Yucatán es reconocido por su extensa cultura, pues la amabilidad de su gente, la belleza arquitectónica y los recursos naturales tienen un valor incomparable. Pero también existen aspectos pocos conocidos que le aportan una pizca extra de interés a nuestro estado; el himno y la bandera yucateca son algunos. Estos emblemas han dejado un legado cultural que ha perdurado por años. ¿Te gustaría saber en qué capítulo de la historia surgieron?
Un Poco de Historia
En 1841, el gobierno mexicano seguía una corriente centralista, la cual, entre otras cosas, privaba a los estados de la libertad de elegir a sus propios representantes. Yucatán pretendía defender su soberanía interna y se enfrentó al gobierno de México.
En marzo de 1841, los “barbachanistas” (comandados por Don Miguel Barbachano y Don Martín Peraza) solicitaron al gobernador declarar independiente al estado de Yucatán. Tras lograr su objetivo, la península no llegó a separarse por completo de México, sino que únicamente se independizó de la forma de gobierno centralista.
Esto no duró mucho, pues la península se reincorporó al estado mexicano el 17 de agosto de 1848 ya que requería de apoyo militar con motivo de la Guerra de Castas. Concluyendo así, el capítulo histórico de la separación de Yucatán.
La Bandera de Yucatán
Durante este período se creó la bandera de Yucatán. Los colores, verde, blanco y rojo evocan los colores de las tres garantías, mismos utilizados en la bandera nacional.
Se conforma de dos partes. Del lado izquierdo un lienzo verde con cinco estrellas, representan los cinco departamentos en los que se dividió Yucatán: Mérida, Izamal, Valladolid, Tekax y Campeche. Del lado derecho, tres franjas horizontales roja, blanca y roja, respectivamente.
Esta bandera nunca fue reconocida oficialmente, sin embargo, aún puede ser vista en calcomanías o camisetas que los yucatecos portan con orgullo, rememorando este capítulo histórico.
Himno de Yucatán
Yucatán fue el primer estado de la República en tener su propio himno. Escrito por Manuel Palomeque Solís, el “Himno Patriótico” nos habla de los logros y glorias de la nación.
Su composición fue inspirada por el triunfo de México sobre el imperio francés. Fue leído por primera vez el 4 de julio de 1867 en un acto con motivo de celebración del fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo y la toma de la Ciudad de México por parte de tropas republicanas. El evento fue llevado a cabo en el palacio de Gobierno de Mérida. El 15 de septiembre del 1867, el compositor José Jacinto Cuevas musicalizó las estrofas del himno.
Ahora que ya sabes un poco más de la historia de Yucatán, ¡sigue disfrutando de nuestro bello estado!
Himno de Yucatán
Letra: Manuel Palomeque Solís
Música: José Jacinto CuevasAl grito de guerra despierta el valor
y el aire se inunda con bélico son.
Haced compatriotas que truene el cañón,
lloviendo metralla sobre el invasorEl cinco de mayo, nos preste su sol
que eclipsa la estrella de Luis Napoleón.
El mundo nos mira, con admiración
y a México envidia su claro blasón.
Vino el águila esclava de Europa
sancionando la infamia con balas
y regresa arrastrando las alas
con escarnio y vergüenza a la vez.El altivo cóndor del Anáhuac
le dejó los palacios y reales
desafióla en los rudos nopales
y postróla humillada a sus pies.De los vírgenes bosques aztecas
con el iris flotante en sus cumbres
se exhalaban mortíferas lumbres
entre el eco del bronce tronar.Reflejados en lagos de sangre
que vogaba el indígena Juárez
al tocarlos alzaba a millares
héroes santos a quien inmolar.Los primeros soldados del mundo
con los brazos caídos e inertes
confesaron que sólo son fuertes
los que luchan por patria y hogar.Zaragoza, Escobedo y Arteaga
Salazar, Berriozábal y Díaz
cuyos nombres la fama proclama
han sabido la patria vengar. ¡Libertad!¿Por qué alejas de Francia
tus encantos, tu noble hidalguía
y juguete de vil tiranía
da a los pueblos ilustres que reír?Arrastrada al suplicio Polonia
le tendió suplicante la mano
escuchó sus lamentos en vano
e indolente la dejó morir.Quien así abandona a una hermana
¿Podía a México hacer caridades?
Tan rastreras, tan ruines maldades
un jesuita las debe inspirar.Ya no se una robar con descaro
e imponer al mas débil el yugo
hoy la víctima paga al verdugo
y aún le debe el favor estimar.¿De qué sirve a la Francia y al Austria
el haberse llevado nuestro oro
si perdieron en timbre y decoro
cuanto México en gloria ganó?Si desean alfombrar con laureles
los desiertos de México, vengan
Liberales habrá que defiendan
la consigna que Hidalgo legó.
Editorial por Claudia Améndola
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