Las playas de Yucatán son increíbles. Este no es momento para falsa modestia. Yucatán es el hogar de algunas de las mejores playas que te puedes imaginar, especialmente para los niños y no voy a pretender lo contrario. Nuestras playas son tranquilas, la orilla es poco profunda, la arena es perfecta para construir castillos y las olas son predeciblemente tranquilas. 

 

A medida que te aventuras fuera de tu casa y empiezas a hacer planes para reintroducir a tu familia a la naturaleza, ¿por qué no consideras unos días combinados? Playas y cultura. México es un país tan rico y vibrante en cultura, y el estado de Yucatán es uno de los lugares más fascinantes para estar (según muchas personas más que sólo esta escritora de viajes obsesionada con Yucatán).

 

Chuburná Puerto + Dzibilchaltún

 

Si te diriges al oeste de Progreso, encontrarás Chuburná Puerto, una larga extensión de playa indomable que hace que mi corazón cante cada vez que la visito. Este tramo de playa se siente especial. No está llena de casas y no hay palmeras que acaparen la vista. Casi se siente como que estás en otro lugar, sobre todo si estás acostumbrado a las playas alrededor de Progreso y el este del estado. Las familias locales vienen aquí a hacer picnic y recientemente he notado que los kitesurfistas han descubierto Chuburná Puerto. 

 

Es el lugar perfecto para dejar que los niños corran y griten a voz en cuello; y creo que esto es algo que tanto los niños como adultos necesitamos en este momento. Adelante, deja que salga ese grito que has contenido desde marzo.  

 

Maridaje cultural: Dzibilchaltún. Este maravilloso sitio arqueológico está a un lado de la carretera entre Mérida y Progreso. Es una de las construcciones mayas más antiguas y fue una de las ciudades administrativas y ceremoniales más utilizadas de la región. Hay un pequeño cenote si aún quieres divertirte en el agua después de la playa, así que no olvides tus cosas para nadar. 

  

Celestún o Sisal + Hunucmá

En la costa oeste de Yucatán están Celestún y Sisal, dos preciosos pueblos costeros que se robarán tu corazón. Se suponía que debía elegir uno para este artículo, pero me conocen. Soy una rebelde, así que ignoré las instrucciones – ¡lo siento, maravillosas editoras! – y quiero recomendarte que visites ambos poblados.

 

La mayoría de las personas conocen Celestún porque es donde inician los tours de flamencos, pero también es una gran opción para ir a la playa. Amo estar en Celestún por la tarde, sentada en un restaurante frente al mar mientras como mariscos frescos y mis hijos corren por la playa. Cuando el sol se pone, observa a los vendedores hacer sus rondas y compra una marquesita de último minuto antes de volver a casa. 

 

Sisal, otro pueblo pesquero tranquilo, puede estar muy concurrido en verano y durante Semana Santa, pero el resto del tiempo tiene playas tranquilas. Conforme entras a la playa encontrarás restaurantes con palapas donde puedes pedir mariscos frescos y bebidas, mientras los niños nadan y corren. Si prefieres una experiencia playera más aislada, sólo camina unos cuantos cientos de metros sobre la playa, tírate en la arena y maravíllate con la belleza de la naturaleza.  

 

Maridaje cultural: Hunucmá. De camino a la playa o de regreso, detente en Hunucmá, un pueblo con una arquitectura hermosa que es conocido por los zapatos de cuero y henequén que elaboran. Hay un cenote en el pueblo y los tricitaxis de Hunucmá – por los que también son famosos – son un paseo divertido para los pequeños. Pídele al conductor que ponga música mientras te pasea para que tengas una experiencia realmente local. 

 

El Cuyo + Tizimín

 

Esta vez nos vamos hacia el rincón más al este de Yucatán, y uno de los pueblos costeros menos visitados, El Cuyo. Te garantizo que El Cuyo te va a dejar mudo

 

El Cuyo es esa playa que ves en tu mente cuando te piden que imagines una playa. La combinación de aguas azules, arena blanca y palmeras es suficiente para hacerte llorar. Si buscas actividades en la zona, hay muchas opciones: visitar Las Coloradas, hacer excursiones de pesca e incluso montar en cuatrimoto. Sin embargo, la mayoría de las personas va a El Cuyo para relajarse y absorber algunos rayos de sol. 

 

Maridaje cultural: Tizimín. La ciudad más cercana a El Cuyo es Tizimín, denominada como “La Ciudad de los Reyes”. Me encanta como Tizimín se siente más pequeño de lo que es, tiene un ambiente muy amigable cuando en realidad es del mismo tamaño que Valladolid. Las plazas son un gran lugar para sentarte a tomar un helado y disfrutar de la vida. Justo afuera de la ciudad hay un cenote comunitario, Kikil, y un sitio arqueológico llamado Kulubá. En tiempos “normales”, en el centro de la ciudad hay unas fascinantes cuevas que puedes visitar, pero tristemente sospecho que va a pasar un tiempo antes de que se abran al público de nuevo.

 

Notas para la playa: en la introducción, mencioné que nuestras playas son tranquilas y geniales para los niños. Esto es real, pero sigue siendo agua abierta e impredecible. Las mareas pueden cambiar, las corrientes pueden aparecer y la playa puede picarse cuando el viento aumenta. Por favor, nunca dejes a tus hijos desatendidos, no importa cuán poco profunda sea el agua o qué tan perfecta parezca la situación. 

 

Además, en marzo y abril podemos observar a las Carabelas Portuguesas en las playas y en las aguas de nuestra región. Pueden lucir hermosas y son fascinantes, pero también son peligrosas. Mantén a los niños a una distancia segura de ellas. Las mantarrayas también son una posibilidad, así que si consideras que pueden estar cerca de tu familia, usa zapatos acuáticos.  

 

  

 

Editorial por Cassie Pearse
Escritora y bloguera
Especialista en aventura en familia

 

Fotografía por Cassie Pearse para uso en Yucatán Today.

 

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