“Dar a un hijo mil onzas de oro no es comparable con enseñarle un buen oficio”, proverbio chino
Recuerdo que desde que era niña cuando algún objeto de la casa o de la cocina se rompía, agujereaba o deterioraba -sobre todo las ollas, sartenes o cuchillos- había alguien que los arreglaba: un “especialista” -como yo solía nombrarlo- que hacía algo “especial” para que siguieran funcionando. También aplicaba para accesorios personales como los zapatos, las maletas y las bolsas de mano. Así, los objetos podían seguir funcionando, como si tuvieran una segunda vida.
Aunque prevalece el concepto desechable, usar y tirar o cambiar lo más pronto posible por la versión más novedosa, también ha crecido la conciencia para restaurar y darle segundas oportunidades a los objetos, como se hacía antes aprovechando el conocimiento y talento en oficios de los que reparan zapatos, muebles, planchas, ollas, hamacas, entre muchos otros. También han aumentado los lugares que fomentan el intercambio de objetos de medio uso. Así que no hay pretextos para no aprovechar al máximo los muebles, utensilios y accesorios.
Desde siempre han existido personas que se especializan en diferentes artes y oficios. En Yucatán no es la excepción. Conozco a muchos “especialistas” que siguen ejerciendo un oficio y haciendo algo muy especial para que ese zapato apreciado siga llevando tus pasos, para que esa hamaca en la que gozas la vida siga meciéndote, para que ese cuchillo que utilizas al cocinar siga ayudando a preparar delicias culinarias y para que tu maleta o bolsa favorita siga contigo.
¡Sacúdete la ropa niña!
Su sonido agudo característico anuncia su llegada, el afilador en su bicicleta (o motocicleta) adapta una piedra especial encima de las llantas con la que afila cuchillos al darle vueltas. Su andar por las calles ahora es menos común, pero suele recorrer colonias como la Alemán, Buenavista o García Ginerés, sobre todo por los mercados de esas zonas. Es un oficio que ya muy pocas personas ejercen, así que si te toca escucharlo, aprovecha y no olvides sacudirte la ropa, según las supersticiones mexicanas te dará buena suerte.
Listos para seguir andando
¿Necesitas arreglar ese zapato que tanto te gusta y hoy luce desgastado o roto? ¿Y esa maleta que se rompió de improviso? Ve con el zapatero, hay muchos reparadores de calzado y maletas alrededor de los mercados de la ciudad (San Benito, Chuburná, Alemán, entre otros) y en puestos fijos. Llegas con tus piezas, ellos las evalúan y te dicen la reparación que le harán y el tiempo que les llevará hacerlo, ya sea cambio de suela, pintura, remache, volver a costurar o pegar… muchas veces quedan mejor que si fueran nuevas, a mí siempre me han servido y he quedado muy contenta con su trabajo.
¿Es posible salvarlo?
Cuando mi apreciada mesa de bejuco se volvió el juguete favorito de mis gatas, me di a la tarea de buscar cómo repararla y me encontré con Felipe, él se dedica a tejer petatillo con hilo, plástico, bejuco y cordón vinil. Me cuenta que aprendió de su abuelo y ha aplicado su técnica en sillas antiguas y también en muebles hechos a la medida en herrería o en las sillas Acapulco. Sus manos ágiles enredan y trenzan los hilos; podría decirse que su especialidad ha “salvado” muchas muebles dándoles una nueva vida.
Revisa en casa eso que has dejado a un lado porque necesita repararse y dale una segunda oportunidad a muebles y accesorios.
Editorial por Violeta H. Cantarell
Fotografía por Yucatán Today para uso en Yucatán Today
Reparación de calzado, bolsas y maletas
Mercado Lucas de Gálvez
Mercado San Benito
Mercado de la Alemán
Col. Chuburná: Calle 21 (junto al mercado)
Col. Tanlum: Calle 23 (a una cuadra del parque)
Centro: Taller Ruben´s King: Calle 60 x 67 y 65 (junto a JAPAY)
Sillas y mesas de petatillo
Felipe Acosta Jr.
Calle 64 #354 x 39 y 37, Centro
Cel. 9999 05 87 33
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