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Peto: Corona de la Luna

04 octubre 2019
/
3 min. de lectura
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Si quieres salir de la ciudad y conocer un lugar donde se mezclan casas mayas tradicionales, con casonas de la época colonial junto a construcciones Californianas de las nuevas generaciones de migrantes que mantienen un lazo con su pueblo… ¡has de visitar mi pueblo! Está lleno de sorpresas.

 

 

Para llegar

¡Qué fácil es llegar a Peto! Convenientemente, desde Mérida, encontrarás señalamientos para tomar la carretera a Peto/Chetumal y llegarás en hora y media. También puedes ir por la vía alterna y “pueblear”, pasando por aproximadamente 14 poblados del sur hasta llegar a Peto. O puedes llegar al parque de San Juan en Mérida y tomar una combi, o irte en autobús desde la terminal en la Calle 67 x 50 y 52. Hay hospedaje en el hotel D’Rodi & Eve, o elija dónde quedarte ya que recorras diversos lugares.

 

 

Veo, veo

Lo primero que verás es su imponente iglesia, en ella está la Virgen de la Estrella. Los petuleños podrán contarte gozosamente las historias de cómo la Virgen luchó con el pueblo durante la Guerra de Castas, en la que Peto tuvo un papel importante y durante la cual el pueblo se refugiaba al interior de la iglesia. Con suerte te dejarán visitar el campanario.

 

 

Transportes y tradiciones

Verás también muchas motocicletas. Hoy día las motos son el transporte más económico y práctico del pueblo. Sin embargo, Peto es bien conocido por la estación de ferrocarril que marcó un hito importante en su historia durante el Porfiriato. A la llegada del tren, se firmó un tratado de paz entre los pueblos de Peto y Tzucacab. La estación del tren comenzó una tradición de sentarse a ver quiénes iban y venían y a recibir el maíz, la azúcar, el piloncillo, la madera y otros productos que transportaba.

 

Esta costumbre es notoria en sus parques y en la plaza central en la actualidad. Si te sientas bajo los arcos del palacio municipal, sus pisos rojos y el contraste con el azul del cielo te darán un buen panorama de las familias, sus alegres saludos al turista, hasta con una levantada de ceja. Es esencial contar de dónde vienes y qué vas a hacer, así podrás iniciar una conversación donde descubrirás lo grande que es Peto con sus treinta comisarías; la variedad de producción que viene de ahí, tierra de gran tradición agrícola, conocido como “el granero del estado”.

 

 

¿Quieres más atractivos?

¡Peto los tiene! Súbete a un trici taxi y regálate un tour. Podrás irte de punta a punta y conocer la estación de radio XEPET: La voz de los mayas, la más importante en la región del sureste yucateco. Pasea por sus dos universidades para conocer el trabajo que realizan los estudiantes. Pregunta sobre la larga historia de la explotación del chicle en la selva y conoce el árbol del chicozapote para que sepas de dónde proviene. Te percatarás que hay mucha vida en el pueblo, con sus casitas de colores y las subidas y bajadas, pues Peto está construido sobre varios cerros. Fíjate en la vegetación a lo largo del camino, notarás que la temperatura es más fresca que en Mérida porque estás rodeado de selva húmeda, con las maderas del pich, del jabín y del chacah desde la famosa Sierrita hasta los traspatios de las casas.

 

 

Petolindo, Petolandia

La risa y el buen humor es un distintivo de Peto. Es muy probable que el día que visites haya un show de comedia; pregunta. Entra al mercado, junto al parque, a probar todo tipo de sabores y conocer lo delicioso que sale de su tierra. Refréscate con unos machacados de frutas tropicales. Seguramente escucharás chistes y risas y la manera cariñosa de apodar el lugar como Petolindo, Petolandia. Cuando pases por la primaria Miguel Hidalgo, recuerda que ahí aprendí a escribir las letras con las que ahora te comparto de mi pueblo querido.

 

Fotografía de Óscar Góngora y Juanita Stein para uso en Yucatán Today

Andrea Medina

Autor: Andrea Medina

Editorial por Andrea Medina Bióloga Doctorado en Estudios Mesoamericanos enfocado en culturas Mayas.    

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