Una de las grandes sorpresas de los calendarios mayas es que, a diferencia del calendario gregoriano que nos rige en el mundo occidental, no marcan el inicio del año nuevo el 1 de enero. Lo que sí puedes aprovechar en esta época es conocer los rituales que utilizan los mayas para cerrar un ciclo e iniciar otro. Toma nota para hacer “borrón y cuenta nueva”.
Los mayas no tenían una sola manera de contar el tiempo, sino dos principales cuentas que han sido reconocidas por los estudiosos de esta gran cultura. El calendario ritual o “tzolkin” regía los eventos más importantes y tenía 13 meses de 20 días cada uno, es decir, 260 días. Servía para hacer las predicciones de lluvias, las ceremonias religiosas, establecer los periodos de caza, entre otros.
El “tzolkin” se mezclaba con la otra cuenta del tiempo que es el “haab” o calendario civil que tenía 18 meses de 20 días y se utilizaba para las actividades cotidianas, el día a día de la vida comunitaria. Al finalizar cada ciclo (o año) se contabilizaban 5 días llamados “uayebs”, que se utilizaban para ceremonias de agradecimiento por los bienes recibidos, tanto a la madre tierra en el caso de la agricultura, como también en las casas haciendo una limpieza profunda y, por supuesto, aprovechar los momentos para una reflexión. Suena parecido a lo que hacemos en fin de año, ¿verdad?
La mezcla de los calendarios “tzolkin” y “haab” daba pie a una cuenta larga que establecía el año nuevo en fechas variables. Algunos estudiosos señalan que el año nuevo maya puede caer alrededor del 24 de junio, en tanto otros establecen el 21 de julio, siguiendo lo que se encuentra escrito en el libro sagrado “Chilam Balam”.
Lo que sí podemos retomar son algunas enseñanzas de los rituales mayas para estos cierres (e inicios) de ciclo. Comencemos por la limpieza en las casas, se barría todo, tanto las piezas interiores como el patio y se limpiaban todos los utensilios utilizados en el año, sean muebles, trastes, entre otros. Si es posible, se sustituían.
También dedicaban un momento de reflexión personal, una limpieza del espíritu que incluía un momento de contacto con la naturaleza para observar y tener muy presente la realidad que los rodeaba; los elementos de tierra, agua, fuego y viento siempre ejerciendo algún poder sobre las cosechas y la vida. Recordemos que para los mayas estar agradecidos con la madre naturaleza y ser respetuosos de sus ciclos y particularidades era parte de su manera de pensar y actuar.
Como resultado, esos días finales de ciclo tenían el fin de contribuir a ser mejores personas, a tomar las experiencias como aprendizajes y prepararse para el inicio del siguiente ciclo con una de las ceremonias más importantes, la del fuego sagrado que era presidido por sacerdotes mayas y se dedicaba a todos los dioses.
Todas las culturas han mostrado maneras de contabilizar el tiempo con fines económicos, religiosos e históricos. Independiente de la fecha, los inicios de estos ciclos resultan vitales para reflexionar sobre lo acontecido y renovarse para un nuevo ciclo. Así que toma lo mejor de la cultura maya y decídete a realizar esa limpieza física y de alma para el nuevo año.
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Hola, quisiera saber si ustedes organizan algún tipo de ritual maya de renovación o que este ligado al inframundo para un grupo de turistas interesados en su cultura.
Gracias por su amable atención
Saludos y feliz 2018
Hola Thalía, nosotros somos una revista turística no realizamos rituales, pero aquí te compartimos esta entrevista con Don Valerio, presidente del Consejo de Ancianos y Sacerdotes Mayas, puedes tomar el correo de Anabell Castañeda quien lo entrevistó para poder contactarlo: https://yucatantoday.com/entrevista-don-valerio-canche-yah/