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Deliciosa y nutritiva chaya: Un super alimento maya

28 octubre 2025
/
7 min. de lectura
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De origen nativo del sureste de México y Centroamérica, la chaya es una planta silvestre que crece con gran facilidad en el patio de las casas. Desde tiempos prehispánicos, los mayas le dieron al chay (como lo conocían) usos gastronómicos, medicinales y curativos.

 

La chaya crece en un arbusto pequeño de gran follaje que brilla con la luz del sol. Hay variedades con hojas de 3 a 5 picos; ésta última es más común en Yucatán.  Nunca ha pasado inadvertida. Cuando los españoles pisaron estas tierras, les llamó la atención aquel arbusto y los variados usos a él asignados por los nativos.

 

 

Propiedades de la chaya

Mestiza-chaya-by-Circulo-47-Ayuntamiento-de-MeridaLa chaya es un superalimento que funciona como un excelente complemento alimenticio: es rica en fibra, proteínas, vitaminas, aminoácidos esenciales, ácidos grasos, y principios activos que le otorgan propiedades antiinflamatorias. También es rica en fósforo y potasio, y provee más hierro incluso que la espinaca.

 

Como planta medicinal (fundamental en la medicina tradicional maya), se le atribuyen propiedades antiglucémicas (útiles para el manejo de la diabetes) y ayuda con enfermedades renales. Además, contribuye a regular la presión arterial, mejora la circulación, facilita la digestión, y reduce los niveles de colesterol y ácido úrico. También se utiliza para la desinflamación, la reducción de peso y el aumento de la retención de calcio.

 

¿Suena demasiado bueno para ser verdad? Y todavía falta: además es diurética (si se toma en infusión en ayunas), una fuente de proteína que puede sustituir a la carne, y previene resfriados por su alto contenido en Vitamina C. Es un vegetal completo y, sobre todo, ¡sabroso!

 

 

¿Cómo es la chaya?

Chaya-hoja-mata-arbol-by-Magali-RamirezLa chaya es un arbusto que puede llegar a medir hasta tres metros de alto. Sus hojas son su rasgo más particular. Sus hojas tienen tallos largos, que sueltan una savia lechosa cuando se desprenden de la planta. Las hojas son más anchas que largas y tienen como tres puntas o lóbulos, además de bordes ligeramente dentados. Por arriba son de un verde intenso, y por debajo, de un verde más claro.

 

Pero lo más importante que debes saber es: ¡hay que tener mucho cuidado al tocarlas! Las hojas están cubiertas de unos pelitos urticantes que causan picazón o escozor al contacto. Por eso, si alguien te regala chaya para cocinar, te la entregarán envuelta y lista para que la manejes con cuidado.

 

 

El ritual maya de pedirle permiso a la chaya

Chaya-hojas-espinas-pedir-permiso-by-Andrea-Mier-y-TeranComo la chaya se consideraba un árbol sagrado, existe la creencia de “pedir permiso” antes de cortar las hojas para evitar la picazón. No está de más decirle “Buen día señora chaya, ¿me permite quitarle unas hojas?” antes de tomarlas. Algunas personas dicen que los pelitos urticantes de la chaya “se guardan” cuando no hay sol, de manera que cortarla muy temprano por la mañana o al anochecer es otra forma de evitar que pique. Otros más, con mayor experiencia, ya saben exactamente cómo manipularla para tomarla con las manos desnudas sin ningún problema. Para mayor seguridad, si no estás familiarizado con la planta de chaya y sus hojas, es más seguro manipularla con guantes. 

 

 

La chaya ¿cruda o cocida?

