La “barra” yucateca, más que un pan
Una visita a Yucatán no puede estar completa si no has saboreado un pan “francés” o “barra” como se conoce en la región, ya sea en su versión dulce con mantequilla y azúcar y un delicioso café, o bien, en torta (sandwich) con alguno de los platillos tradicionales como la cochinita pibil (carne de puerco), el relleno negro de pavo o el escabeche (si amas la cebolla). Antojable ¿verdad?, pues conozcamos juntos el origen y tradición de este delicioso pan, uno de los favoritos entre los yucatecos.
La “barra” es un pan blanco suave tipo “baguette”, ligeramente salado que adquiere un sabor particular durante el horneado, ya que se pone a lo largo una tira de palma de huano (palmera) o de coco que, al dorarse, indica si ya está cocido. Si no tiene esta hoja no se considera pan francés, sino bolillo.
Lo mejor es que puedes adquirir tu “barra” a tan solo $4 pesos en las panaderías como “El Retorno”, “La Vieja” o en las sucursales de la tradicional “ Panificadora Montejo”. Si te hospedas cerca del Monumento a la Bandera, ahí encontrarás una, recomendamos que muy temprano en las mañanas o en las tardes compres tus barras recién salidas del horno.
Actualmente en la ciudad se utilizan hornos de gas, pero aun puedes encontrar pan hecho en leña en los pueblos cercanos a Mérida, créeme que notarás la diferencia en sabor y consistencia.
En la Península la costumbre de comer pan tuvo su origen con la llegada de los españoles, ya que se solía consumir maíz y tortillas. Hacia los años cincuenta inicia la industria panadera en la entidad, elaborándose por primera vez el pan francés y con esto arranca una gran tradición que hoy persiste.
La panadería rescata lo mejor de las tradiciones, ya que sigue haciéndose de forma artesanal, además de generar empleos y beneficiar a muchas familias, a la vez que da calidez al barrio y al pueblo, basta con que pruebes la gran variedad de panes salados o dulces que existen en México y en Yucatán.
Por su bajo costo, el pan se ha convertido en base de la alimentación de los yucatecos, junto con las tortillas. No hay domingo en el que no se vean a familias disfrutar de una rica cochinita en media barra o en una completa si hay mucha hambre. Pide tu torta, por su puesto en una barra yucateca.
Si observas en la calle a vendedores en triciclos con globos de aluminio o cajas de pan salado y dulce, que aplauden o tocan una corneta para llamar tu atención, acércate y compra un pan…o varios. Recomendamos también que tomes tu barra, la partas a la mitad, untes mantequilla y azúcar, hornees o calientes hasta que se derrita el azúcar. Acompaña con un rico chocolate y ahora sí estarás disfrutando la barra como yucateco.
Como verás, en los momentos importantes, en familia, en domingo, por las tardes o simplemente sin pretextos, toda ocasión es propia para disfrutar un rico pan francés.
La “barra” es un pan blanco suave tipo “baguette”, ligeramente salado que adquiere un sabor particular durante el horneado, ya que se pone a lo largo una tira de palma de huano (palmera) o de coco que, al dorarse, indica si ya está cocido. Si no tiene esta hoja no se considera pan francés, sino bolillo.
Lo mejor es que puedes adquirir tu “barra” a tan solo $4 pesos en las panaderías como “El Retorno”, “La Vieja” o en las sucursales de la tradicional “ Panificadora Montejo”. Si te hospedas cerca del Monumento a la Bandera, ahí encontrarás una, recomendamos que muy temprano en las mañanas o en las tardes compres tus barras recién salidas del horno.
Actualmente en la ciudad se utilizan hornos de gas, pero aun puedes encontrar pan hecho en leña en los pueblos cercanos a Mérida, créeme que notarás la diferencia en sabor y consistencia.
En la Península la costumbre de comer pan tuvo su origen con la llegada de los españoles, ya que se solía consumir maíz y tortillas. Hacia los años cincuenta inicia la industria panadera en la entidad, elaborándose por primera vez el pan francés y con esto arranca una gran tradición que hoy persiste.
La panadería rescata lo mejor de las tradiciones, ya que sigue haciéndose de forma artesanal, además de generar empleos y beneficiar a muchas familias, a la vez que da calidez al barrio y al pueblo, basta con que pruebes la gran variedad de panes salados o dulces que existen en México y en Yucatán.
Por su bajo costo, el pan se ha convertido en base de la alimentación de los yucatecos, junto con las tortillas. No hay domingo en el que no se vean a familias disfrutar de una rica cochinita en media barra o en una completa si hay mucha hambre. Pide tu torta, por su puesto en una barra yucateca.
Si observas en la calle a vendedores en triciclos con globos de aluminio o cajas de pan salado y dulce, que aplauden o tocan una corneta para llamar tu atención, acércate y compra un pan…o varios. Recomendamos también que tomes tu barra, la partas a la mitad, untes mantequilla y azúcar, hornees o calientes hasta que se derrita el azúcar. Acompaña con un rico chocolate y ahora sí estarás disfrutando la barra como yucateco.
Como verás, en los momentos importantes, en familia, en domingo, por las tardes o simplemente sin pretextos, toda ocasión es propia para disfrutar un rico pan francés.
Autor: Violeta H. Cantarell
Nacida en Mérida, Violeta es una comunicóloga dedicada a escribir y crear contenidos en temas de turismo, moda y emprendimiento. Recientemente incursionó como traductora inglés-español.
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