Para los mayas, las enfermedades eran producto de los desequilibrios, de una falta de balance entre el cuerpo y el alma; para sanar, el consultante debería re-establecer el orden natural, alineando su cuerpo físico con la energía del universo y de la tierra.
Para lograrlo consultaba con un sacerdote o curandero, quien “diagnosticaba” y daba recetas, generalmente infusiones o “baños” con hierbas, masajes y rituales, para ayudar al “enfermo” a recuperar la armonía. No muy diferente de los principios médicos que conocemos.
La medicina maya tradicional se basa en elementos de la naturaleza, tanto en plantas con propiedades medicinales como en el uso de elementos animales y minerales. Se transmitía oralmente: de generación en generación los abuelos mostraban a los hijos y a los nietos cómo sembrar plantas medicinales y cómo utilizar las existentes en la región, preparándolas en infusiones y tónicos, entre otros.
No se cuenta con libros o tratados escritos por los mayas, y si los habían éstos fueron destruidos durante la conquista española. Sin embargo, esta tradición se mantiene viva en los curanderos mayas que radican principalmente en las comunidades, custodiando este uso milenario de plantas y remedios que continúa transmitiéndose de boca en boca.
Aun hoy no existe guía de herbolaria y medicina tradicional maya. Diversas instituciones gubernamentales y el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) están trabajando en una recopilación de recetas, recomendaciones de siembra y cuidado de las plantas.
Para cada malestar o dolencia los mayas ocupan elementos específicos. Algunos de los más utilizados son: el azahar como diurético, y unas gotitas en el agua reducen la ansiedad nerviosa. El cabello del maíz en té ayuda a los riñones. La miel en jarabe, y especialmente las picaduras de abejas, son útiles para diversos tratamientos. También la sábila y el ramón, entre otros.
Te compartimos una receta tradicional para la tos seca o húmeda, un jarabe de cebolla: se pica una cebolla blanca o morada de tamaño mediano. Se agregan dos cucharadas de miel o de azúcar morena. La cebolla se hidrata y con su jugo se forma el jarabe. A los 15 minutos se puede tomar la primera cucharada. En caso de bronquitis crónica, se agregan tres ajos picados al jarabe.
Los herederos de la medicina maya destacan por su vocación de servicio y ayuda a las personas y comunidades. Es fácil encontrarlos en los pueblos de Yucatán, aunque algunos se han incorporado como médicos tradicionales y pueden ofrecer consultas en Mérida.
Uno de ellos, Don Asterio Asterio Cen Dzul, fundador de la Liga de Comunidades Mayas A.C. ofrece consultas médicas con dosis de herbolaria atendiendo principalmente dolores musculares, inflamación de articulaciones, prevención de piedras y masaje maya. Informes: FB Sembrando futuros.
Prueba esta alternativa y cuéntanos tu experiencia con la medicina maya.
Artículo por Violeta H. Cantarell
Nacida en Mérida, Violeta es una comunicóloga dedicada a escribir y crear contenidos en temas de turismo, moda y emprendimiento. Recientemente incursionó como traductora inglés-español.
Lectura recomendada:
- Los Culebreros Mayas
- Los Hueseros Mayas
- Las Parteras Mayas
- Los Yerbateros Mayas
- Medicina Tradicional Maya
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Jose Acosta?
Esta sabiduría deberia estar al alcance de todos, a veces los medicamentos lo unico que hacen es mejorar el sintoma, pero también dañan algún otro organo.
No sabia que se podia usar los pelos de elote para reducir la ansiedad, gracias por el dato.