
Conoce a las abejas nativas yucatecas
Si eres conocedor, quizá ya sepas que la miel de Yucatán, inclusive la más común, tiene un sabor profundo y característico, muy distinto al de cualquier otra miel producida en México o el mundo. Lo que podrías no saber es que Yucatán ha sido, por milenios, hogar de decenas de especies de abejas distintas a la más conocida en el mundo, la abeja europea (Apis mellifera).
La mejor conocida de las abejas nativas yucatecas es la Melipona beecheii (xunáan kaab, o “señora abeja”), pero está muy lejos de ser la única: en la Península se han documentado al menos 152 especies de abejas nativas, de las cuales 17 son meliponas, o abejas sin aguijón. Su común denominador es que no tienen un aguijón funcional. No es que lo hayan perdido; así nacen, inofensivas y sociales, además de dulces.
Las abejas sin aguijón en Yucatán
Durante siglos, los habitantes de nuestro estado convivieron con estas dóciles abejas nativas, usando su miel, jalea real, polen y propóleo para distintos fines: alimenticios, sí, pero también medicinales, ceremoniales y sagrados. Aprendieron a crearles hogar en troncos (llamados jobones), como en la naturaleza, pero puestos de forma horizontal para facilitar su cuidado.
Las distintas variedades de abejas nativas hacen miel con características únicas, inconfundibles entre sí; sin embargo, otro rasgo que tienen en común es que la cantidad de miel que elaboran es por mucho (pero mucho de verdad) menor a la miel de la abeja Apis. Esto hace que la miel de las abejas nativas sea más escasa (y por lo tanto, mucho más cara). Comprándola directamente a los meliponicultores, es difícil conseguirla por menos de $2,000 a $3,000 pesos por litro.
Para vivir, estas especies de abejas necesitan, desde luego, flores nativas para visitar y troncos de árboles dónde hacer sus nidos —o, en su defecto, humanos que las mantengan en jobones—. Tomando en cuenta el avance de las manchas urbanas, la deforestación de la selva yucateca, el uso indiscriminado de pesticidas, y el hecho que es mucho más redituable ser apicultor que meliponicultor... no podemos decir que las abejas nativas yucatecas tengan el futuro asegurado.
Cómo proteger a las abejas nativas yucatecas
Por suerte, son varias personas las que están rescatando no sólo la práctica de la meliponicultura, sino del uso tradicional de sus productos, que, se dice, tienen propiedades curativas que incluyen el alivio de úlceras gástricas, cataratas y hasta cáncer.
Vivas donde vivas, trata de ser un mejor vecino para las abejas que te rodean. Dale lugar en tu jardín a plantas nativas de la región donde te encuentres, y busca alternativas menos dañinas para el control de plagas; el ajo, el detergente de cocina y las hojas de tabaco son buenas opciones para deshacerte de algunos insectos molestos sin dañar a las abejas. Dada la esencial importancia de las abejas nativas para la polinización de cultivos —y, por lo tanto, para nuestra cadena alimenticia—, estas pequeñas acciones pueden crear un significativo y duradero impacto positivo para todos quienes vivimos en la Tierra.
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Autor: Yucatán Today
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