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La Catedral de San Ildefonso, icono de Mérida

15 agosto 2025
/
16 min. de lectura
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Con casi 500 años de historia, la Santa Iglesia Catedral de Mérida, dedicada a San Ildefonso de Toledo, es una de las estampas más icónicas de la ciudad, y posiblemente del estado de Yucatán. 

 

¿Qué la hace tan icónica? Bien podría ser su monumentalidad. Dejando de lado sus más de 40 metros de frente, hablemos de su altura: por dentro, sus bóvedas superan los 22 metros de altura. Por fuera, sus torres se levantan 43.5 metros hacia el cielo. Tal y como está, en pleno siglo XXI, impresiona. Ahora imagina lo que sería verla en los tiempos de su construcción, entre 1561 y 1598. Para ese momento, no se han escrito ni el Quijote de la Mancha ni la mayor parte de las obras de William Shakespeare. Un buen número de los mayas vivos para entonces han sobrevivido a una cruenta guerra contra personas que no se parecían a nadie que hubieran conocido antes; muchos de ellos todavía recuerdan cómo era la vida antes de que los conquistadores llegaran. Imponente, y muy distinta a las construcciones que estas tierras habían visto hasta entonces. 

 

Pero su apariencia, sus características y, en cierta forma, su historia también la hacen única. 

 

 

La peculiar apariencia de la Catedral de Mérida

Casi cualquier yucateco puede decirte que la Catedral de Mérida fue la primera iglesia católica construida en tierra firme en el continente americano; apenas la segunda si se considera la que se construyó unos años antes en la isla de Santo Domingo. Déjanos contarte sobre algunos otros detalles que puedes observar en ella. 

 

¿La Catedral se construyó con los planos incorrectos?

Hay un mito recurrente que sostiene que Mérida era un asentamiento demasiado pequeño para una iglesia tan grande, y que la Catedral de San Ildefonso se construyó con los planos pensados originalmente para otra sede. Esto es sólo un mito. Mérida, e incluso todo Yucatán, eran bien reconocidos por su importancia para la expansión española. Otras iglesias y los masivos (y numerosos) conventos como el de San Bernardino de Siena en Valladolid, San Antonio de Padua en Izamal, o San Francisco de Asís, en Conkal, son muestra de ello.

 

La Catedral de San Ildefonso en Mérida es parte de una corriente arquitectónica específica a los inicios de la Conquista, pero con características propias también muy particulares. 

 

Por ejemplo, observa sus formas, limpias y monumentales. Sobresalen las líneas rectas y formas cúbicas, pero al mismo tiempo, la fachada incorpora lo que puede interpretarse como un enorme “arco del triunfo”. Al estar dispuestas a distintas profundidades, la proyección de luces y sombras aportan contraste y, por lo tanto, mayor impacto visual. 

 

Por otro lado, fíjate en cómo las líneas rectas y superficies planas evocan la figura de una fortaleza. Considerando lo difícil que los españoles se las vieron para conquistar Yucatán, es natural que quisieran erigir una construcción imponente, que transmitiera a los mayas el poderío y la permanencia, no sólo del “verdadero Dios”, sino de la nueva era que iniciaba. No es descabellado pensar también que, en caso de un nuevos enfrentamientos, la construcción pudiera también ser literalmente utilizada como un sitio de resguardo para los españoles. 

 

 

Elementos de la fachada de la Catedral de Mérida

No existen en Mérida tours establecidos de la S.I. Catedral, pero eso no significa que no puedas apreciar algunos de sus elementos a la distancia. 

 

La fachada de la Catedral de Mérida cuenta con tres puertas. La principal es llamada la Puerta del Perdón, y únicamente se abre en ocasiones especiales. Ésta está flanqueada por estatuas de San Pedro y San Pablo, las únicas figuras religiosas talladas en la construcción. 

 

Ahora echemos un vistazo a las distintas aperturas que hay sobre la fachada de la Catedral. En el centro, sobre la Puerta del Perdón, está la más grande; ésta es la ventana del coro. Las siguientes se encuentran un poco más alto, en las torres, casi en las esquinas: ésas son las ventanas de los cuartos de campaneros. 

 

Hablando de campaneros…

Por siglos existió el oficio del campanero; éste contaba con su propia habitación, que resultaba ser un espacio de 4.5 metros de largo por 2.5 metros de ancho aproximadamente, en donde tenía su hamaquero, una vela y un pequeño órgano. Su trabajo era subir a tocar las grandes campanas media hora antes de cada misa. En aquella época solía haber misa cada hora, así que el campanero debía tener suficiente disposición y un par de buenas piernas. 

