
Nuestra vuelta a Tulum como punto de partida y llegada
Como siempre escogimos nuestro destino de viaje a corto plazo. Sobre la agencia de viajes «Der Reiseplaner» en Münster-Hiltrup reservamos por 766 Euro por persona un vuelo con Air Berlin de Düsseldorf a Cancún incluyendo las tres primeras noches en el Roulette-Hotel en la ciudad de Cancún y el pasaje del aeropuerto al Hotel. Fue una oferta por «5 vor Flug».
Por internet reservamos además un cuarto para dos personas para la cuarta noche en el hotel «Casa Tucán» en Playa del Carmen. Con eso garantizamos que después de la llegada en Cancún por la tarde no teníamos que preocuparnos por la continuación del viaje hasta el hotel ni que reservar un hotel en Yucatán. Y también estaba reservado el hospedaje de la próxima estadía en Playa del Carmen tanto como nuestro plan del recorrido por la península de Yucatán. Por la página web del Hotel Casa Tucán (desde Alemania) también teníamos la oportunidad de reservar un coche de alquiler, pero queríamos tomar la decisión de dónde y por cuánto tiempo iríamos alquilar el coche después de haber llegado en el lugar.
Puerto Morelos – una alternativa para las primeras noches y para la siguiente estadía en la costa.
De regreso en Alemania al notar nuestras experiencias del recorrido, leí el reportaje «Yucatán – 2005 – Ein Traveller Reisebericht» sobre Puerto Morelos y consulté mi guía turística. Puerto Morelos es un pueblo pescadero a sólo 20 kilómetros al sur del aeropuerto de Cancún, en el camino a Playa del Carmen. Los precios deben ser mucho más bajos que en las demás zonas de la Riviera Maya. A una distancia de sólo 400 metros de la playa se halla el segundo más grande arrecife coralino del mundo que se estrecha desde aquí hasta Honduras al sur.
Según la guía existe una conexión desde el aeropuerto hacia el sur pero sin llegar a Puerto Morelos directamente. Si uno quiere, el autocar para en el cruce donde se puede seguir los dos kilómetros en taxi hasta llegar a Puerto Morelos. Como alojamiento se nombran por ejemplo Posada El Moro, Acamaya Reef Cabañas & Beach Club, el hotel Ojo de Agua y otras sin información de una página web.
Día 1: Despegamos de Düsseldorf domingo el 24 de octubre al mediodía y aterrizamos después de diez horas hacia las seis de la tarde en Cancún. El bus de la agencia de viajes local 5 vor Flug nos llevó al hotel de tres estrellas Ramada Cancun City, el que está en el centro de Cancún y además es recomendable.
Día 2 y 3: La ciudad de Cancún no ofrece mucho para visitar y la vuelta por la ciudad se termina rápido. Sin embargo allí se encuentran buenos restaurantes y hoteles baratos. La estación de autobuses está en el centro, así que se puede alcanzar todo lo que vale la pena visitar a pie o con los microbuses y se puede organizar la continuación del viaje muy bien. La zona de hoteles tiene una longitud de 20 kilómetros tanto como la playa también. Ambos se hallan en una península y se las puede alcanzar con los microbuses igualmente rápido y a precio económico. Además ofrecen la posibilidad de de relajar y comprar algo tanto como la zona arquelógica El_Rey.
Con tres noches de alojamiento teníamos dos días para vistar toda la zona de hoteles, de salir del autóbus en algunos lugares, pasear por la playa y bañarnos y, además vistitamos las zonas en que se puede comprar y sitios de diversión. A finales de octubre en los lugares de interés turístico de Yucatán hay todavía temporada baja por lo que la zona de hoteles no era my frecuentada ni inquieta sino agradable.
Incluso si no le gustan las construcciones de hoteles de varios pisos y turismo de masas, una estadía de dos días (es decir tres noches) vale la pena para visitar la arquitectura costosa de algunos hoteles y de centros comerciales tanto como la playa amplia, de arena fina y blanca con olas espumadas.
Día 4: Fuimos por la mañana con un autobús con aire acondicionado dentro de una hora de Playa del Carmen. La habitación doble en el Hotel Casa Tucan ya habíamos reservado a través del Internet. El hotel está dirigido por alemanes, el restaurante (perteneciente al hotel) por un danés.
