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El Faro de Progreso: Pieza Clave en la Historia de Yucatán

01 septiembre 2025
/
4 min. de lectura
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Recientemente, tuve la extraordinaria oportunidad de acceder al faro de Progreso, que permanece cerrado al público desde 2005. Esta especial visita me generó una enorme curiosidad sobre el pasado del icónico edificio, el cual muchos de nosotros crecimos admirando de lejos durante nuestros paseos por la playa.

Mi investigación me llevó a las épocas del auge henequenero en nuestra región. Durante los inicios del comercio marítimo en el estado, Sisal había sido el pueblo costero designado para la exportación del “oro verde” de Yucatán. Sin embargo, su ubicación no era la ideal para esta actividad. Es aquí donde inicia la historia de nuestro reconocido faro.

 

 

Un puerto en crecimiento

Faro-de-Progreso-vista-by-Regina-ZumarragaPara mediados del siglo XIX, ya se hablaba de la necesidad de reemplazar a Sisal como el principal puerto de Yucatán, buscando una ubicación más próxima a la ciudad de Mérida. Tal búsqueda dio lugar a la fundación del pueblo de Progreso, proyectándolo como el lugar ideal para este relevo (proyección que se concretó en 1941 al finalizar la construcción del Muelle Fiscal de Progreso).

 

Con la intención de acelerar este proceso, en julio de 1870 el Ministerio de Hacienda autorizó que se construyera un edificio de aduana en el nuevo pueblo. Fue así como, exactamente un año más tarde, la Aduana Marítima de Sisal se trasladó a Progreso y el primer muelle de este puerto, una sencilla estructura metálica, quedó inaugurado.

 

El siguiente paso para el crecimiento de Progreso sería, ahora sí, la construcción del famoso faro. Éste tendría múltiples beneficios para el estado. Entre ellos, asistiría en su navegación nocturna a barcos pesqueros locales y, en conjunto con el muelle, permitiría la llegada de barcos de mayor calado para el comercio del henequén.

 

Después de instalar el primer observatorio en el techo del edificio de aduana y de complejos trámites para aprobar la construcción de un faro, ésta finalmente comenzó en 1891, con un proyecto a cargo del ingeniero estadounidense John W. Glenn, modificado por la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas para sustituir la estructura original de hierro por una de mampostería.

 

El ingeniero supervisó la obra hasta el momento de contraer la malaria que le causó la muerte; su hijo, John Percy Glenn, quien trabajaba como su asistente, quedó a cargo de consumar la construcción. Fue así como, alzándose a unos imponentes 36 metros de altura, el faro de Progreso fue oficialmente inaugurado en 1893.

 

 

Características y curiosidades del faro de Progreso

Faro-de-Progreso-interior-by-Regina-ZumarragaCon 120 escalones en espiral y siete peldaños verticales, la torre cilíndrica fue edificada sobre cimientos en forma triangular. Pequeñas ventanas la rodean para dotar de luz natural el interior.

 

La estructura culmina en una enorme cúpula, cuya lámpara funcionó con incandescencia por vapor de petróleo en sus primeros años. Hoy en día, el motor francés de bronce original se mantiene, adaptado para funcionar con electricidad. La linterna tiene una óptica de 750 milímetros y un alcance de 33 millas naúticas (unos 60 kilómetros).

 

Con el paso del tiempo, el sitio se fue modernizando para incorporar equipos de comunicación de tecnología avanzada. Es por ello que, con la intención de vigilar el funcionamiento de éstos, el acceso fue restringido al público a partir de 2005.

 

A pesar de no poder visitar su interior, el faro de Progreso puede observarse de cerca desde la calle. Llegar a él es muy sencillo, ya que se encuentra un par de calles detrás del popular malecón, a la altura del muelle fiscal. A un costado se ubica el ex edificio de aduana, hoy la Casa de la Cultura, sede de diversos talleres artísticos para la comunidad, así como de un módulo de información turística.

 

El resistente faro, que recién celebró sus 132 años, constituye ya un símbolo de identidad para la población progreseña. Más de un siglo después de su establecimiento, este ícono local continúa siendo una firme guía para las embarcaciones que arriban a nuestro puerto, ya no sólo conformadas por barcos de carga, sino también por elegantes cruceros que transportan cientos de viajeros ávidos por conocer nuestras costas.

 

 

 

Fuentes:

http://www.sedhc.es/

https://www.scielo.org.mx/

https://elmirador.sct.gob.mx/

https://www.gob.mx/

https://www.google.com.mx/

https://scholar.smu.edu/

 

 

Publicado por primera vez en la revista impresa y digital Yucatán Today, edición no. 453 de septiembre de 2025

Regina Zumárraga

Autor: Regina Zumárraga

Comunicóloga especializada en fotografía de alimentos y productos. Me apasiona conocer la cultura y gastronomía de diferentes lugares. En mi tiempo libre puedes encontrarme en la playa.

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