 

Merida-catedral-campana-464x800-2Las campanas de la Catedral (que se encuentran todavía en uso) se ubican en su torre norte (es decir, si estás de frente a la Iglesia, a tu izquierda). En total, la torre cuenta con 10 campanas, cada una de ellas consagrada a un santo diferente; cinco de ellas son relativamente nuevas, pues fueron instaladas y bendecidas en 1980. La más antigua es de las instaladas originalmente durante la Colonia; dedicada a Santa María y San Ildefonso, data de 1618. Puedes echar un vistazo a algunas de las otras campanas antiguas, pues al ser retiradas, se dejaron en exhibición en el patio de la Catedral. Puedes leer más sobre las campanas de la Catedral en esta nota publicada en el Diario de Yucatán en 2020.

 

Ahora, podrías pensar que ambas torres de la Catedral cumplen la misma función como campanarios. Sin embargo, fíjate bien: en la torre sur (a tu derecha), arriba de la ventana del cuarto de campaneros, donde deberían verse las campanas, parece haber un pequeño balcón y un cuadrado amarillo. Éste es el que por muchos años fue uno de los relojes públicos de Mérida. Este reloj mecánico fue elaborado en Londres en 1731, y dejó de funcionar en 1871. Si tienes muy buen ojo (o un buen zoom o telefoto en tu cámara) y la luz del sol te lo permite, observa el siguiente nivel de la torre: dispuestos alrededor del arco quizá alcances a divisar los números romanos que formaron parte de un reloj de sol que la Catedral ostentó antiguamente

 

Las esquinas de cada nivel de ambas torres cuentan con remates geométricos: una pirámide sobre una esfera, a su vez sobre una base cuadrada. Sin embargo, si miras bien las del cuerpo intermedio, verás que en vez de aquellos pequeños obeliscos, los remates tienen forma de campanas de piedra. 

 

 

Aspilleras de la Catedral de Mérida 

¿Recuerdas que la Catedral de San Ildefonso estaba pensada para fungir también como una fortaleza defensiva? Esto se hace especialmente evidente si observas que, sobre todo el cuerpo de la construcción hay varias hileras de “rendijas” verticales en la piedra. Éstas son aspilleras: aberturas defensivas, diseñadas para disparar hacia el exterior, minimizando el riesgo hacia el interior. Éstas están dispuestas a lo largo de diversas áreas que los españoles seguramente consideraron estratégicas en caso de enfrentamientos. 

 

 

La curiosa historia del escudo de la catedral de Mérida

El elemento más vistoso y ornamental de la Catedral de San Ildefonso es sin duda su masivo escudo labrado en piedra, enmarcado por el arco triunfal en el centro de la fachada. 

 

A simple vista seguramente te quedará claro que se trata de un escudo de armas. Una buena parte del mismo es original, excepto por la parte central. En 1599, ostentaba el escudo del rey Felipe III; aunque el escudo como tal fue reemplazado, sobrevive la decoración a su alrededor, incluyendo, abajo a los lados, las siguientes inscripciones: 

 

PHILIP III D.G. HISPANIARVM ET YNDIARVM REX. 

Felipe III, por la gracia de Dios rey de España y de las Indias

 

ANNO A NATIVITATE DOMINI 1599

Año del Nacimiento del Señor 1599

 

San-Ildefonso-catedral-de-Merida-escudo-by-Laura-Pasos

 

Además de los usuales motivos heráldicos como pergaminos y motivos vegetales, el escudo cuenta con una corona real y con un detalle que hoy se ve muy curioso: al centro, como “colgando” del escudo central, parece haber una ovejita. Ésta hace referencia a la Insigne Orden del Toisón de Oro, una de las órdenes de caballería más antiguas, prestigiosas y exclusivas de Europa, y cuyo jefe o Gran Maestre es siempre el monarca español. 

 

Ahora echemos un vistazo al escudo. Una vez que se consumó la independencia de México, el escudo de Felipe III fue destruido a punta de cincel en 1822. En su lugar se colocó el escudo del entonces emperador de México, Agustín de Iturbide. Este escudo fue una primera versión del que hasta hoy representa a México: un águila real posada sobre un nopal. En ese entonces, la serpiente aún no figuraba, y el águila, viendo hacia la derecha en vez de a la izquierda como ahora, portaba una corona que aludía al Imperio Mexicano. 

 

El Primer Imperio Mexicano no duró mucho. Una vez que México regresó a ser una república, se ordenó tapar la corona del águila con argamasa (un mortero hecho con agua, cal y arena); poco tiempo después, se decidió tapar el escudo en su totalidad. Así el escudo de la catedral de Mérida permaneció oculto de 1826 a 1865. 

