
Otra versión de los historiadores señala que, andando los colonizadores por la costa, cuando preguntaron algo de los locales, les contestaban (en Maya): «Toló quin dtan» y señalaban el lugar, para darles a entender: «Más allá, te digo, sigue caminando».
Una tercera alusión explica que, teniendo los mayas en sus manos las gargantillas de sus mujeres, los conquistadores se interesaron por conocer el nombre del sitio en el cual se encontraban. Los primeros se dieron cuenta de que se trataba de una pregunta; pero la relacionaron con lo que llevaban en sus manos y dijeron: «U Yu c-atan» («Son las gargantillas de nuestras esposas»).
Y una cuarta versión dice que cuando los españoles preguntaron sobre el nombre de este lugar, los Mayas contestaron «Yucatán» que quiere decir «no soy de aquí.»
Buscando sentido de estas versiones hilarantes de eventos históricos no es fácil.
El libro “Estudio Filológico Sobre el Nombre de América y el de Yucatán” fue escrito por el Obispo de Yucatán: el Dr. Don Crescencio Carrillo y Ancona (1837-1897). Este autor, al valorar las especulaciones de los investigadores durante los tres siglos que le precedieron, concluyó que el origen del nombre Yucatán “no es otro que la contracción del original Yucalpetén».
El Dr. Carrillo y Ancona, para complementar su exposición, realizó una traducción literal de las palabras. Al traducir Yu-Cal-Petén apuntó que Yu significa perla o collar; Cal, de la garganta; y Petén, de la tierra o continente. En lo relativo a Yuc c atan, señaló que ese nombre quiere decir literalmente: «La perla o gargantilla de nuestras esposas».
En conclusión: la tercera teoría podría ser la correcta…¡o posiblemente no!
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el primer parrafo me sirvio mucho grax. XD =D by