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La restauración y conservación: el lado “invisible” de la arqueología

12 junio 2024
/
5 min. de lectura
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La restauración y conservación: el lado “invisible” de la arqueología, La labor de un restaurador arqueológico: descubrimiento y conservación arqueológica. 

Toda pieza de arte, sea una pintura, un inmueble u otro objeto, es el reflejo de un tiempo, un espacio y aconteceres. El arte prehispánico, que hasta hoy continúa recuperándose de excavaciones arqueológicas, no es la excepción. Día con día, arqueólogos, antropólogos, conservadores, restauradores, biólogos, químicos, físicos, topógrafos, arquitectos, fotógrafos, albañiles especializados, comunidades indígenas enteras y muchas otras personas trabajan en conjunto para reconstruir, restaurar, conservar y difundir este patrimonio que por derecho nos pertenece a todos, y que nos ayuda a entender nuestro pasado. Así de multidisciplinario es el mundo detrás de lo que podemos ver y no cuando visitamos un sitio arqueológico.

 

¿Qué pasa cuando hay un descubrimiento en un sitio arqueológico?

 

2406 Centro de Conservación y Restauración Arqueología Chichén Itzá Restauradora by MKCT

 

En toda excavación arqueológica suele estar presente un conservador. Cuando se trata de bienes líticos (piedras), cerámicos y aquellos que no tienen pigmentos, los arqueólogos se encargan de hacer la extracción, inspección, salvamento y registro, además de transportarlos al laboratorio; pero si hay elementos frágiles, como estucos, aplanados y policromías (es decir, pigmentados de colores), la intervención de un conservador es indispensable para detener su deterioro. Aunque parezca increíble, el lugar donde los objetos se encuentran enterrados muchas veces ha fungido como una especie de cámara de conservación. Ahí, los diferentes materiales han alcanzado una estabilidad del pH, de la temperatura e incluso de la humedad; si se extrajeran sin consideración alguna, se deteriorarían en segundos; eso sucede, por ejemplo, en el caso de los artefactos coloridos, cuyos pigmentos empiezan a producir sales por el contacto con el oxígeno: ¡adiós, color! Y es que la Península de Yucatán, hogar de la civilización maya, cuenta con condiciones ambientales extremas que no ayudan en lo absoluto: aquí, debido a la temperatura y la humedad, la degradación de estos objetos puede ser 300 veces más rápida.

 

Quizá sepas que en el interior de las estructuras en sitios arqueológicos como Chichén Itzá hay cámaras cerradas al público, con esculturas y pinturas de singular belleza que sólo podemos ver en fotografías. Pero ahora podrás entender un poco por qué estas áreas están restringidas. Imagina a miles de visitantes entrando y saliendo diariamente de estos espacios: la humedad del ambiente, además de los distintos pHs de su sudor y el aliento, así como las bacterias y hongos que traemos en el cuerpo, la ropa y los zapatos, podrían provocar la desaparición de los tonos de verde, amarillo, negro, rojo y el famoso azul maya y sus diferentes tonalidades.

 

Pero no te desanimes, seguramente las nuevas tecnologías muy pronto nos permitirán acercarnos a estos espacios de manera virtual. Estamos muy cerca de poder introducirnos al interior de la cámara de la subestructura del Castillo y apreciar sus aplanados completamente blancos con sus fémures incrustados, el Chac Mool y el Jaguar a todo color, con sus conchas y obsidianas; o comprender el sentido cosmogónico de lo que pasaba durante el nombramiento del nuevo señor de Chichén en el Juego de Pelota.

 

 

Cómo los mayas trabajaban los materiales

2406 Centro de Conservación y Restauración Chichén Itzá Ofrenda Sacbé 4 by MKCT

Para la restauradora Claudia Ocampo, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Chichén Itzá es la meca de las técnicas y materiales. Ya en la época prehispánica había especialistas que se dedicaban a la selección y obtención de la materia prima. No hay mejor manera de describirlo que como lo hizo la restauradora Claudia Mei Chong, restauradora del Proyecto Chichén Itzá: ¡ciencia pura aplicada! Ésta nos habla de la tecnología, el tiempo y la dedicación que los artífices mayas ponían en estos espacios. Los materiales obtenidos y empleados en los muros, tallados, relieves, lo mismo que las cualidades pictóricas como el fresco o el falso fresco, la creación y empleo de los colores de acuerdo a su composición nos muestran un lado poco difundido de la cultura maya.

 

Para esculpir y tallar la piedra, por ejemplo, no se usaba metal; se utilizaban puntas de jade, obsidiana, cuarzo y piedras, algunas de las cuales debían importarse del centro del país. ¿Cómo le hacían para extraerlas del suelo y cortarlas? Ellos marcaban (con piedras) líneas sobre la laja de piedra caliza (la que abunda en la Península) y golpeaban sobre algunas partes; el sonido de esta percusión les daba indicio de dónde meter cuñas de madera que al humedecerse se expandían, haciendo una grieta que se abría paso por la línea previamente marcada.

 

 

La arqueología y restauración en la vida de los mayas de hoy

 

2406 Centro de Conservación y Restauración Arqueología Chichén Itzá Fotografo by MKCT

 

Por mucho tiempo, la arqueología como disciplina se presentó a sí misma como un guardián autoritario de todo lo relacionado con el pasado. Hoy, ese paradigma está cambiando; los arqueólogos se están acercando cada vez más a las comunidades indígenas aledañas a los distintos sitios, involucrándolas en sus procesos, para que éstos también se conserven culturalmente. Así, el enriquecimiento va en dos vías, pues muchas de estas comunidades conservan aún diversos conocimientos y experiencias en las técnicas vernáculas que sus ancestros empleaban para construir. En Yucatán, esto se refleja en las casas de bajareque (lo que se conoce como las casas tradicionales mayas), sus albarradas, o sus acabados de cal, por mencionar algunos. Al capacitarlos además en el uso de los diferentes morteros de cal que se emplean hoy para restaurar y conservar, estos trabajadores se forman como albañiles especializados.

 

Yucatán tiene la fortuna de contar aún con muchos testigos materiales, pero esto es gracias también a la fortuna de contar con guardianes que velan la materia, y la analizan minuciosamente para entender cómo se construyó y cuál fue su historia de vida.

 

Así que la próxima vez que visites cualquier sitio arqueológico en Yucatán, considera que lo que estás viendo no es únicamente el trabajo de los mayas prehispánicos; es también el trabajo de un sinnúmero de mexicanos especializados en otras tantas disciplinas, que continúan hasta hoy trabajando incansablemente para preservar y compartir la grandeza de una civilización. Asegúrate de tomarte el tiempo necesario para apreciar estos detalles; sé respetuoso, no toques, no te subas, y no te lleves nada: nosotros sólo somos un momento en la vida de estos monumentos.

 

Agradecemos a la Rest. Claudia Ocampo Flores Coordinadora de la Sección de Conservación del INAH, y a la Rest. Claudia Mei Chong, restauradora del Proyecto Chichén Itzá, por la generosidad de su tiempo y conocimientos, invaluables para la realización de este artículo.

 

2406 Centro de Conservación y Restauración Arqueología Chichén Itzá Restaurador by MKCT

 

Magali Ramírez D.

Autor: Magali Ramírez D.

Comunicadora Gráfica. Amante de la comida. Aventurera empedernida. Atleta por convicción y extrema por desasosiego. Descubro, me sorprendo y aprendo a través de las historias de vida que todos tenemos que contar.

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