Apiturismo con niños en Sinanché
No fue hasta que entramos al silencioso entorno natural de Sinanché cuando empezamos a preocuparnos. “¿Pican? ¿Le han picado a alguien?”. Afortunadamente, Benigno, nuestro guía turístico, llegó y le aseguró a mi hija mayor que no, las abejas definitivamente no le picarían, para alivio de todos. Nos explicó que hay un tour que incluye trajes de apicultor, pero que (obviamente) sólo nos acercaríamos a las meliponas, las abejas nativas sin aguijón. Con nuestros temores aplacados, nos pusimos en marcha.
Apiturismo Sinanché se encuentra a una hora de Mérida, entre Motul y San Crisanto. Cada una de las cinco cabañas ofrece una actividad de aprendizaje. Antes de salir, nos dieron un momento para usar el baño, tomar nuestras bebidas y ponernos bloqueador solar.
La caminata entre cabañas es lo suficientemente corta para no quemarte con el sol, y lo suficientemente larga para sentir que estás en una aventura. Benigno nos guiaba, deteniéndose para responder preguntas o contarnos sobre alguna de las plantas que veíamos en el camino. En las primeras dos cabañas, aprendimos la historia de las abejas y examinamos las herramientas que usan en el proceso para la producción de miel.
Al llegar a la tercera parada, pudimos ver la colección de cajas de colmenas y supimos que estábamos a punto de conocer a las estrellas del show. Benigno sacó con mucho cuidado una de las cajas, la colocó enfrente de nosotros y retiró la tapa. Contemplamos maravillados el increíble mundo de las abejas. Con un cuentagotas, extrajo un poco de miel del panal y nos puso un par de gotas en nuestros dedos. Luego nos turnamos para meter la mano en la colmena e invitar a las abejas a acercarse. No hay nada como ver a una abeja de cerca lamiendo su miel de tu piel. Al terminar, Benigno le dijo a los niños que se pararan enfrente de donde había quitado la colmena (a estas alturas estaban atentos a cada palabra que decía). Cuando se inclinó y volvió a colocar la caja, un enjambre de abejas pasó volando por encima de sus cabezas y entró en el hueco de donde habían salido.
Por si fuera poco, en la siguiente cabaña pudimos probar la miel. Muestra tras muestra, aprendimos de dónde venía cada tipo y para qué se utilizaba. Después nos dirigimos a la última parada, donde moldeamos una vela de cera natural. Mientras trabajábamos en nuestra manualidad, Benigno se aseguró de mencionar que la miel es como el vómito de las abejas, y la cera, su sudor. Los niños, por supuesto, estaban fascinados.
Toda la familia quedó totalmente cautivada por la maravilla natural de Sinanché. Con velas y miel en los bolsillos, nos despedimos y nos fuimos con una nueva perspectiva (muy querida) sobre las abejas. ¿A poco no suena a una experiencia que te gustaría tener por ti mismo? ¡Apúntate!
Sinanché, Yucatán
Cel. 991 104 2970
Vie. - dom. 10 am - 5 pm
Entrada: $150 pesos
Fotografías por Monica Starling para su uso en Yucatán Today.
Autor: Cassie Pearse
Escritora y bloggera independiente de origen británico. Cuenta con estudios por la Universidad de Oxford y SOAS, Universidad de Londres. Actualmente explora Yucatán en compañía de su esposo e hijos.