¿Te imaginas poder aprender sobre el legado histórico y cultural de un lugar mientras manejas una cuatrimoto? ¿Visitar pirámides mayas, pasear por la selva y cenar en el antiguo casco de una hacienda? En lo personal, nunca se me había ocurrido, pero tuve la oportunidad de vivirlo y puedo decirte que es una manera muy divertida de visitar Acanceh. Acanceh, por si no lo conoces, es un municipio cautivador al noroeste de Yucatán, tan solo a 40 minutos de Mérida. Espera, ¿olvidé mencionar que es un tour nocturno?
Nuestro viaje comenzó a las 5:30 pm, cuando llegamos a Acanceh. Esta ciudad, cuyo nombre en maya quiere decir “quejido de un venado”, es un lugar donde las calles están llenas de vida, especialmente (como pronto descubrimos) por la noche. Fuimos recibidos por el equipo de Acanceh Experience by Wayak, los creadores de esta increíble experiencia y nuestros guías por la velada. Nos explicaron con mucha paciencia el manejo correcto de las cuatrimotos (independientemente de nuestro nivel de experiencia) y las medidas de seguridad que debíamos tomar para garantizar un tour divertido, así como las paradas que haríamos en el trayecto, una de ellas a una hacienda abandonada… pero me estoy adelantando.
Cuando concluyó el tutorial, nos dirigimos a la Plaza de las Tres Culturas para iniciar nuestro tour. Esta animada plaza es muy distinta a las típicas plazas del estado y debe su nombre a la ubicación de una imponente pirámide de un lado, una iglesia de la época colonial en el medio, y el mercado del otro lado de la plaza.
Norma, nuestra guía, nos dio un resumen de la historia de la pirámide. Protegida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), las piedras de este sitio arqueológico se encuentran talladas al estilo Puuc y tiene representaciones de aluxes en partes de su estructura. Lamentablemente, no pudimos ingresar al sitio ya que cierra a las 5 pm y los boletos se venden hasta las 3 pm.
La iglesia también es un punto de encuentro para muchos, pues es el escenario principal de las fiestas patronales en honor a la Virgen de Guadalupe. Estos 40 días de festividades se llevan a cabo entre noviembre y diciembre. Las personas degustan platillos tradicionales como los salbutes de Chooch (negrito), hay procesiones y el encendido del torito, en donde una persona, que se encuentra debajo de una estructura de madera cubierta de pirotecnia, persigue a las personas a su alrededor. Una tradición perfecta si buscas un poco de adrenalina.
Después de esta explicación (y de tomarnos cientos de fotos), visitamos el Palacio de los Estucos, un sitio arqueológico en donde se encuentran grabados que narran el nacimiento de los hombres del maíz, y el observatorio astrológico maya, este último está perfectamente alineado con el planeta Venus.
Para cuando nos trasladamos a nuestro siguiente destino, el atardecer ya había pasado y la noche rápidamente había caído. La vida nocturna en un jueves, como nos dimos cuenta, representa diferentes cosas para cada persona. Para algunos, significa subirse en los autobuses iluminados con luces coloridas, o un paseo por las calles cubiertas de bugambilias; para otros, incluso podría ser un partido de béisbol con una pirámide de paisaje de fondo.
Ya sé, seguramente te estarás preguntando cómo se siente manejar una cuatrimoto en el medio de un lugar tan concurrido. Bueno, gracias a nuestros increíblemente atentos guías, que constantemente se cercioraban de que estuviéramos bien, fue muy tranquilo y controlado.
¿Recuerdas la hacienda abandonada que te mencioné? Antes de recorrer el camino para llegar a este último destino, nuestros guías nos aconsejaron pedirle permiso a una ceiba para cruzar el camino de forma segura. Una vez que todos pidieron permiso, nos subimos a las cuatrimotos nuevamente, y seguimos por este (muy) oscuro camino.
Para ser completamente honesta, debo decir que los lugares que están completamente oscuros y yo no solemos congeniar; algunos podrían llamarme miedosa. Y aunque es cierto que en el camino no hay luz alguna, nunca sentí miedo durante todo el recorrido. De hecho, logré apreciar la falta de iluminación ya que nos dio la oportunidad de apreciar cada estrella y constelación (como el cinturón de Orión) en el cielo, y algunos objetos no identificables moviéndose por ahí…
En la mitad del camino, nos detuvimos en un altar que fue construido por los habitantes del pueblo que afirmaban ver cosas o escuchar ruidos en la zona; algunos incluso han asegurado haber visto a la Xtabay. Ya seas escéptico o no, es importante destacar que también sirve como un tributo a las muchas personas que fallecieron violentamente en la hacienda mucho antes de la Revolución Mexicana. Después de esta parada rápida, finalmente llegamos a la hacienda y fuimos recibidos por Doña Betty y Doña Lupe, quienes amablemente nos prepararon la cena. Antes de sentarnos a cenar, nos acercamos a otra ceiba para agradecerle por dejarnos llegar de forma segura y pedirle que nos protegiera en nuestro regreso. Luego hicimos una ceremonia, donde Norma vertió aguardiente en el suelo como ofrenda para la Xtabay. Todos se quedaron afuera por unos minutos, relajándose y soltando sus dolencias al aire que olía fuertemente a incienso.
Pero regresemos a la cena. El menú de ese día fueron chalupas y panuchos de Chooch; si tuviera que describir su delicioso sabor, fallaría miserablemente. Tuvimos una fabulosa cena entre la encantadora iluminación ambiental, conversación relajada y excelente comida. Una vez que terminamos de comer, hicimos el recorrido de regreso. Para este punto del tour, les pedimos a nuestros guías conducir a mayor velocidad, a lo cual accedieron con gusto. Debo admitir que me sentí como toda una motomami en ese momento; supongo que eso también me ayudó a olvidarme de mi miedo a la completa oscuridad. Confío en que Rosalía estaría orgullosa de mí.
Concluimos nuestro recorrido sin ningún percance justo donde comenzamos, en las oficinas de Acanceh Experience. Y así fue nuestro tour nocturno de Acanceh. En mi caso, viví lo mejor de dos mundos: pude aprender más sobre este maravilloso lugar, y al mismo tiempo sentirme toda una aventurera; definitivamente una experiencia ideal para mí.
Sin embargo, si las cuatrimotos no son lo tuyo, o estar en la oscuridad es algo que tiendes a evitar, no te preocupes: ¡Acanceh Experience te tiene cubierto! También ofrecen recorridos en bicicleta, que generalmente se inclina más hacia la parte histórica de la experiencia. Las excursiones de día también son una opción; éstas incluyen la entrada a los sitios arqueológicos, pero no incluyen comidas.
Cualquiera que sea la opción que elijas, Acanceh Experience busca personalizar cada experiencia para tí y tus acompañantes. Entonces, ya sea que quieras saber más sobre la cultura e historia de Acanceh, o simplemente tomar muchas fotos y conducir cuatrimotos con tus amigos, ¡Acanceh te está esperando!
Acanceh Experience by Wayak
Calle 23 x 22 y 24, Centro , Acanceh
Tel. 999 369 4652
FB: Acanceh Experience by Wayak
Fotografías por Acanceh Experience by Wayak, Yucatán Today, Alicia Navarrete y Sara Alba para su uso en Yucatán Today.
Artículos relacionados
