Leyendas Mayas de Animales
Animales que se iluminan en la noche, aves que cantan como los dioses y otras que anuncian presagios, son algunas de las leyendas, producto de la imaginación de los mayas, que llegan hasta nuestros días. ¿Quieres conocerlas? Prepárate para un viaje que te llevará a entender el lenguaje de las aves, las voces de los animales y a formar parte de las historias del Mayab.
Para los mayas, observadores natos de la naturaleza, bastaba con sentarse a la sombra de un árbol, escuchar con atención los sonidos del viento y mezclar un poco de realidad y mucha imaginación para crear historias únicas que transmitían de boca en boca… hasta llegar hoy a nuestros oídos.
Leyenda del xkokolché, xcoquita o ruiseñor
Comencemos con la leyenda de la xkokolché (el ruiseñor), un ave que por tener un plumaje opaco y color cenizo, era despreciada y reservada a tareas domésticas en la casa de la chacdzizib (el cardenal), que destacaba por la belleza de su plumaje rojizo. Cuando el cardenal decidió aprender a cantar, sus padres contrataron como maestro al pájaro clarín, sin tener grandes resultados. Pero en secreto, desde la cocina, la xkokolché aprendía las lecciones y todas las noches deleitaba a los animales con su maravillosa voz. Una noche, el cenzontle descubrió a la xkokolché y decidió liberarla, y así se convirtió en el ave con el canto más hermoso del Mayab. Así que si escuchas un canto que te cautiva, seguramente es la xkokolché.
Leyenda del Kóokay o luciérnaga
Si has pasado una noche en el campo y has visto una chispa de luz moviéndose entre la yerba, es el Kóokay (luciérnaga). ¿Quieres conocer la historia que cuenta el origen de su luz? Hace mucho tiempo había un hombre muy querido por todos, quien tan solo con frotar una piedra verde lograba curar las enfermedades de quienes acudían a sus consultas. Un día perdió la piedra, entonces reunió al venado, a la liebre, al zopilote y al Kóokay para que lo ayudarán a buscarla. Con gran dedicación, el Kóokay buscaba pacientemente en cada rincón y cueva, en tanto la liebre corría tan de prisa y el zopilote volaba muy alto que no la encontraban. En cambio, el venado la encontró y su ambición le hizo tragársela para ser él quien curara a todos. Sin embargo se enfermó y la devolvió. Finalmente, el cocay encontró la piedra y la entregó. El curandero agradecido le enseñó que ahora tiene una luz que sale de su cuerpo representando la nobleza de sus sentimientos y lo brillante de su inteligencia y que la acompañará siempre para guiar su camino. Hermoso, ¿verdad?
Leyenda del búho o Tunkuluchuj
Otra ave misteriosa que siempre anda sola y deambula entre los pueblos es el Tunkuluchuj (búho). Respetada por las demás aves por su prudencia y serenidad, fue invitada a una fiesta real. Bajo los efectos del balché (una bebida ligeramente embriagante) fue asediada por un hombre que le jalaba las plumas y le pinchaba las patas causando risas y burlas entre las demás aves. Avergonzada, juró vengarse. Aprovechando su gran olfato, desde entonces se para cerca de los lugares donde huele que pronto morirá alguien, y canta muchas veces para asustar a los hombres.
Por eso dicen que cuando el Tunkuluchuj canta, el hombre muere.
Leyendas mayas que seguramente han despertado tu imaginación, estamos seguros que las recordarás cada vez que veas a un ruiseñor, a un búho o a una luciérnaga.
Autor: Violeta H. Cantarell
Nacida en Mérida, Violeta es una comunicóloga dedicada a escribir y crear contenidos en temas de turismo, moda y emprendimiento. Recientemente incursionó como traductora inglés-español.