lámpara acuática. Si afuera hay un mundo, ¡debajo del agua también! Podrán apreciar los peces que habitan en los cenotes, las formaciones rocosas, cuevas y túneles que podría haber. También puedes hacer que miren hacia arriba y observen las diferentes bóvedas repletas de estalactitas (si el cenote cuenta con ellas); hay un sin fin de formas y colores que pueden descubrir y que estoy segura despertará su imaginación.  

Hidratación y energía

La hidratación también es importante. Aunque estemos rodeados de agua y refrescándonos en ella, no significa que no tengamos que beberla. El desgaste de energía y la deshidratación que implica la visita a un cenote es casi de ley, así que hidrata a tus pequeños siempre con agua, dales un pequeño refrigerio (fruta, sándwich, cacahuates) y, por qué no, hasta un “boli” (congelada) de piña, coco, cacahuate (mi favorito), mango o alguna fruta de temporada; los vendedores de estas delicias casi siempre están presentes fuera del cenote.  

Respeto, seguridad y conservación

Aunque para los niños ir al cenote pudiera ser una aventura sin límites, es importante que los marques: hazles saber la importancia de respetar y conservar estos lugares, de no destruir, tocar, colgarse de raíces y estalactitas, arrojar objetos, rocas y mucho menos basura. Recuerda que estas actividades son el semillero de muchas acciones que pueden o no repetir en el futuro.  

Obedece (y asegúrate de que tus pequeños obedezcan) los señalamientos e indicaciones del salvavidas o guardianes de los cenotes. No dejes que los niños escalen o se sostengan de las piedras, ya que podrían resbalarse, dañarlas, encontrarse con algún animalito o, peor todavía, tocar excremento de murciélago u otras alimañas.

  Procura siempre enjuagarte antes de entrar al agua. Talla ligeramente tus brazos, piernas, cara y axilas para retirar crema, bloqueador, desodorante, etc. Si visitarás un cenote abierto, olvídate de usar bloqueador y mejor invierte en una playera con protección UV; así los mantendrás más seguros por más tiempo y, si tienen que usar chaleco ¡adiós rozaduras! Y además contribuirán de manera más efectiva a la conservación de los cenotes.  

Algunas opciones

Quizá desees comenzar con algún cenote que tenga parador (es decir, servicios como cambiadores, restaurante, tienditas, etc.); si es así, considera opciones como Santa Bárbara, Hacienda Mucuyché, Tsukán, Cenote Pueblo Fantasma, Sac Aua, Palomitas, Agua Dulce, Kikil o Hacienda Kampepén. Si tus niños son más aventados, Suhem, Noh Mozon y San Ignacio también son buenas opciones. También puedes consultar nuestra guía de cenotes para ver más opciones en categorías diferentes. 

Ahora si, ¿están listos? ¡Pues al agua, patos! Maravíllense y disfruten lo que cada cenote tiene para ustedes, sea grande, pequeño, rústico, turístico…