Tres casas de allí se encuentra «Manne’s Biergarten» (bar-teraza), que está abierto a partir de las cuatro de la tarde. Manne y su esposa Susie ofertan además de vino y cerveza una cocina excelente típica alemana, que es también visitado por los norteamericanos, italianos, españoles y otros turistas tanto come de nativos. Aquí en la noche se reúnen algunos emigrantes germanohablantes que viven en Playa del Carmen. En el bar se entera – con una cerveza, un vino o tequila – historias y experiencias divertidas de la gente. Y los relatos sobre los últimos huracanes son tan interesantes como las fotos de ellos en la página web privada «Mein Leben in Playa del Carmen» («Mi vida en Playa del Carmen»).
Como teníamos la intención de recibir una impresión de Playa del Carmen y del pueblo costeño de Tulum sólo habíamos reservado por una noche para decidir más tarde, después de nuestro recorrido, en qué lugar de la costa íbamos a pasar los últimos días del viaje. Playa del Carmen es un lugar vivo en el Caribe. Allí se puede muy bien disfrutar la playa, pasar por las tiendas turísticas, gozar de restaurantes, bares y discotecas. Anduvimos por la playa, dirección occidente, y después de sólo dos kilómetros la playa blanca de arena fina estaba sin gente. El mar formaba muchas olas y lustraba en toda su riqueza azul como en todo el Caribe.
Día 5: A la mañana siguiente tomamos el bus unos 60 kilómetros a Tulúm, y alquilamos por una noche una habitación doble bien económica. En nuestro hotel también podíamos alquilar bicicletas, y el gerente del hotel reservó por teléfono un coche barato para la mañana siguiente.
Después de nuestro recorrido, encontramos el barato y bonito complejo del hotel Rancho Tranquillo, involucrado en la calle principal de la ciudad de Tulum, a sólo 200 metros al sur de la estación de autobuses. Recomendamos este hotel. Ofrece pequeñas chozas (las llamadas cabañas), algunas muy sencillas con baño compartido, algunos con aire acondicionado y baño completo en las cabañas. Se puede pasar la noche en un dormitorio. Las cabañas están emplezadas en un jardín fantástico. Se toma el desayuno en una sala de comer con acceso de internet gratuita y televisor. Los empresarios hablan inglés corrientemente. Ya que el hotel está emplezado central, se puede conseguir las ruinas en el norte de la ciudad y también las playas en el este con una bicicleta alquilada y también, por la noche, se puede aprovechar la oferta grande de restaurantes y bares del centro de Tulúm. Los alojamientos en la playa están muy apartados, no hay muchas posibilidades de hacer la compra y también la cantidad de restaurantes accesibles a pie es limitada.
La calle de la playa está aproximadamente a cuatro kilómetros fuera del centro de Tulúm. Con bicicleta se puede ir a buen precio a las diferentes playas, las ruinas y las cuevas subterráneos. Primero fuimos en bicicleta solo unos kilómetros afuera a un Cenote, un lago pequeño y subterráneo, en dónde se puede nadar y bucear.
Más tarde fuimos a las ruinas de Tulúm que están directamente al lado del mar. Una playa separada forma parte del territorio de las ruinas. A esto territorio sigue una playa maravillosamente blanca que se estira a unos kilómetros en dirrección de Tulúm.
Día 6: A la mañana siguiente un procurador de la agencia de aquiler Executive CAR RENTRAL nos recogió del hotel y nos llevó a su representación para tomar el automóvil de aquiler. Se encontraba la agencia de aquiler por la carretera principal de Tulúm en dirección de Playa del Carmen, justo después del desvío a las ruinas, mano derecha:
Carr. Cancun-Carrillo Pto. Km.231-232 Entre Calle Zac-Be y Zac-Zukil Mz.5 Lt.1
Tulum, Solidaridad, Q Roo
Tel +52 (984) 802 53 71
Alquilamos un coche que incluía un seguro adicional contra daños así que en caso de un accidente no tendrían una sorpresa desagradable. Esto era importante sólo porque, por ejemplo el camino a las ruinas de Calakmul tenía muchos baches y si uno no tenga cuidado puede resultar un eje roto. Si uno conduce con cuidado y con respecto a velocidad se podía alquilar un coche sin remordimientos. Las principales carreteras entre las ciudades grandes estaban en buenas condiciones y la densidad de tráfico era baja por lo que se podía conducir un coche en la península de Yucatán bien relajado.
Nosotros viajamos con pausas en Cobá, Valladoloid y en Ek Balam a Pisté. Las ruinas de Cobá están situadas en medio de la selva. Cobá y Chichén Itzá están en la ruta habitual de turistas. Ek Balam está al norte de Valladoloid y vienen pocos turistas, aunque el terreno es muy interesante.
