A estas alturas, es difícil que no sepas que las abejas son esenciales para la vida en la tierra, al ser las responsables de propagar la base de todos los ecosistemas que no se encuentran en la Antártida. Quizá sepas que México es uno de los ocho países con mayor producción de miel en el mundo, y que, dentro de México, Yucatán es el mayor productor. Si eres conocedor, es posible que no sea noticia para ti que la miel de Yucatán, inclusive la más común, tiene un sabor muy fuerte y característico, muy distinto al de cualquier otra miel producida en México o el mundo.
Lo que podrías no saber es que Yucatán ha sido, por milenios, hogar de decenas de especies de abejas distintas a la más conocida en el mundo, la abeja europea (Apis mellifera).
La mejor conocida es la Melipona beecheii, y aunque es sólo una de las tantas que hay, es la que le presta su nombre a todas las demás especies de abejas nativas, debido a un rasgo particular que tienen en común: su falta de aguijón. Alguien alguna vez me preguntó cómo podían seguir vivas sin aguijón, pensando en las abejas “regulares”, que mueren cuando pican. Pero estas abejas nunca han picado; así nacen, inofensivas (e indefensas) además de dulces.
Esta característica dio lugar a que, durante siglos, los habitantes de nuestro estado convivieran con estas abejas nativas, usando su miel, jalea real, polen y propóleo para distintos fines: alimenticios, sí, pero también medicinales, ceremoniales y sagrados. En la naturaleza, las abejas nativas hacen sus colmenas dentro de troncos; los mayas las cultivaron así, usando secciones de troncos llamados Jobones que, puestos de forma horizontal en vez de vertical, facilitaban el cuidado de las abejas y la extracción de sus productos.
Las abejas que podrías encontrar en la selva yucateca son tan variadas que algunas ni siquiera parecen abejas. Algunas son tan pequeñitas que podrías confundirlas con una mosquita; otras son de un color turquesa brillante, prácticamente verdes… que también podrías confundir con moscas. En el caso de los abejorros, por su tamaño y el ruido que hacen, es más fácil confundirlos con un helicóptero que con otro insecto. En la mayoría de los casos, su única defensa contra el gigante que las amenaza (tú) es enredarse en tu cabello y tratar de desquiciarte con su zumbido en tu cabeza. Si esto te ocurre, no te desesperes; matar una abeja sólo hará que más se acerquen a averiguar qué pasó.
Las distintas variedades de abejas nativas hacen miel con características únicas, inconfundibles entre sí; sin embargo, otro rasgo que tienen en común es que la cantidad de miel que elaboran es por mucho (pero mucho de verdad) menor a la miel de la abeja Apis. Esto hace que la miel de las abejas nativas sea más escasa (y por lo tanto, mucho más cara).
Entonces, recapitulando, las abejas meliponas (Xunáan Kaab, o “señora abeja”) y sus parientes nativas no tienen ningún sistema de defensa contra depredadores naturales. Para vivir, necesitan, desde luego, flores para visitar y troncos de árboles dónde hacer sus nidos o humanos que las mantengan en Jobones. Tomando en cuenta el avance de las manchas urbanas y la deforestación de las selvas, el uso indiscriminado de pesticidas, y el hecho que es mucho más redituable ser apicultor que meliponicultor… no podemos decir que las abejas nativas yucatecas tengan el futuro asegurado.
Por suerte, son varias personas las que están rescatando no sólo la práctica de la meliponicultura, sino del uso tradicional de sus productos, que, se dice, tienen propiedades curativas que incluyen el alivio desde úlceras gástricas, cataratas y hasta cáncer. En esta edición encontrarás varias opciones de lugares a donde puedes ir para aprender sobre estas pequeñas maravillas de la naturaleza y probar los distintos sabores que comparten con sus vecinos humanos. Quizá tu visita te anime a adoptar una colmena, pero, sobre todo, a plantar flores nativas y a dejar de lado el insecticida en tu jardín.
Por Alicia Navarrete
Comunicóloga nacida circunstancialmente en la Ciudad de México, pero que dice “uay” desde 1985. La vida me ha dejado ver el mundo, lo que a su vez me ha permitido descubrir cuánto amo el lugar en el que vivo.
Fotografía por Olivia Camarena Cervera, Aram Bobba y Yucatán Today para su uso en Yucatán Today.
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Hola, hay varios errores en la descripción del comportamiento de la Melipona beecheii y otras especies de Meliponinos.. pienso que es mejor acercarse con profesionales del tema para obtener una información correcta, sin embargo, se agradece el interés en las especies de abejas nativas.
Saludos
Hola, Yuliana. Te agradecemos mucho la observación, lo tendremos en cuenta para los próximos artículos.
Saludos