La cultura maya mantenía una estrecha relación con la naturaleza, ya sea dedicando largas horas a la observación de los astros que les permitieron establecer calendarios astronómicos muy precisos; o mediante ofrendas de agradecimiento y peticiones, como las que se hacían para Chaac, dios de la lluvia, los truenos y relámpagos. Chaac es de los dioses más importantes dentro de la mitología maya, se considera una entidad benefactora que se relaciona con la producción agrícola y con la vida; lo mismo se manifiesta en el cielo como en la tierra. En su ausencia, la sequía se apodera de los campos; o bien, su enojo puede causar tempestades. Se considera que tiene cuatro personalidades asociadas a los cuatro puntos cardinales con sus respectivos colores y nombres, en forma semejante a la trinidad de la religión católica. Se han encontrado representaciones de su rostro con una larga nariz que asemeja a una trompa y con dos colmillos enrollados hacia abajo que salen de su boca tanto en códices como en relatos populares y sitios arqueológicos. Un claro ejemplo de esto son los mascarones geométricos labrados en piedra que puedes apreciar en los sitios de la
Ruta Puuc, particularmente decorando los edificios de
Mayapán y
Uxmal. No dejes de visitarlos y apreciarlos, te sorprenderá la habilidad de los mayas para reconocer y ofrendar a sus dioses. Cada año en marzo, de acuerdo al ciclo agrícola de siembra, se realiza una ceremonia a Chaac, por un lado para rendirle tributo y por otro para solicitarle que su generosidad se manifieste en la tierra mediante la lluvia. El cenote sagrado de
Chichén Itzá fue uno de los escenarios más importantes en donde se realizaban estos ritos e incluso se señala que habitaba en dicho lugar custodiando el inframundo. Esta costumbre ha trascendido por cientos de años y se siguen realizando por los milperos (campesinos) actuales en la zona sur del estado dedicada a la agricultura, siempre en época de siembra bajo el nombre de “Cha Chaac” (pedir la lluvia). Este es un rito muy especial en el que se requiere la presencia de un X’men (curandero maya) que convocará al dios Chaac para pedirle a cambio del tributo que se les ofrece (comida y bebida preparada especialmente para la ocasión), la bendición de las lluvias que permitirá el crecimiento del maíz y por ende, la cosecha y el alimento. Normalmente la ceremonia la realizan los hombres sin la presencia de las mujeres de la comunidad; sin embargo, en los últimos años, con el objetivo de promover estas costumbres ancestrales dedicadas al dios Chaac, las ceremonias se realizan en forma pública. Chaac, benefactor y proveedor de vida y alimento, dios que se manifiesta en múltiples facetas, posee tal importancia para la vida cotidiana de los mayas actuales que han heredado el legado de ofrendarlo cada año. Así que si te toca en tu viaje una lluvia, simplemente disfrútala y agradécele a Chaac por su generosa contribución a las cosechas.
Editorial por
Violeta H. Cantarell Locutora y escritora de viajes
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Chichén Itzá
Autor: Yucatán Today
Yucatán Today, la compañera del viajero, es un medio bilingüe de información turística sobre destinos, cultura y el qué hacer en Yucatán con 36 años de trayectoria.
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