La lengua maya vive
La lengua maya peninsular o maayat’aan, tiene una historia que sigue escribiéndose hasta hoy en día. Según datos del INEGI (2020), en México 774,000 personas hablan maya y, de ellas, más de medio millón vive en Yucatán. De hecho, aunque el INEGI la considera la segunda lengua indígena más hablada en México, la primera, que es el náhuatl, comprende en realidad diversos idiomas y dialectos, mientras que el maayat’aan es una sola lengua unificada, en la que tres cuartos de millón de personas se pueden comunicar.
Aunque el maya yucateco nunca ha dejado de hablarse, su sistema de escritura es otra historia. Como ocurría con la mayoría de los idiomas, en el siglo XVI, al momento del contacto con los europeos, sólo la élite podía leerlo y escribirlo. Esto significó que, tras el afán de los españoles por destruir la herejía prehispánica, su sistema de escritura original se perdió y, por siglos, el maya yucateco fue una lengua que sólo se hablaba. Hoy en día, los mayaparlantes están haciendo un esfuerzo por difundirlo, institucionalizarlo (incorporarlo a todos los ámbitos de la vida cotidiana) y, así, protegerlo de la extinción.
Uno de los primeros pasos hacia ese objetivo ha sido la estandarización de su escritura. En Yucatán, la Academia de la Lengua Maya existe desde 1937; sin embargo, fue hasta 1984 que se definió el alfabeto práctico del maayat’aan. Este esfuerzo, hace menos de 40 años, fue el primero que incluyó y tomó en cuenta a los hablantes, educadores y lingüistas de este idioma, que se habla aquí desde hace siglos. Déjame contarte algunos datos interesantes sobre la lengua maya que se habla en la Península de Yucatán.
Existen dos variedades de maayat’aan
El Jach maya es la variedad antigua, pura y “verdadera”, hablada por la gente mayor y los habitantes de los poblados más recónditos de Yucatán. La variedad moderna se llama Xe’ek’ (mezcla), y hace honor a su nombre, pues incluye préstamos de palabras y hasta estructuras del español. Esta variedad se habla en la zona henequenera y en las áreas más cercanas a Mérida, donde era más necesario tener fluidez en ambos idiomas.
El alfabeto maya consta de 45 sonidos distintos
Comencemos con una referencia: el abecedario español tiene 27 letras: 22 consonantes y cinco vocales. De ellas, nueve consonantes no existen en maya (C, D, F, G, H, Ñ, Q, V, Z); aun así, el maya tiene 20. Esto es porque en el maya hay dos maneras de pronunciar cinco de las consonantes que tiene, y cada una de ellas cuenta como una letra diferente. Un ejemplo de esto es precisamente el nombre del idioma: maayat’aan. Aquí, la T’ tiene una pronunciación distinta a como sería si fuera solo T.
De 45 sonidos, tenemos 20 consonantes, lo que nos deja con… 25 vocales. ¿De dónde salen tantas? La situación es similar: a, aa, áa, a’a y a’ son letras distintas, correspondientes a sonidos distintos. No es lo mismo chak (rojo) que chaak (cocer), cháak (lluvia), cha’ak (almidón) o cha’ (chicle).
La R se coló a la fiesta del maayat’aan
La R no es un sonido propio del maya yucateco; sin embargo, porque hay términos en “mayañol” que la incluyen (turix, por ejemplo), se mantuvo. La R es un caso único: las demás consonantes que no están incluidas en el maya se representan con otras letras (como la K en vez de la C y la Q) o de plano se sustituyen. La F, por ejemplo, se pronuncia como P, y la Ñ, como “ni”. ¿Estás prestando atención, ninio?
Janal Pixan, pero también Acanceh y Zací
Muchas poblaciones del estado tienen nombres escritos en la forma antigua, establecida mucho antes de que existiera la norma actual. Por eso tenemos casos como el indescifrable Acanceh (que se pronuncia Akanké, y en realidad sería Áakankéej) o Zací, que hoy sería Saki’. Sin embargo, desde 1984 se convino que los nombres de lugares y personas se seguirían escribiendo de la forma antigua, a menos que los mismos mayas acuerden otra cosa.
El reto actual del maayat’aan regresa a la razón por la que ha sobrevivido todo este tiempo: se habla, pero no se escribe, y la discriminación (expresa, implícita o inintencionada) ha hecho que cada vez se hable menos. Es por eso que la institucionalización, es decir, normalizar y valorar la lengua maya, es tan importante. Lo mismo ocurre con la difusión de su escritura.
Hoy más que nunca es facilísimo unirse a este movimiento. Tanto el CECIDHY como el INDEMAYA y la Academia Municipal de Maya de Mérida (frente a la Ermita) ofrecen clases gratuitas o a muy bajo costo, presenciales y en línea. Esto, adicional a un sinfín de academias privadas y contenido gratuito en internet. Por ejemplo, el contenido creado por Santos Tuz (IG: santos_tuz), un chico de apenas 22 años que decidió enseñar maya a través de TikTok. Tuvo tal éxito que hasta ahora continúa compartiendo pequeñas lecciones en diversas plataformas, y en 2023 recibió un premio como mejor creador de contenido digital.
Si deseas consultar las Normas de Escritura para la Lengua Maya, éstas están disponibles en el sitio del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI). Ahora sí: ¡ko’one’ex t’aan maaya (vamos a hablar maya)!
Este artículo habría sido imposible sin el material preparado por el Dr. Fidencio Briceño Chel, excelente profesor y excelente persona, hablante nativo de maayat’aan y sin duda uno de los lingüistas más reconocidos de México.
Fotografía por Yucatán Today y Sergio Núñez para su uso en Yucatán Today.
Autor: Alicia Navarrete Alonso
Comunicóloga nacida circunstancialmente en la Ciudad de México, pero que dice “uay” desde 1985. La vida me ha dejado ver el mundo, lo que a su vez me ha permitido descubrir cuánto amo el lugar en el que vivo.