Llega el calor y las oportunidades para disfrutar algo dulce, natural, delicioso y sano aumentan con la gran variedad de frutas de temporada que se cultivan en la Península de Yucatán. Algunas son exóticas a la vista y muy interesantes para el paladar, pero todas son dignas de probarse y, por supuesto, repetir. Las puedes encontrar en los mercados, en las esquinas (especialmente en el Centro Histórico) y en el supermercado. ¿Quieres conocer cuáles son? Acompáñanos a esta ruta de sabores tropicales.
La pitahaya es exótica y con una gran belleza por fuera. Es una fruta color rosa de origen cactáceo que suele crecer en los muros y albarradas de Yucatán. Con un sabor exquisito, la puedes comer sola partiéndola en pedazos y disfrutando su interior blanco con pequeñas semillas negras. También la puedes preparar en agua, paletas, helado, gelatina, mermelada o para una ensalada. Es propia del verano y sumamente refrescante.
Si has visto una fruta amarilla pequeña de fuerte aroma, te has encontrado con una de las estrellas de los postres regionales: el nance. Se puede comer crudo en los meses de verano, o en dulce preparado en almíbar durante todo el año. Tiene una carne suave, jugosa y un sabor único y penetrante. También lo puedes encontrar en paletas, machacados, sorbetes o con licor de Xtabentún.
Una de las delicias más esperadas de la temporada es poder preparar un buen plato de huaya con chile y limón. Esta fruta, emparentada con el lichi, tiene una cáscara rígida y delgada que se rompe con los dientes o con un cuchillo para dejar salir a una pepita con pulpa en color rosa claro de un sabor peculiar y delicioso. Se vende por racimos y si te la ofrecen en la calle, no dudes en comprarla y prepararla con chile en polvo y gotitas de limón. Solo cuidado con no hablar mientras las comes, porque te puedes atragantar con la pepita.
Un tesoro para el paladar que sólo puedes encontrar en Yucatán a partir de abril es la grosella, con un sabor ácido similar al limón y de textura semejante a la manzana. Cuando está madura da notas dulces al paladar. También se puede comer en almíbar. De igual forma, la ciruela yucateca se distingue por su acidez y su modo de preparación con chile y sal. Se come con cáscara y la puedes encontrar sobre todo en el mes de mayo.
Tampoco puedes perderte el saramuyo y la guanábana, ambas frutas de la familia de la anona, con una piel verde y escamosa pero con una pulpa suave y dulce que se utiliza para aguas, helados o sola. El mamey es un fruto en forma ovalada de color naranja, con un sabor muy dulce. Su piel gruesa asemeja a la madera y es necesario dejar que madure para disfrutar su sabor. Se puede comer solo, en licuados y helados. Su sabor es de los favoritos de los yucatecos.
Uno de los frutos que te pondrá en modo explorador para encontrarlo es el llamado zapote negro o taúch. Con una cáscara verde oscura y por dentro una carne dulce de color negro, se combina con leche o jugo de naranja, dando una textura y color diferente a cualquier fruta que hayas visto antes.
Muchas frutas de verano, sabores y colores diferentes podrás probar en tierras yucatecas durante tu estancia cuando el calor abrasa. Aprovecha y no dejes de probar las recomendaciones para tu próxima visita al mercado.
Editorial por Violeta H. Cantarell
Nacida en Mérida, Violeta es una comunicóloga dedicada a escribir y crear contenidos en temas de turismo, moda y emprendimiento. Recientemente incursionó como traductora inglés-español.
Fotografía por Yucatán Today y Mercado Lucas de Gálvez para su uso en Yucatán Today.
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