Las mujeres cocineras en Yucatán son magas”, afirma Miriam Peraza, propietaria del restaurante Manjar Blanco, durante la amena entrevista en la que platicamos sobre las mujeres, las abuelas y la magia de los sabores y olores de la cocina yucateca.

Vestida con un colorido hipil y una sonrisa matutina, Miriam comienza la charla platicando de su abuela Enriqueta, oriunda de Valladolid, quien le enseñó a amar Yucatán a través de la cocina. Cuenta que en el traspatio familiar había cebollina, hierbas de olores, cilantro, tomate y todo lo necesario para los platillos del día a día.

Con los sabores de la infancia en su memoria, hace seis años en diciembre de 2011, abrió Manjar Blanco en Santa Ana como un proyecto con el que también busca rescatar la magia  de la gastronomía local. “El tiempo se detuvo en las comunidades rurales yucatecas; las mujeres siguen ocupándose de criar pavo indio, gallinas pelonas, de sus huertos y sembradíos. Algunas siguen preparando los alimentos en leña, respetando la naturaleza y tomando únicamente las ramas y troncos ya caídos; siguiendo la mística maya que les enseñaron sus madres y abuelas”, señala.

Su pasión y entusiasmo por las mujeres y cocina se transmite en cada una de sus palabras: “Viendo yo todo esto es que decido abrir un restaurante que rinda un homenaje a la gastronomía viva de Yucatán, y también a esas mujeres fuertes y mágicas que no saben lo valiosas que son”.

Basta escucharla unos minutos para entender la magia de las mujeres en Yucatán y porqué las mujeres mayas del área rural dedicadas a la cocina en los 106 municipios y en las más de 40 comisarías de Mérida se merecen el nombre de “maestras cocineras”. Muchas de ellas monolingües (solo hablan maya) y poseen la fuerza necesaria para levantarse todos los días desde muy temprano para tener lista la masa para las tortillas, recoger los ingredientes y preparar los alimentos. Son poseedoras también de la sabiduría ancestral maya de curarse con plantas, de nutrir y alimentar a sus familias con recetas que deleitan a los paladares más exigentes.

Digo que son magas porque en sus casas nunca falta comida para compartir con aquellos que las visitan, porque de los restos de la comida del día crean (e inventan) nuevas recetas y de eso alimentan a sus familias”, enfatiza Miriam. Sin duda han sabido tomar lo mejor de varios mundos en un mestizaje gastronómico y cultural que tanto asombra a quienes visitan Yucatán.

También como parte de esta labor de rescate de la cocina y de empoderamiento de las mujeres, en los dos últimos años se han realizado “Encuentros de las cocineras mayas tradicionales”, un evento que reúne a maestras cocineras de la entidad para que tanto locales como extranjeros puedan deleitarse con sus recetas y creaciones como la melcocha de doña Socorro de Dzityá, los guisos de cerdo pelón de Sucilá, entre otros. Han resultado verdaderos encuentros de hermandad entre mujeres mayas de todas las edades y municipios que no podrían haberse conocido de otra manera y un reconocimiento  a su gran labor gastronómica, social y cultural.  Cabe señalar que hay mujeres que participan de más de 80 años, un legado vivo de gran sabiduría que aun podemos conocer en Yucatán.

Varias de ellas han podido incorporarse al equipo que representa a la entidad en los tianguis turísticos nacionales e internacionales, en la Semana de Yucatán en la Ciudad de México, entre otros, el resultado son las grandes filas para probar sus platillos.  “Subirse a un avión y a un escenario por primera vez, recibir el aplauso y el reconocimiento ha cambiado la vida de varias. Hoy ya les hacen mayores pedidos o tienen sus negocios de venta de comida y eso me llena de orgullo”,  señala Miriam.

Para continuar con esta labor que ha servido para que los ojos del mundo y los paladares de grandes chefs prueben la cocina tradicional yucateca, Miriam ha formado una asociación civil que recibe donaciones y aportaciones para realizar las actividades de rescate de las recetas, entre otras. A partir de marzo también se impartirán clases de cocina a grupos bajo reservación, ahí podrán aprender no sólo la receta sino también la mística de la preparación y el ambiente de la cocina tradicional.

Las mujeres de Yucatán, como dice Miriam, son magas tanto en la cocina como en muchos más ámbitos. Celebremos día a día.

Restaurante Manjar Blanco
Calle 47 #496 x 60 y 58, Centro
Todos los días de 8 am a 6 pm
FB: El Manjar Blanco

Por Violeta H. Cantarell

 

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