Progreso es una de las playas más emblemáticas de Yucatán. En mis años viviendo en este hermoso estado, e incontables visitas a esta playa de aguas tranquilas y ambiente animado, Progreso me ha regalado un sinfín de memorias de días soleados con el sonido de las risas de mis amigos en mis oídos y un rico merengue, mango o michelada en la mano.
Pero no vayas a pensar que Progreso se limita a experiencias diurnas. En palabras de cierta ogra en una de mis películas favoritas, “de día soy una y de noche soy otra”: una descripción que se adecúa perfectamente a la esencia de Progreso. Y es que, si decides visitar este lugar un sábado o domingo por la noche, te sorprenderá como la energía se transforma en comparación al ajetreo del día, las calles (a pesar de estar repletas) se vuelven más íntimas y las luces parecen darle un aire romántico al puerto.
Hace poco tuve la oportunidad de vivir una de estas noches mágicas en Progreso y déjame decirte que quedé maravillada. Si bien es cierto que el mar es el epicentro de gran parte de las actividades diurnas, cuando la noche se apodera de la costa, el Malecón Tradicional, el Malecón Internacional y el Muelle de Chocolate cobran vida con una amplia variedad de opciones culinarias y recreativas para todos los gustos. Algo clave para mis escapadas a Progreso siempre ha sido contar con amigos dispuestos a seguirme en mis aventuras e indeterminaciones, y esta ocasión no fue diferente.
En esta velada, mis amigos y yo decidimos comenzar nuestro recorrido nocturno caminando por el Malecón Tradicional. A nuestra llegada, inmediatamente fuimos recibidos por una sinfonía de música, con melodías de salsa y otros géneros llenando el ambiente desde diversos puntos del malecón. Las notas musicales nos invitaron a explorar los diversos restaurantes, cafeterías y heladerías que se encuentran a lo largo del Malecón Tradicional. Crabster Seafood Grill, Mobula y la Casa del Pastel son solo algunos ejemplos de los restaurantes que ofrecen un menú de mariscos excepcional si prefieres una cena más formal junto al mar.
Nosotros optamos por dirigirnos al Muelle de Chocolate, el cual conecta al Malecón Tradicional con el Internacional. El piso de madera iluminado con luces de colores creaba un ambiente mágico, acentuado por la brisa marina. A lo largo del muelle, descubrimos una variedad de puestos de marquesitas y murales que nos invitaban a tomar tantas fotos como quisiéramos, mientras los músicos ubicados en la zona añadían una banda sonora especial a la experiencia.
Al cruzar el muelle quedamos cautivados por una serie de juegos mecánicos que marcaban el inicio del Malecón Internacional. La llamativa rueda de la fortuna y el carrusel nos dieron la bienvenida. "¿Listos?" pregunté a mis amigos, y con ese simple gesto, comenzamos nuestra travesía a lo largo de los 5.5 kilómetros que conforman este hermoso malecón.
Para algunos, la idea de recorrer 5.5 kilómetros puede parecer todo un desafío, mientras que para otros, es simplemente una apacible caminata. La buena noticia es que, ya sea que elijas dar un paso tras otro o alquilar una bicicleta para explorar, el camino está lleno de sorpresas que te mantendrán completamente entretenido, haciendo que la distancia recorrida sea irrelevante.
Entre mis monumentos artísticos favoritos de nuestro paseo se encuentran un barco pirata, el icónico letrero de Progreso, un tiburón martillo y la osamenta de una ballena que varó en la playa en 2006; todos son ideales para tomarte tu próxima foto de perfil (o tu próximo sticker favorito de Whatsapp).
Si tu visita a Progreso tiene como objetivo mantener tu cuerpo en movimiento o disfrutar de actividades deportivas, el Malecón Internacional tiene una sorpresa para ti. Aquí encontrarás máquinas de ejercicio y una unidad deportiva que desde 2022 cuenta con un skate park, ideal para los amantes de la adrenalina sobre ruedas, ya sea en patines o en patineta. También hay canchas de voleibol playero y fútbol, ¡así que no olvides llevar tu balón!
Por otro lado, si lo que buscas es gozar de deliciosa comida callejera y disfrutar de una velada relajada en Progreso, estás en el lugar perfecto. A lo largo de este extenso malecón, encontrarás una variada gama de opciones que solo están disponibles por la noche. Dogos Beach, situado frente a la zona de juegos infantiles, te tentará con sus ricos hot dogs de pavo y res. Para aquellos que buscan una experiencia culinaria más sofisticada, Del Porto, un poco más retirado, se especializa en pastas y vinos. Y si deseas probar algo único, La Frit' El sabor de Bélgica te sorprenderá con su propuesta de auténtica comida belga. Si ninguna de estas opciones te atrae, siempre tienes la alternativa de traer tu propio picnic y disfrutar de una cena al aire libre en este encantador escenario nocturno. La elección es tuya, y la diversidad de opciones es el sello distintivo de las noches en Progreso.
Además de estas delicias culinarias, Progreso no escatima en entretenimiento. La música y el baile desempeñan un papel fundamental en este puerto. La pasión por el ritmo es evidente, y no es raro ver a la gente disfrutando de un baile incluso dentro de los restaurantes. Si lo que buscas es mover los pies al compás de la música, te encantará saber que la Casa de la Cultura es sede de la “Noche del Recuerdo” que se celebra todos los sábados a las 8 pm. En este evento podrás bailar al ritmo de salsa, rock & roll, danzón, chachachá y más.
Y no te preocupes, siempre hay algo nuevo en el horizonte. Progreso es conocido por ofrecer eventos musicales temáticos con regularidad, además de emocionantes bazares al atardecer que se celebran de forma periódica. No olvides consultar las redes sociales del ayuntamiento para mantenerte al tanto de los eventos que están por venir.
Así que, ahí lo tienes. Progreso ofrece todo tipo de diversión para todo tipo de personas, ya sea que vas por la música, el baile, la comida, las actividades recreativas, o todas las anteriores. Sea lo que sea que busques, Progreso es el lugar perfecto para disfrutar al máximo y crear memorias inolvidables de noche. Estoy segura de que persuadir a mis amigos para una próxima visita será pan comido.
Fotografías por Sara Alba para su uso en Yucatán Today.
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