 

¿Qué ocurrió en 1865? En 1865 estaba en curso el Segundo Imperio Mexicano; esta vez, encabezado por Maximiliano de Habsburgo, que bajo engaños fue traído de Austria e instalado como monarca. En noviembre de ese año, su esposa, la emperatriz Carlota, visitó Yucatán (Sisal, Mérida, Campeche y Ciudad del Carmen, las zonas menos asediadas por la Guerra de Castas en ese entonces). Para cuando ella estuvo aquí, la argamasa había sido retirada y el escudo imperial estaba nuevamente visible. 

 

El Segundo Imperio Mexicano tampoco fue muy duradero. En 1867, las fuerzas de Benito Juárez habían regresado México a ser una República. El escudo de la Catedral de Mérida se cubrió por completo una vez más. 

 

El escudo de la Catedral de San Ildefonso, tal y como lo vemos hasta hoy, fue descubierto por última vez en algún momento después de la visita del presidente Porfirio Díaz a Yucatán, en 1906.

 

Otro dato muy curioso sobre la Catedral de Mérida que quizá no hayas notado a simple vista: ¿cuántas cruces son visibles en su fachada? La respuesta es… ninguna. 

 

El cronista de la ciudad Gonzalo Navarrete Muñoz propone que esto podría deberse a que la Conquista de Yucatán se dio durante la Contrarreforma católica. La Reforma Protestante de Martín Lutero (1517) rechazó el rol de los santos (incluyendo a la Virgen María) como intercesores entre los seres humanos y Dios, así como su veneración. La Contrarreforma fue la respuesta de la Iglesia Católica a este movimiento; durante este tiempo, la Iglesia buscó revitalizarse mediante iniciativas que incluyeron fortalecer la figura del Papa y reivindicar a los santos y a las distintas advocaciones de la Virgen. Ninguna de las iglesias meridanas de la época está dedicada a Jesucristo, a excepción de la Iglesia Jesuita de la Tercera Orden.

 

El interior de la Catedral de San Ildefonso de Mérida

Por dentro, la Catedral de Mérida es quizá incluso más austera que por fuera, pero igual de monumental. Observa las enormes columnas de piedra y la bóveda central y sus nervaduras; asegúrate también de echar un ojo a la cúpula, que replica la estructura del Panteón de Roma. 

 

Consta de tres naves: una central y dos laterales (Nave del Evangelio y Nave de la Epístola).  Hasta inicios del siglo XX, contaba con cinco capillas, además de la Sacristía. Las tres capillas ubicadas al norte aún existen; éstas resguardan el Baptisterio, el Sagrario y el Cristo de las Ampollas. 

 

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El Cristo de las Ampollas

La imagen del Cristo de las Ampollas ha estado rodeado de leyendas por siglos. El primer registro escrito de su origen data de 1887, cuando el historiador Crescencio Carrillo y Ancona plasmó las leyendas de la tradición oral. Se dice que, en la década de 1620, en el poblado de Ichmul (cerca de Peto), hubo un árbol que durante varias semanas brilló como si se estuviera incendiando. Con el fin de convertirlo en una imagen religiosa, el sacerdote del pueblo lo mandó cortar y, para su buena suerte, un hombre, que casualmente acababa de llegar al poblado, se ofreció a trabajarlo. 

 

Aunque el supuesto tallador no tenía herramientas, el sacerdote le pidió una imagen de la Virgen de la Purísima Concepción y lo dejó con la madera, observando que éste no contaba con herramientas. Para su sorpresa, al día siguiente, el tallador había desaparecido, y dejado en el taller la imagen de un Cristo. Pronto corrió la voz de que el nuevo Cristo de la iglesia había sido elaborado por un ángel. El Cristo resultó ser muy milagroso, curando enfermos y concediendo favores, pero realmente saltó a la fama cuando, en 1651, la iglesia de Ichmul se incendió por completo. Nada quedó de ella, excepto, entre las cenizas, el Cristo de madera; lejos de consumirse como hubiera sido de esperarse, éste se tornó negro, con marcas en la superficie que recordaban las laceraciones que Jesús de Nazareth habría sufrido durante el Calvario. 

 

Desde entonces, el Cristo fue conocido como el Cristo de las Ampollas. Poco tiempo después, fue trasladado a la Catedral de Mérida, donde pudiera ser venerado por más gente. Por siglos, el Cristo de las Ampollas fue una de las figuras religiosas más importantes de Yucatán. Sin embargo, el que se encuentra en exhibición hoy en día es una réplica elaborada en 1919; la imagen original se perdió para siempre durante un saqueo ocurrido en 1915. 

 

1915: El saqueo de la Catedral de San Ildefonso

Contexto: La Revolución Mexicana en Yucatán

El estallido de la Revolución Mexicana (1910) dio lugar a un periodo de terrible inestabilidad para el país, a grado tal que no existe un consenso sobre su fecha de finalización. Aunque comenzó como un levantamiento en contra del gobierno de Porfirio Díaz (que se había extendido más de 30 años), pronto se convirtió en una sucesión de guerras civiles encabezadas por distintos bandos, cada uno con su propia interpretación de los ideales revolucionarios. 

