Un vistazo de la cosmovisión maya: la tortuga y el maíz
Como he contado en artículos anteriores, tuve el privilegio de crecer a la par del cultivo de la milpa. Mi abuelo y mi papá sembraron maíz durante muchos años; los campos de maíz y su siembra fueron muy especiales en mi infancia y adolescencia. Pero fue hasta años después que comencé a aprender más de su profundo significado. Te cuento…
El Popol Wuj (libro que relata la historia de la creación de los mayas k’iche’ de Guatemala) cuenta que los dioses - luego de crear a los animales y a las plantas - hicieron tres intentos por crear vida humana. La primera creación fue elaborada a base de barro, pero absorbieron demasiada agua y se disolvieron. Luego, la intentaron con madera, pero al no rendirle culto a los dioses, se los llevó la primera inundación. Fue hasta que se utilizó el maíz, que la vida humana fue creada con éxito. Yucatán, como toda la región maya, es territorio de personas hechas de maíz, alimento sagrado.
Una de mis historias favoritas de dicho libro, es la de los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué que bajan a Xibalbá a enfrentarse a los dioses del inframundo. Se encontraban enojados porque los gemelos estaban jugando el juego de pelota en el plano terrestre. Y, es ahí, luego de pasar todo tipo de pruebas y de demostrar sus dones ante los dioses, que logran resucitar a su padre: Hun Hunahpú. Lo que me fascina de este relato es que el dios del maíz resurge del caparazón de una tortuga. En la imagen del plato del Petén, Guatemala (600-800 dC), el artista maya ilustró aquella historia. Hunahpú (izquierda) e Ixbalanqué (derecha) se convierten en el sol y la luna después de este acontecimiento.
Cuando aprendí esto, lo empecé a contar en los pueblos mayas vecinos del rancho donde crecí, en el sureste de Yucatán. Fue ahí donde me explicaron que, si te fijas bien, cuando las semillas del maíz comienzan a brotar, la tierra comienza a abultarse, tomando la forma del caparazón de la tortuga desde donde saldrá la planta del maíz. ¡Qué cosmovisión más hermosa! Saber que las personas hechas de maíz pueden sembrarlo y presenciar aquel relato que se remonta tantos siglos atrás.
La milpa (maíz, amaranto, frijol, chile y calabaza) es donde se cultiva el alimento más importante para tener una nutrición completa. Hoy más que nunca, con lo que estamos viviendo, necesitamos defender y cultivar el maíz criollo… ¡y observar ese bello momento donde la tierra forma una tortuga para que nazca la vida!
La hermosa reproducción del plato del Petén que ilustra este artículo fue elaborado por la artesana Patricia Martín Morales. Si deseas tener el tuyo, o quieres ver más de su trabajo, puedes contactarla directamente:
Taller de Artesanía Los Ceibos
Patricia Martín Morales
Muna, Yucatán, México
Cel. 9971 01 25 52
Cel. 9979 73 07 17
Autor: Andrea Medina
Editorial por Andrea Medina Bióloga Doctorado en Estudios Mesoamericanos enfocado en culturas Mayas.