Ceremonias Mayas: el Cosmos en la Tierra
Invocar la lluvia, apaciguar la tierra, agradecer por lo recibido: distintos rituales mayas continúan el aliento ancestral de sitios como Dzibilchaltún, Uxmal y Chichén Itzá. El linaje de los sacerdotes mayas persiste, acompañado por estudiosos y defensores. Uno de ellos es el Dr. José Enrique Vidal Dzul Tuyub, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Cultura. Conversé con él en torno a las ceremonias mayas, cuya vigencia e importancia son indudables.
Existen distintas ceremonias mayas que manifiestan un abanico de intenciones, explica José. Cuando los Aluxes o los Yuntsiles hacen travesuras, o cuando se inicia el asentamiento de las tierras, es necesario conciliar la paz: Jets’ Lu’um, ceremonia de apaciguamiento, será la práctica idónea. La ceremonia de petición Jo’olbesaj Kool ensalza y agradece a los señores espirituales del monte para lograr buenas cosechas, mientras que el Ch’a Cháak pide la lluvia que dará la vida.
José dice que el diluvio posterior a las ceremonias no es casualidad. Describe: el maíz se convierte en masa en los hornos escarbados en la tierra. Una correcta selección de maderas logra el calor que cuece el pib, ofrendado a los diferentes elementos. La sed de espíritu se sacia con el balché, bebida fermentada a partir de la corteza del árbol con su nombre. Quizá el único registro original de estas prácticas esté en las pinturas murales de diferentes procesiones, hechos de agradecimientos, pedimentos y efectos adivinatorios; hasta hoy, todos ellos permiten la interacción con las fuerzas del monte, del agua, de la tierra y del fuego, recuenta Dzul Tuyub.
Estoy cerca de la mesa de troncos ligeros, guarecida por ramas verdes en arco. Las jícaras con el balché pasan de las manos de Marcial Mahla Can, J-men, sacerdote maya como sus ancestros, a la boca de los presentes. En la ofrenda, la palabra maya se mezcla con las españolas “Dios” y “Espíritu Santo”. José me explica que existe un sincretismo en las oraciones. No son sólo las palabras, también los símbolos católicos españoles los que se unen a los del maya yucateco, como sucede con la Cruz de Palenque, anterior a la llegada del catolicismo, o la Cruz Parlante que auxilió la adivinación militar en algunos pueblos, diezmados durante la Guerra de Castas.
Estas ceremonias son, para las poblaciones mayas, el reflejo de la búsqueda del bien colectivo, cree José. Se invoca la petición de lluvia hasta para con los vecinos, y conservan mucho de la sacralidad verdadera, la que mantiene con fervor y con respeto una fe que permite reconocer lo divino en los cánticos, la vehemencia de los círculos, de los saludos, y las ofrendas vivas hechas a los elementos de la naturaleza. Los favores alcanzan el eco de los poderes del cosmos gracias a su lazo con los sacerdotes mayas.
Pero estos signos culturales, usualmente realizados en los sitios arqueológicos de Yucatán, Campeche, Quintana Roo y Chiapas, atraviesan una crisis. Podemos notar la precariedad presupuestal que padece el sector cultural en México, observa José, recordando que en estos espacios patrimoniales, a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia, interactúan muchos trabajadores, desde las áreas administrativas, las áreas de custodia, las áreas de divulgación, los trabajadores del área de asesoría educativa, restauradores, arquitectos, investigadores, antropólogos y más. Son ellos quienes permiten dar cumplimiento a las funciones de investigar, conservar y divulgar los saberes que viven en México. Las ceremonias mayas conservan su ser; conocerlas, salvaguardarlas y respetarlas son responsabilidades de todos.
Es importante aclarar que estas ceremonias mayas se realizan en las milpas, y son en realidad una seña íntima de identidad de las comunidades. Esto significa que, siendo prácticas identitarias y culturales, no están abiertas a visitantes o espectadores. Sin embargo, puedes ser parte de recreaciones fidedignas en lugares como Chichén Itzá o el Eco-Museo del Cacao Choco-Story, donde diariamente se representa el Cha'a Cháak, la ceremonia a través de la cual se invoca la lluvia una vez terminada la siembra.
Fotografías por Dave S. Mayoral para su uso en Yucatán Today.
Autor: David S. Mayoral
Dave Mayoral (1998) cree que es complicado escribir en tercera persona sin reírse en el intento, pero su formación en Lengua y Literatura Modernas, Historia del Arte Contemporáneo y Gestión Cultural suele ayudarle bastante…