En Yucatán, estamos orgullosos de tener la constante presencia de todo lo que la cultura maya le ha brindado al estado. Aunque gran parte de su antiguo conocimiento y forma de vida sigue siendo un misterio, lo que sabemos es fascinante y merecedor de respeto. Muchas personas que no están familiarizadas con la cultura maya, piensan que estos ya no existen; pero sus descendientes aún residen en muchas áreas de los estados de Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco y Chiapas; a la vez que en grandes territorios en Guatemala, Belice, El Salvador y Honduras.
Los antiguos mayas eran talentosos creadores: desarrollaron una escritura jeroglífica, destacaron en alfarería, inventaron el concepto matemático del cero y fueron los autores de un conocido y complejo calendario. Sus ciclos de siembra se han guiado por observaciones astronómicas durante un milenio. Este valioso conocimiento astronómico y agricultor se ha compartido de generación en generación y hoy, los milperos siguen alzando las miradas al cielo para planear su cosecha de maíz y seleccionar las mejores fechas para sus ceremonias.
Las ciudades escondidas entre la jungla del sureste mexicano, aquellas que le han dado la reputación a los mayas como los grandes artistas de Mesoamérica, son impresionantes. Con una breve manejada, podrás viajar en el tiempo a los lugares exactos donde esta avanzada civilización solía rondar, crear y existir. Cuando visité Ek Balam el año pasado, nuestro guía habló con pasión sobre los eventos históricos que habían acontecido en ese sitio, narrando las leyendas contadas una y otra vez mediante la tradición oral y recordando las historias de aquellos que vivían en la ciudad – estaba asombrada. No es difícil cerrar los ojos e imaginar a los astrónomos mayas analizando las estrellas en El Observatorio hace cientos de años.
Los mayas modernos siguen teniendo una profunda conexión con el cielo y la tierra que hoy en día moldea su cosmovisión. Su forma de vida se mantiene arraigada en sus comunidades, lenguaje y tradiciones. Poder apreciar esta cultura nos enseña que todo en el universo está interconectado. Esta sabiduría está viva y aún se pone en práctica. ¿Y nosotros? Nosotros somos afortunados de ser testigos y tener la oportunidad de aprender de una de las civilizaciones más grandes del mundo.
Editorial por Greta Garrett
Editora asistente
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