
El muñeco es presentado al dios Sol y dado en ofrenda al dios de la lluvia. Se queman hierbas de olor y anís, y se mantiene el fuego sagrado por espacio de una hora. Mientras tanto, el brujo reparte entre los concurrentes balché, que es un aguardiente muy embriagante, con el fin de que los humanos no se den cuenta del momento en que bajan los dioses a la tierra.
La ceremonia debe llevarse a efecto cuando el sol está en el medio del cielo. Al llegar esta hora, el brujo hace una herida en el dedo meñique del amo de la milpa, la exprime y deja caer nueve gotas de sangre en un agujero hecho en la mano derecha del muñeco, agujero que llega hasta el codo.
El men cierra el orificio de la mano del muñeco, y con voz imperativa le dice a éste: «Hoy comienza tu vida. Este (señalando al dueño), es tu señor y amo. Obediencia, canancol, obediencia… Que los dioses te castigarán si no cumples. Esta milpa es tuya. Debes castigar al intruso y al ladrón. Aquí está tu arma». En el acto coloca en la mano derecha del muñeco una piedra.
Durante la quema y el crecimiento de la milpa, el canancol está cubierto con guano de palmas; pero cuando el fruto comienza a despuntar, se descubre.
Cuenta la gente sencilla que el travieso o ladrón que trate de robar, recibe pedradas mortales. Por eso, en las milpas donde hay canancoles nunca roban nada.
Después de la cosecha se hace un hanincol (comida de milpa) en honor del canancol.
Terminada la ceremonia, se derrite el muñeco y la cera se utiliza para hacer velas, que se queman ya en el altar pagano, ya en el altar cristiano.
Leyenda tomada del libro El Alma de Campeche en la Leyenda Maya, de Elsie Encarnación Medina E.
Colaboración de Yurina Fernández Noa ([email protected])
Entradas relacionadas
Esta entrada también está disponible en: EN
Un comentario
Existen secretos que ya se han olvidado, y uno de ellos es precisamente el del canancol, el guardián de la milpa, cuando un hombre tenia buenas cosechas, el fruto de su trabajo, a veces era envidiado y robado por aquellos que acostumbran tenerlo sin esfuerzo y aquí es donde el dueño de la parcela llama a un H´men, el que sabe, y le encargaba la elaboración de un guardián de la milpa, llegado aun acuerdo de la paga, el cual consistía en especie y algunas monedas más, el H´men se daba a la tarea de hacer un canancol, trabajo difícil y prolongado, para esto utilizaba solo elementos de la naturaleza como maíz, frijol, cera, miel, frijoles, y partes de animales, de tal manera que adquiera las cualidades necesarias, como; ser mas rápido que el venado, oír mas que un gato, la fuerza de un tigre, la vista de un búho, el corazón de una paloma, rezos y plegarias, y todo lo necesario para cumplir el trabajo y obediencia al dueño, las leyendas confirman este hecho, pero no mencionan los alcances, los términos, ni el probable imprevisto como enfermedades repentinas sin posible cura, pero conocidas por los hombres antiguos, es también por eso que existen seres libres ahora llamados aluxes, y que son confundidos con los seres del monte, que también son guardianes de la selva y de los animales Yumkas, el desconocimiento de esto es solo producto del olvido, pero sigue siendo real.
Con respeto: Alejandro canche
esta genial
Esta genial esta historia, ya la he leido 2 veces y esta chida.
Es una leyenda muy bonita, me gusta y en Tabasco yo lo conocía como espanta pájaros y no sabía ninguna leyenda sobre él.