“Yo no olvido el año viejo porque me ha dejado cosas muy buenas” (canción de Crescencio Salcedo)
No hay festejo del 31 de diciembre que no incluya en su repertorio “El Año Viejo”, canción del compositor colombiano Crescencio Salcedo que se ha popularizado en voz del cantante tapatío Tony Camargo (quien, por cierto, radica desde hace varios años en Mérida). A ritmo caribeño suena esta melodía en festejos familiares o en cenas especiales, disfrutando la alegría de despedir el año que se va y recibir el arribo de un año nuevo. Para esta fecha varios establecimientos ofrecen paquetes (ver artículo) que incluyen la cena y por supuesto música en vivo, amenidades y mucha diversión, convirtiéndose en una opción para festejar en familia o con amigos.
En tanto, una tradición que perdura, es la quema del “viejo”. La figura suele ser un anciano elaborado con ropa vieja, relleno de algodón y petardos del tamaño de una figura humana. Se coloca sentado en las puertas de las casas varios días antes esperando que sea la medianoche del 31 de diciembre para arder simbolizando que se deja atrás el pasado y todo lo ocurrido en el año que está finalizando. Las familias y los vecinos suelen reunirse para verlo ”tronar” en la noche vieja. Eso sí, siempre con mucho cuidado y con vigilancia de adultos.
Hay quienes prefieren hacerlo con una piñata especialmente elaborada en forma de viejo o como una figura política o personaje destacado. En este caso el costo oscila entre los $800 pesos más lo que se invierta en los cohetes y palomas con los que se rellena, de igual forma se quema a medianoche del 31 de diciembre.
El origen de esta práctica se desconoce pero tiene mucha aceptación y simbolismo, ya que el fuego quema y purifica como ritual de transición que regenera las energías.
Para quienes no simpatizan con los cohetes y petardos, se rompe la piñata en forma de viejo y se reparten los dulces que trae. En los últimos años también podemos ver globos de cantoya elevándose en esta noche como símbolo de buenos deseos y peticiones para el año que está a punto de comenzar.
Por otro lado, siguiendo la tradición católica, se acude a misa ese día para agradecer las bendiciones recibidas. O bien, el 1 de enero con el mismo fin. Como ves, Yucatán se llena de fiesta y de muchas opciones para despedir el año que concluye.
Por Violeta H. Cantarell
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