De algodón, nylon o henequén, colorida o en colores crudos, individual o compartida con toda la familia, de cualquier forma acostarse en una cómoda, fresca y rica hamaca es un momento delicioso que siempre se apetece. Es fácil imaginarse una hamaca en una terraza en la playa o en algún lugar de vacaciones, para disfrutar de un libro, de una siesta o simplemente “patear pared” (acción de mecerse impulsándose de una pared). Conozcamos un poco más de este lecho tan característico de América.

hacienda Petac piscina

Si rastreamos el origen de la hamaca vemos que proviene de las redes que usaban los pescadores. Su uso para dormir se extendió por todo el continente americano y llegó a los mayas ¡antes del arribo de los españoles! Sí, imagínense los miles de años que tiene la tradición de la hamaca.

Con el paso del tiempo ha variado en materiales, tipo de hilos y tejidos, pero se mantiene como una tradición en muchos países y, por supuesto, en México. Si hablamos de la Península de Yucatán podemos decir que prácticamente todas las casas de la región cuentan con una hamaca. Si has tenido oportunidad de estar en el hogar de un local habrás visto “hamaqueros” en las recámaras (y algunos en las terrazas), que no son más que soportes especialmente diseñados para colgar hamacas. Y para muchos es la opción favorita para dormir.

Hoy puedes encontrar hamacas en varios estilos y diseños para todas las necesidades, desde las finas de algodón crochet; de nylon grueso con o sin encaje que ofrecen mayor durabilidad y resultan ideales para espacios abiertos; o tipo columpio y plegables con madera, más utilizadas como sillas para tomar el sol en la playa o junto la piscina.

Hamacas Julian Urquiza

Continúa siendo un producto artesanal que se elabora a mano por artesanos y constituye una fuente de ingresos para muchas familias. La tradición del urdido de hamacas sigue heredándose de generación en generación. Para elaborar una se requieren aproximadamente de 3 a 4 semanas, lo mejor es que puedes elegir su tamaño (individual, matrimonial, queen o king), material, estilo y colores, los precios oscilan de los $400 a los $2,500 pesos. Con los debidos cuidados de lavado pueden durar muchos años.

Si ya estás decidido a adquirir una, recomendamos que busques que sea de fibras naturales. Tixkokob, a tan solo 20 minutos de Mérida, es una visita obligada si quieres ver la gran variedad que existe. También puedes encontrarlas en el centro de Mérida y en los mercados. Eso sí, no te olvides de adquirir los complementos, sogas, hamaqueros y las famosas “s” o ganchos. También prepárate para practicar el nudo, es el mismo que los mayas han usado, así que está garantizada la seguridad si lo haces bien.

La puedes colgar en una pared resistente, en árboles, palmeras y barcos, aproximadamente a una altura de dos metros. Para lavarla, haz un nudo en el brazo, dos o tres en el cuerpo para evitar que se enrede, métela en una funda de almohada y luego en la lavadora con agua fría y detergente suave. O bien la puedes lavar a mano.

¿Estás listo para leer el siguiente número de Yucatán Today desde una hamaca?

Por Violeta H. Cantarell

Mapa:
– Península de Yucatán

Esta entrada también está disponible en: EN