Por increíble que parezca, en algún momento Homún no era famoso por sus cenotes. De hecho, me cuentan mis papás, antes la gente iba a Homún de noche, porque se decía que ahí “bajaban” los ovnis. Curiosamente, al final resultó que este poblado sí tiene una conexión con el espacio exterior: al encontrarse justo en el anillo de cenotes de Yucatán (que no es sino el borde del cráter de Chicxulub; el que acabó con los dinosaurios), tiene características geológicas únicas. No sólo tiene una que otra colinita (cosa sorprendente en este planísimo estado), sino que cuenta con aproximadamente 300 cenotes, de los cuales “únicamente” unos 30 están abiertos al público. Nada mal para una población de 8,000 habitantes.
Como te explicamos a detalle en la página 51 de esta revista, una de las cosas más maravillosas que tienen los cenotes es que no hay dos iguales. Eso significa, entre otras cosas, que quizá necesites ver más de uno para descubrir cuál es tu tipo de cenote favorito. Para esto, Homún se pinta solo, pues fácilmente encontrarás opciones de tours para visitar varios cenotes en algún singular medio de transporte, como un buggy, una cuatrimoto o un mototaxi. Cada uno tiene su encanto, y es en sí una aventura que seguramente será una buena anécdota para compartir cuando estés de regreso en casa.
La opción más común es, por mucho, el mototaxi. Primero que nada, son mucho más económicos ($300 pesos por persona, hasta 4 personas), pero además son muy convenientes porque no necesitas reservar: nada más te acerques al poblado al menos un mototaxista te ofrecerá un tour. Si eliges ir en buggy o cuatrimoto, el precio sube ($1,600 pesos por vehículo), pero sí ofrece mayor amortiguación y velocidad.
Aclaro: no es que tengas que hacer el tour en estos medios de transporte; aunque algunos cenotes requieren recorrer camino de terracería, en realidad no están demasiado pedregosos. El tour te ofrece la ventaja de poder visitar tres cenotes diferentes (que es lo ideal, ahorita te explico por qué) sin preocuparte por cambiarte o mojar tu auto.
Ahora, cuando me apunté para este recorrido, me dijeron que visitar tantos cenotes en un día era una tarea titánica. “¿Nadar y tomar fotos? Ni que estuviera difícil”, pensé, sin considerar un detalle importante: en cada cenote hay que bajar muchas escaleras, y luego hay que subir muchas escaleras. Habiendo nadado, subes las escaleras cargando todavía agua en tu ropa mojada, toalla y chaleco salvavidas. Visitar 12 cenotes en un día no es exactamente imposible, pero no es tampoco lo que se describiría como una salida recreativa: llega un momento en el que sientes tus piernas temblar mientras subes. Tres es una buena medida para sacarle jugo al día, disfrutar esas maravillas naturales, terminar a tiempo para almorzar, y todavía poder caminar al día siguiente.
Ahora lo bueno: ¿cómo eliges qué cenotes visitar? Mucha gente nada más busca Homún en el mapa y llega con su traje de baño puesto; no es una mala técnica, puesto que hay señalización para los distintos cenotes por todos lados, y, como mencioné antes, los mototaxistas están más que listos para interceptarte y ofrecerte un tour en el momento que llegues. Sin embargo, toma en cuenta que, cuando contratas un recorrido, tus guías te propondrán opciones de cenotes por visitar, según su criterio (o, en algunos casos, sus comisiones). Sin importar si eres un cenotero experto o apenas vas a descubrir su belleza, te sugiero echar un vistazo con anticipación para asegurarte de que las tres paradas cumplan con tus expectativas: ya sea que quieras, por ejemplo, concentrarte en cenotes súper rústicos, o al contrario, paradores turísticos con más infraestructura y servicios, o una mezcla que te permita conocer la variedad que existe.
Como mencioné antes, “sólo” visité 11 cenotes; de ellos, resulta que en uno no se puede nadar, lo que nos deja con 10. Para no hacer kilométrico este artículo, te invito a consultar nuestra guía de cenotes en el siguiente enlace (enlace). Aquí te dejo un breve resumen que te dará una idea de qué esperar en cada uno, y que te puede servir para elegir. En todos los casos tendrás que bajar escaleras; algunas de madera, otras metálicas y una que otra de concreto; en todos hallarás agua cristalina y formaciones geológicas para admirar; dependiendo de la hora y la época del año, podrás ver también golondrinas y hasta pájaros Toh, o momotos cejiazules (aquí entre nos, éstos tienen un canto que fácilmente podría confundirse con el sonido de un OVNI).
Cenotes con parador turístico/mayor infraestructura. Canunchen, Santa Rosa.
Cenotes rústicos (mínima infraestructura). Chel Paak, Pool Uinic.
Cenotes libres de concreto: Hool Kosom, Chenké y La Noria (ambos en Kampepen), Santa Lucía.
Cenotes abiertos después de las 5 pm. Pool Uinic (con cita).
Cenotes con pinturas rupestres. Chulul, Balmil, Kixné* (Kampepen).
*Kixné se puede visitar, pero el nivel del agua hace imposible nadar.
¿Cuál es el más bonito? Todos. ¿Cuál vale la pena visitar? Todos. ¿Cuál me gustó más a mí? Ah, ése es mi secreto. O quizá no, pero es irrelevante. Es mejor que emprendas la corta ruta de Mérida a Homún (aproximadamente una hora) y hagas el recorrido por ti mismo. Es imposible que te arrepientas.
Tour en Mototaxi
Cel. 999 355 5151
Tour en Cuatrimoto o Buggy
Buggoz en Finca Oz
Tel. 999 802 3081
FB: Finca Oz
Por Alicia Navarrete
Comunicóloga nacida circunstancialmente en la Ciudad de México, pero que dice “uay” desde 1985. La vida me ha dejado ver el mundo, lo que a su vez me ha permitido descubrir cuánto amo el lugar en el que vivo.
Fotos por Alicia Navarrete y Yucatán Today para su uso en Yucatán Today.
Entradas relacionadas
Esta entrada también está disponible en: EN