Optamos por la ciudad de Pisté como lugar de alojamiento sólo por el motivo de cercanía a Chichén Itzá. En Pisté hay muchas posibilidades para pasar la noche y unos buenos restaurantes, aparete de esto la ciudad no tiene por qué parar. Nosotros pasamos la noche en un pequeño hotel cuyo nombre lamentablemente no apuntamos. Para encontrar el hotel hay que ir por la calle principal hacia el este, en el centro en una bocacalle a la derecha está. Se puede ver el escudo del hotel desde la acera de la calle principal porque el hotel sólo está situado a pocos metros de la calle principal. Desde fuera el hotel causa un efecto indiferente. Después de qué el personal nos mostró una de las habitaciones aseadas con baño privado reservamos una noche. Fue la noche más económica de nuestro viaje.
Día 7: A las 10 de la mañana visitamos Chichén Itzá. Quien no se puede acordar del nombre puede hacérselo más fácil con la palabra de «Chicken Pizza» Lástima que no pudimos subir hasta el pico de la pirámide. Hay que visitar esa area tan grande, aunque mucha gente solo se hace un gran comercio de ello. Si uno llega a Pisté en la tarde se puede visitar las ruinas en la mañana siguiente antes de que todos los turistas lleguen con los autocares.
Nos fuimos por Izamal, la ciudad «amarilla» con monasterio de franziscanos y ruinas, llegamos a Mérida por la noche.
Día 8: En Mérida nos quedamos dos noches y disfrutamos la fiesta de «Todos los santos» la que los autóctonos festejaron con acostumbres que para nosotros eran muy raros.Nos alojamos en el centro en el hotel Mucuy en la calle 57, y que podemos recomdar.
Día 9: Desde Mérida, fuimos a Uxmal en la mañana. Las ruinas de Uxmal están muy bien restauradas, y es posible, en cambio a Chichén Itzá, subir a todos los palacios para ver el terreno desde arriba. En el camino entre Campeche y Uxmal pasamos por las ruinas de Kabah, pero sacamos sólo algunas fotos desde el borde de la calle.
Por pasado la tarde llegamos a Campeche en el Golfo de México. Aquí nos interesamos solo por la antigua ciudad con la muralla y el paseo de la ribera. La antigua ciudad de Campeche ha sido renovado de forma amena con muchos colores y da una impresión impactante. Pasamos la noche bien económico en el hotel Colonial en buen estado, Calle 14 numero 122 entre la Calle 55 y Calle 57.
Día 10: En la mañana siguiente fuimos por la carretera de la costa y porEscárcega de Campeche a Calakmul, un lugar de ruinas dentro de la selva con dos -tal vez las más grandes- pirámides de la península de Yucatán, aparte de la vía turística. Para llegar a estas ruinas escondidas hay que girar a media distancia de la conexión entre Escárcega y Chetumal hacia la derecha y seguir unos 50 kilómetros por la pista en mal estado hasta llegar el aparcamiento de Calakmul. A causa del mal estado de la «carretera» y el aparcamiento demasiado pequeño para autucares, sólo visitan estas grandiosas ruinas turistas individuales. Además los servisios no servirían para tanta gente.
La visita de Calakmul fue el punto culminante de nuestro recorrido, también porque la selva que reodeba las ruinas con los abundantes pájaros de colores era algo especial. Después de dos horas de visita regresamos por los 50 kilómetros de mala pista hasta la carretera principal y llegamos a Chetumal por la noche que estaba a orillas del mar y en la frontera de Belice. Allí justamente en la entrada de la ciudad encontramos habitación económica y limpia en el hotel María Dolores (Obregón 206, tel. (983) 832-0508). Al hotel pertenecía un restaurante en el que cenamos y desayunamos.
Si se marcha pronto en la mañana de Campeche, es posible pasar por Escárcega a Calakmul, visitar las ruinas de Calakmul de manera abundante y seguir hasta Chetumal el mismo día para pasar la noche allí. El que no quiere hacer esta etapa durante sólo un día puede pasar la noche en un hotel cerca de la carretera entre Calakmul y Chetumal.
Día 11: Chetumal no nos gustó aunque el alojamiento y la comida en el hotel Maria Dolores eran buenos. La razón fue que poco a poco nos acababan tanto los pesos mexicanos como los dólares estadounidenses y no podíamos encontrar un banco para el cambio de cheques de viaje estadounidenses. Los billetes de euro solo se podían cambiar en dos sitios a cambio muy malo, así que nos decidimos por seguir otra vez hacia el norte muy rápido pasando por la costa para ir a pueblos más turísticos que ofrecían un cambio aceptable también para el euro. Nota: Quién se va a pueblos aislados del turismo en México tiene que llevar suficientes pesos o dólares estadounidenses.