Agua-de-Chaya-by-Renee-MoralesSí hay una consideración importante. La chaya contiene ácido cianhídrico (HCN), aunque ciertamente no en cantidades que la hagan instantáneamente venenosa. Según el Dr. Howard Bradbury (Australian National University), consumir 250 g de hojas de chaya cruda podría causar una intoxicación molesta, con síntomas como dolores de cabeza o estómago, mareos, y en casos más extremos, vómitos. Como contexto, 250 g de hojas crudas equivaldrían más o menos a lo que se podría acomodar en 10 tazas o un recipiente de 2 litros (dependiendo, claro, de qué tanto se aplasten). Es difícil que alguien quiera comer tanta chaya en una sola ocasión. 

 

Sin embargo, sabiendo que un consumo constante de hojas crudas de chaya podrían tener consecuencias desagradables en el organismo, lo más recomendable es comerla cocida, ya sea sofrita, hervida o blanqueada. El calor disminuye y hasta elimina los rastros de ácido cianhídrico, haciendo ​​seguro el consumo de este superalimento.

 

Advertencia clave: Evita cocinar o almacenar la chaya en recipientes de aluminio, ya que sus componentes pueden reaccionar con el metal.

 

 

El ilustre académico José Díaz Bolio y su trabajo con la chaya

El conocido investigador de la ciencia maya José Díaz Bolio (1906-1998) dedicó una crónica etnobotánica a este maravilloso superalimento mesoamericano. En ella, escribió que  la combinación de la chaya con el maíz y con la pepita de calabaza (llamada sikil) da lugar a un alimento excepcional, capaz de asegurar la subsistencia del ser humano durante largo tiempo.  

 

El especialista meridano, quien se adiestró en la fabricación y distribución de diversos productos cosméticos y medicinales en los negocios de droguería y farmacia de su padre, además se refirió a la mezcla de la chaya con harina de frijol soya y a su valor nutritivo. En tal sentido, relató su propia experiencia después de tomar un atole elaborado con ambos nutrientes.  

 

Pues bien, licuó dos cucharadas colmadas de harina de soya, cinco hojas de chaya -de tamaño regular-y medio vaso de agua. Aparte, en una olla de peltre, puso a hervir la cantidad de un vaso de agua. Tan pronto rompió el hervor, añadió lentamente lo licuado, que coció durante cinco minutos sin dejar de moverlo. Transcurrido ese tiempo, lo retiró del fuego y utilizó miel natural para endulzarlo.  

 

"El resultado fue que a las tres de la madrugada despertamos con una sensación de resistencia física inusitada. Fue como si hubiésemos cenado un bistec de un cuarto de kilo de carne de res, pero sin los inconvenientes de la carne. Nos sentíamos sobrados de energía y con ánimos de encender la luz y ponernos a trabajar".

 

El también poeta, periodista e historiador recomendó ensayar la combinación de chaya y soya agregándole maíz y sikil o pepita, con el objetivo de obtener un producto de alto valor alimenticio que, a la vez, fuera sabroso. 

 

 

Usos culinarios: ¿cómo se come la chaya en la cocina yucateca?

Empanadas-de-chaya-comida-yucateca-gastronomia-by-Andrea-Mier-y-TeranLa mejor parte de tener a mano una hoja tan nutritiva y beneficiosa como la chaya es que además es deliciosa. Con un sabor parecido al de la espinaca, la chaya se puede preparar de forma similar en gran variedad de platillos: sopas, tamales, mezclada con alguna carne o con huevo o sola como guarnición.

 

También es común encontrarla  como elemento decorativo y en bebidas refrescantes (aguas frescas), combinada con piña, limón, lima o mango. Es posible crear nuevos platillos como un “chayarroz”, quesadillas, entre otras… con un poco de creatividad culinaria puedes utilizarla para crear muchos guisos más.  

 

Ahora que sabes todo esto, no desaproveches la oportunidad: cada vez que visites Yucatán, ¡asegúrate de saborear la deliciosa y nutritiva chaya!

 

 

 

Por Alicia Navarrete, Violeta H. Cantarell y Yurina Fernández Noa


 

Publicado por primera vez en la revista impresa y digital Yucatán Today, edición no. 455 de noviembre de 2025. 

Yucatán Today

Autor: Yucatán Today

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