Frutas en miniatura: el mazapán yucateco de pepita, Frutas en miniatura: los zapotitos o mazapanes yucatecos de pepita.
La semilla de calabaza es un ingrediente indispensable en la cocina yucateca. Conocida localmente como “pepita”, esta semilla se ha utilizado desde hace incontables años para elaborar platillos típicos de la región, además de haber formado parte esencial de la alimentación maya. Hoy en día se ha convertido en una de las mejores representaciones de la gastronomía yucateca.
La pepita se puede encontrar en platillos icónicos yucatecos como los papadzules, el sikil p’aak, el brazo de reina y sus variaciones como el dzotobichay. Pero no es sólo en platillos salados donde brilla; el sabor único de la pepita de calabaza le brinda una versatilidad que la lleva a utilizarse inclusive en postres, uno de los cuales son los “zapotitos” o mazapanes de pepita.
Los zapotitos o mazapanes de pepita
La dulce tradición de los mazapanes de pepita se elabora a todo lo largo y ancho del estado. Éstos los puedes encontrar normalmente en mercados o tiendas de dulces tradicionales. Por ejemplo, en el mercado de Motul conocí a doña Lina, quien tiene un puesto de productos diversos desde hace ya más de una década, y quien tenía a la venta este postre, por la módica cantidad de $4 pesos por mazapán.
“Éstos son mazapanes de pepita. [...] Se preparan aquí mismo en Motul, usando pepita y canela, aunque la receta exacta no la conozco”. Los zapotitos o mazapanes que doña Lina vende son pequeños y redondos, de un color café muy claro, y cubiertos de canela. Al probarlos pude constatar su rico sabor: suave, dulce, con un toque muy ligeramente picante de la canela, y con una consistencia terrosa pero moldeable.
Los mazapanes o zapotitos en forma de fruta
Si bien en Motul doña Lina ofrece una versión sencilla y deliciosa de este postre, al sur, en Tekax, doña Martha Martín Castillo ha elevado la tradición a un arte meticuloso, fabricando mazapanes de pepita desde hace décadas.
Todo empezó hace más de cincuenta años, cuando la mamá de doña Martha aprendió a preparar el postre con el fin de generar un ingreso extra. A lo largo del tiempo, y a raíz del gran sabor de sus mazapanes, tuvo la oportunidad de dejar su trabajo como empleada doméstica y dedicarse por completo a su elaboración, enseñándole y heredando el conocimiento a su hija, quien hasta el día de hoy mantiene la receta original.
Tuvimos el gusto de ser invitados a pasar a casa de doña Martha, donde nos mostró y explicó a detalle el laborioso proceso que se lleva a cabo para elaborar los zapotitos. Éste va desde pelar las pepitas de calabaza una por una, hasta formar figuras de frutas con el mazapán y pintarlas para hacer pequeñas obras de arte comestibles.
No sobra mencionar que prácticamente todos los pasos que se siguen para elaborar los zapotitos son manuales, lo que hace que el proceso sea auténticamente artesanal: tardado y muy cansado.
“Si alguien me pide, por ejemplo, hoy el dulce, no se lo podría tener listo en la tarde, sino hasta el día siguiente. Es mucho trabajo”.
Éste es el motivo por el cual su precio es más elevado comparado con otros dulces tradicionales, o incluso con los mismos zapotitos que no se decoran, nos explica. Doña Martha ofrece la charola de 500 gramos (15 piezas) en $170 pesos. También nos cuenta que en los últimos años sus mazapanes se han convertido en un regalo tradicional para gente de la zona, quienes aprovechan para regalar a familiares y amigos de otros estados y países, ya que en ningún otro lugar encuentras este mismo postre.
Los zapotitos, parte esencial de los altares de Janal Pixan
Esta carga de trabajo aumenta especialmente en la época de los Finados o Janal Pixan (lo que en otras partes de México se conoce como Día de Muertos). Es en estas fechas, entre octubre y noviembre, cuando se ve un repunte en el consumo de estos mazapanes, ya que son normalmente utilizados como ofrendas en los altares tradicionales.
“Desde quince días antes empezamos a prepararlo, y somos seis personas. Llegamos a vender hasta 600 kilos de mazapán, principalmente para Mérida”.
Los mazapanes de doña Martha, en Tekax
Le preguntamos a doña Martha si había alguien en su familia que fuera a continuar la tradición, así como ella había hecho con su madre hace muchos años.
“Tengo un hijo pero es maestro. Cuando tiene vacaciones viene a ayudarnos. Tengo dos sobrinas a quien ya les enseñé, pero no les gusta”.
Si te interesa probar los mazapanes que doña Martha elabora, te dejamos su número: 997 101 3176. Puedes contactarla vía Whatsapp o llamada. Ella cada cierto tiempo viaja a Mérida para hacer entregas y surtirse de insumos.
La próxima vez que estés en un mercado local no olvides probar estos mazapanes, un dulce bocado de historia y tradición peninsular que es, además, una forma de arte y una labor de amor.
Fotografía por Gonzalo N. González y Cassie Pearse para su uso en Yucatán Today.
Publicado por primera vez en la revista impresa y digital Yucatán Today, edición no. 442 de Octubre de 2024.
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