
Más allá de la arena: el ecosistema vivo de la costa yucateca
En la costa de Yucatán —desde Celestún hasta el Cuyo, pasando por Sisal, Progreso, Chicxulub y Telchac— habitan más de 500 especies terrestres y marinas, muchas de ellas endémicas (es decir, que únicamente se encuentran aquí). La biodiversidad que encuentras es realmente sorprendente, abarcando desde aves migratorias hasta pequeños organismos que se esconden entre la arena o los manglares.
Por lo tanto, prestar atención a las especies que te rodean cuando estés en la playa puede convertirse en una experiencia llena de gratas sorpresas. Aquí te platico más sobre algunas especies que podrías encontrarte durante tu visita.
Aquí inicia la vida marina
Desde que te quitas las sandalias y pisas la arena, ya estás entrando al mundo de cientos de pequeñas especies. Entre ellas están las algas pardas, comúnmente llamadas “sargazo”, aunque en realidad son conocidas como “lechuga de mar” (Dictyota, Ulva). Cuando están en el fondo del mar su color es verde intenso y brillante, aunque para cuando se desprenden y llegan a la orilla su coloración es mucho menos atractiva. Lo mismo ocurre con los pastos marinos (Syringodium filiforme), que se ven más como “palitos” que como hojas.
Aunque a veces su color (y su olor, dirían algunos) no sea el más agradable, el sargazo cumple una función vital: son refugio para organismos diminutos y alimento para otros más grandes.
La orilla: un ecosistema en movimiento
La arena a la orilla del mar también oculta sus propias sorpresas. Debajo de ella podrías encontrar especies pequeñas como las chivitas (Nassarius spp.), caracolitos que se esconden bajo la arena, o almejitas de colores (Donax spp.). Antes también era muy común encontrarse con “weches” (cangrejos topo); bastaba tomar un poco de arena y esparcirla para ver correr varios de estos pequeños artrópodos, ideales para usar como carnada para pescar. Sin embargo, la erosión de la costa y la presión que la presencia humana pone sobre el ecosistema ha reducido drásticamente sus números en las últimas décadas.
Otros animalitos que puedes encontrarte con menor frecuencia son los erizos y las estrellas de mar. No son peligrosos; por el contrario, nosotros sí podemos dañarlos: sacarlos del agua y ponerlos en contacto con el calor de nuestras manos, aunque sea muy brevemente, puede matarlos.
Dentro del agua
Si te aventuras algunos pasos más mar adentro y prestas atención, podrás ver especies como el pez aguja (familia Belonidae), con su pico largo y delgado, que suele apreciarse cerca de la superficie. Más cerca de la arena, en días de agua cristalina o con ayuda de un visor, podrías ver algún pez globo (Sphoeroides spp.) o un pez bandera juvenil (Thalassoma bifasciatum), de colores vivos. Otro muy común es la sardinilla yucateca (Fundulus persimilis), endémica de la región; si en cualquier momento te acercas a ver a las familias pescando en cualquiera de los Muelles de Pescadores de Yucatán, seguramente las verás en grandes bancos. Ninguno de estos peces representa peligro para las personas ni intentará acercarse (al menos no a propósito), así que lo mejor es admirarlos a la distancia, sin tocarlos ni asustarlos.
Mar adentro, donde los pescadores laboran cada día, habitan especies más grandes como el pez mero (Epinephelus morio), común en los arrecifes costeros; la langosta espinosa (Panulirus argus), muy apreciada por su sabor, y el pulpo maya (Octopus maya), otra especie endémica del sureste mexicano.
Puedes leer más sobre las especies y las prácticas comunes para la pesca en Yucatán en nuestro artículo “De pesca en Yucatán”.
Huéspedes inesperados
Cerca de la playa, entre piedras o vegetación, también es común ver iguanas rayadas tomando el sol. Éstas, cuyo nombre en maya es “juj”, son comúnmente llamadas “toloks” por los yucatecos que no hablan maya. En zonas con manglares, como Celestún o Ría Lagartos, también pueden avistarse mapaches y cocodrilos, siempre desde lejos y con respeto.
Entre el cielo y el mar
Si alzas la mirada, verás distintas aves volando por el cielo. Los pelícanos cafés suelen ser los primeros en lanzarse al agua para atrapar peces, mientras que las gaviotas (Larus spp.), los cormoranes (Phalacrocorax auritus) y los charranes (Sterna hirundo) esperan su turno con calma. Surcando el cielo seguramente verás tijeretas o fragatas (Fregata magnificens)
En zonas más tranquilas, como las dunas, pueden aparecer garzas tricolores (Egretta tricolor), garcetas blancas (Egretta thula) y, con suerte, espátulas rosadas (Platalea ajaja) con su pico ancho y curioso.
Y claro, uno de los más buscados por quienes visitan Yucatán es el flamenco rosado (Phoenicopterus ruber), que aunque es más común en Celestún o Ría Lagartos, a veces también se deja ver volando por la costa.
La vida marina nocturna
Ahora que si prefieres disfrutar de un atardecer a la orilla del mar, ten cuidado con no pisar a los veloces y pequeños cangrejos fantasmas (Ocypode quadrata). Si tienes demasiada suerte podrías apreciar un espectáculo poco común: el arribo de tortugas que llegan a desovar a las playas. Las más comunes en la costa yucateca son la tortuga blanca (Chelonia mydas), tortuga carey (Eretmochelys imbricata) y la tortuga caguama (Caretta caretta).
Muy importante, si llegas a ver alguna en la playa ¡no la toques, y por nada del mundo la alumbres con una linterna! Llama a la línea directa de tortugas, al Tel. 999 502 7825, y checa nuestro artículo “Observando tortugas marinas en Yucatán” para saber qué hacer.
Su casa no es tu casa
Observar la biodiversidad de Yucatán es un privilegio, pero también una responsabilidad. Te comparto algunas recomendaciones para cuidar la fauna durante tu visita:
- Evita recolectar conchas vivas o caracoles. Si tienen algún animal dentro, es mejor dejarlos en su hábitat.
- No alimentes a las aves. Aunque parezca inofensivo, altera sus patrones naturales y las expone a enfermedades.
- Camina con cuidado sobre zonas húmedas, especialmente si hay presencia de almejas, huevecillos o animales enterrados.
- Nunca transites en vehículos motorizados (cuatrimotos, automóviles, etc.) sobre la playa.
- Lleva contigo toda tu basura, incluso si parece biodegradable. El viento puede llevarla al mar.
- Respeta las dunas y vegetación costera, pues ahí anidan aves y viven muchos insectos y reptiles pequeños.
Visitar las playas yucatecas es una experiencia que va más allá del sol y el mar: es una oportunidad para reconectar con la naturaleza y aprender a convivir con ella. Si observas con atención y actúas con respeto, te llevarás recuerdos únicos que no solo vivirán en tu carrete de fotos, sino que ayudarás a conservar estos ecosistemas para las futuras generaciones.
Publicado por primera vez en la revista impresa y digital Yucatán Today, edición no. 450 de junio de 2025.

Autor: Goretty Ramos
Comunicóloga feminista con delirios de artista y serigrafista. Investigar, aprender y compartir.
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