 

Fue en este contexto que el Gral. Salvador Alvarado, originario de Sinaloa, llegó a Yucatán con la encomienda de implementar los preceptos de la Revolución. Éstos incluían varias medidas orientadas a reducir el poder de la Iglesia y, específicamente, de los sacerdotes. Aunque Alvarado se convertiría, junto con Felipe Carrillo Puerto, en uno de los principales defensores de la población maya y campesina de Yucatán, una de las controversias más grandes de la época ocurrió durante su gobierno. 

 

El saqueo de la Catedral de Mérida

San-Ildefonso-catedral-de-Merida-escaleras-techo-arco-by-Laura-Pasos

En septiembre de 1915, una marcha compuesta por varios sindicatos se dirigía al Palacio de Gobierno. Sin embargo, al llegar a la Catedral, varios oradores tomaron la palabra, exhortando a los manifestantes a “acabar para siempre con la exaltación religiosa y ‘quemar hoy los ídolos de los fanáticos católicos’”.

 

Los manifestantes, enardecidos, rompieron la puerta de la Catedral, y ya adentro, acabaron con el retablo (elaborado en 1762 en madera y hoja de oro) y las imágenes que en él estaban y que eran todavía más antiguas, incluyendo la de San Ildefonso. Se dice, por cierto, que intentaron quemar el Cristo de las Ampollas y éste, una vez más, no ardió; sin embargo, la imagen fue sustraída y nunca se volvió a ver. El mobiliario, incluyendo el púlpito y hasta el órgano (que había sido traído de Alemania en 1902), fueron destruidos por completo. Las dos capillas que se ubicaban en el costado sur (y que conectaban la Catedral con lo que entonces era el Palacio Episcopal, residencia del arzobispo) fueron demolidas. En su lugar se construyó una calle peatonal, llamada Pasaje Revolución. 

 

La destrucción fue tal que el gobierno de Salvador Alvarado confiscó ambas construcciones. El Palacio Episcopal se renombró “Palacio Ateneo” y se convirtió en un centro cultural público. Por su parte, la Catedral fue usada como almacén de henequén hasta 1917.

 

Rehabilitación de la S.I. Catedral de Mérida 

Aunque fue devuelta en 1917, el grueso de los trabajos de rehabilitación de la Catedral de San Ildefonso comenzó hasta 1920. Sin embargo, ésta nunca regresó a su anterior esplendor. El espacio que ocupó el retablo estuvo vacío unos 50 años, hasta que en 1967 se instaló en su lugar el llamado Cristo de la Unidad. 

Tallado en abedul por el artista español Ramón Lapayese, éste mide 6.65 metros; hasta hace poco, era la figura de Cristo tallada en madera más grande que existía bajo techo. Está colocado sobre una cruz de madera oscura que mide más de 12 metros de alto. 

 

El Vía Crucis de la Catedral de Mérida también es obra de Ramón Lapayese; éste consiste en 14 piezas expresionistas de bronce en bajorrelieve, de 60 x 70 cm cada una. En su conjunto, esta obra representa el doloroso camino de Jesús de Nazareth hacia la Crucifixión. 

 

 

Planea tu visita a la Catedral de San Ildefonso en Mérida

La Catedral de Mérida se puede visitar durante y alrededor de los horarios de confesión y misa. Esto es, de lunes a sábado, de 8 am a 12 pm, y por la tarde, de 6 a 8 pm; los domingos, de 8 am a 8 pm. Considera que estos horarios son aproximados y pueden variar. 

 

Horarios de misa en la S.I. Catedral de Mérida

San-Ildefonso-catedral-de-Merida-padre-by-Laura-PasosLunes a sábado

  • 8:15 am
  • 10 am
  • 11:15 am
  • 6:30 pm

Domingos

  • 8 am
  • 10 am
  • 11:15 am
  • 12:30 pm 
  • 5:15 pm 
  • 6:30 pm 

 

Confesiones en la S.I. Catedral de Mérida

Lunes a sábado

  • 8 - 11:30 am 

 

 

Catedral de Mérida San Ildefonso

Calle 60 x  61 y 63, Centro

Al lado de la Plaza Grande

 

 

Fuentes

 

 

Publicado por primera vez en la revista impresa y digital Yucatán Today, edición no. 453 de septiembre de 2025. 

 
Yucatán Today

Autor: Yucatán Today

Yucatán Today, la compañera del viajero, es un medio bilingüe de información turística sobre destinos, cultura, gastronomía y el qué hacer en Yucatán con 37 años de trayectoria.

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