De Bacalar, con su fortaleza, situada en un lago que brilla como una laguna en todos los tonos de azul, siguió el viaje a Mahahual.
Mahahual debía ser la Playa del Carmen de hace 20 años. Lamentablemente en 2007 un huracán destruyó muchas casas y los manglares que sólo se hallaban unos cientos metros de la playa y que inclinó una parte de las palmeras. Cuando llegamos a Mahahual en la tarde buscando un alojamiento barato, el lugar parecía un pueblo fantasma. En la tarde en el restaurante sólo estuvieron unos pocos invitados. ¡Pero la mañana siguiente cambió! Dos cruceros habían atracado en el muelle dos kilómetros al norte de Mahuahal y los turistas y comerciantes poblaron la playa. Para nosotros fue una experiencia increíble. Nunca podíamos imaginarnos un tal cambio. Después de que embarcaron por la tarde ya se tranquilizaba el lugar.
Lamentablemente no anotamos el nombre del hotel económico. Se hallaba al último sur de Mahahual directamente en la playa.
Día 12 y 13: Regresamos de Mahahual a Tulum donde habíamos alquilado el coche. Alojamos por dos noches en el pintoresco hotel Rancho Tranquilo y mantuvimos el coche hasta la tarde del día siguiente porque queríamos pasar por los alrededores y la playa maravillosa de Tulum una segunda vez.
Día 14 y 15: Con el bus seguimos a Playa del Carmen y nos alojamos de nuevo en el hotel Casa Tucan. De noche cenamos tres casas más allá en «Manne’s Biergarten». Allí conocimos a muchos emigrantes agradables, y después de haber intentado durante dos semanas exclusivamente la cocina mexicana, el menú de Manne fue demasiado atrayente con platos típicos alemanes (por ejemplo salchicha curry tipo Berlín o carne de cerdo con puré de patatas y chucrut).
Día 16: El 8 de noviembre de 2010 a las 20 y 25 volamos de Cancún con Air Berlin de regreso a Düsseldorf donde aterrizamos el día siguiente al mediodía. Desde Playa del Carmen habíamos tomado un autobús directo al aeropuerto de Cancún. Para nosotros fueron dos semanas maravillosas en la Península de Yucatán en México. Veíamos y vivíamos mucho y, sobre todo y a pesar de haber sido pretemporada, hacía buen tiempo.
Conclusión:
Se puede viajar – de forma individual – por la península de Yucatán ya antes de la temporada alta, es decir a partir de finales de octubre, así que no hay tantos turistas que visitan los lugares de interés turístico o sea las ruinas y, además, los precios no son tan elevadas en ese tiempo. Por un recorrido con algunos días pasando en la costa ya bastan dos semanas. Las playas del Caribe son maravillosas y lindísimas, en partes tanto como en los folletos de publicidad, en partes aún bás bonitas. Se puede organizar el viaje sin problemas desde su hogar por completo, reservar por internet el vuelo de ida y vuelta y tal vez la(s) primera(s) noche(s) en Cancún, Puerto Morelos y Playa del Carmen. Viajar en coche de alquiler es fácil y seguro. Siguiendo nuestra ruta uno va primero de Cancún a Playa del Carmen y después a Tulúm en buses muy cómodos. Se toma el coche de alquiler en Playa del Carmen o Tulúm para así ahorrar dinero y para acostumbrarse lentamente al país. La cocina mexicana es formidable, además se encuentra en casi todos los lugares restaurantes de cocina internacional. El alojamiento, comidas y bebidas por lo general son baratas. Las entradas de las ruinas en contrario son muchas veces caras pero las ruinas mayas son únicas y valen la pena, y ahorrar se puede de vuelta en casa…
Sólo después del regreso leí algo sobre Puerto Morelos (véase el principio de este reportaje), si lo hubiera leído antes habríamos visitado este lugar o al comienzo del viaje o al final como alternativa de una estadía en la costa. Les propongo hacer visita en Puerto Morelos de paso entre Cancún y Playa del Carmen hacia donde se continúa el viaje en lo siguiente y pasar la noche allí y comenzar la vuelta de Yucatán. Al final de la vuelta puede decidir en qué de los baños en el Caribe quiere relajar los días restantes.
Editorial por Jutta Rath y Ulrich Schlüter de Münster en Alemania
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Gracias a Guido Diderichs y a los alumnos de Euregio-Gymnasium en Bocholt, Alemania por la traduccion al español.
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