Tuvimos el placer de pasar la navidad de 2005 y algunos días después en soleado Campeche. Fue muy agradable. Manejamos algunas horas desde Mérida en la carretera 180 por Calkini y Tenabo y otros pueblitos. Fue interesante, porque la topografía cambió a colinas y montañas chicas, que es muy diferente de la llanura del resto deYucatán. Después de pasar la prisión y tienditas en San Francisco Koben, llegamos rápidamente a Campeche.
El malecón fue impresionante: limpio, bien desarrollado, y abierto. La misma cosa en Progreso no compara. Nos hospedamos en el bonito Hotel Plaza Campeche (www.hotelplazacampeche.com) en la Calle 10 al lado del centro. Hay un pedazo del Baluarte atrás del hotel.
El hotel fue excelente. Tiene dueños mexicanos. Tiene 4 años con dos niveles y dos alas, estacionamiento gratis adelante y un patio atrás. Hay una piscina bonita y restaurante casual. Obtuvimos un “mini-suite” para $78 US (habitaciones estándares son $68 US) en frente al Parque Centario, con una terraza para disfrutar el sol. Y había sol todos los días. (Nota del autor: los mejores de las habitaciones son del 202 al 214, números pares.) Los empleados fueron excelente y amigable. Había Internet gratis en el lobby pero no trajimos nuestro laptop. Pero notamos una persona usando el Internet en su computadora mientras sentado en el lobby.
Antes de salir en esta aventura, leímos sobre los hoteles en el Internet y en libros de guía. Todo que leímos nos dijo que los hoteles Ocean View, Baluartes, y Del Mar tenían los mejores recomendaciones. A nosotros nos parecieron muy similar a un Holiday Inn. Si te gusta eso, perfecto. Pero para nosotros, el Plaza Campeche, Francis Drake, y el mas nuevo Maya Campeche (un pequeño pero bonito hotel en el centro) nos parecieron buenas opciones.
La comida fue excelente, incluyendo camarones coco y camarones al ajo, los más deliciosos que probamos. Nuestro favorito fue La Pigua, en la Calle 8 una cuadra de nuestro hotel. (Aunque el hotel te dice lo contrario, está abierto para cenas tardes.)
La calle principal, Calle 10, fue a la puerta de nuestro hotel. El zócalo fue a 4 cuadras en un sentido, y el malecón 4 cuadras en el otro. El centro de Campeche nos recordó mucho de San Miguel de Allende, con sus fachadas de colores vivos. La ciudad no fue muy ruidoso ni ocupado. El mercado central fue a 5 o 6 cuadras de nuestro hotel, pero enfocamos en el centro y malecón.
Corrimos en el malecón varias veces, compartiéndolo con varios lugareños haciendo lo mismo. Los pescadores lanzan sus barcos en un extremo del malecón. El malecón estira más de 3 km. y es excelente para correr o caminar.
Usamos Campeche como base para explorar, aunque puedes visitarlo en un viaje de un día (un día muy largo). Un día fuimos hacia el sur a Playa Seyba y Champoton. Por casualidad descubrimos el restaurante Bahía de Tortugas. ¡Qué oasis! La comida fue excelente y la piscina y playa nos parecieron bonitas, pero tristemente no habíamos traído nuestros trajes de baño ese día. Nos gustó Champoton, pero después de Campeche, no había comparación.
Otro día fuimos a Edzna, almorzando en la hacienda Uayamon, una de las haciendas en el grupo Starwood. Las habitaciones son caras, pero puedes disfrutar una gran parte de la hacienda con el precio del almuerzo.
Edzna nos impresionó y nos sorprendió. Fue una experiencia mas tranquila que visitar a Chichén Itzá.
Compramos una guayabera moderna, la camisa tradicional para hombre, en algodón suave y fino, en una tienda de artesanos del gobierno en el zócalo para menos de $20 dólares. También adquirimos algunas de las sillas de hamaca (similar a las que venden en las tiendas cerca de la prisión) para $42 dólares en una tienda de artesanos en la Calle 10, y una hamaca bonita en el área de la prisión para $20 dólares. Pasamos 3 días en Campeche y explorando el área alrededor. Fue un viaje muy agradable y lo haríamos otra vez.
Texto enviado por Reg McGhee en su idioma original ingles y traducido al espanol por Yucatan Today.
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