<span id="hs_cos_wrapper_name" class="hs_cos_wrapper hs_cos_wrapper_meta_field hs_cos_wrapper_type_text" style="" data-hs-cos-general-type="meta_field" data-hs-cos-type="text" >La Leyenda del Cocay</span>

La Leyenda del Cocay

10 agosto 2021
/
3 min. de lectura
Compartir

¿Has visto luces volando de un lado a otro entre la hierba en las noches calurosas de Yucatán? Son luciérnagas o Cocay, como le dicen los mayas, y hay una hermosa leyenda sobre ellas. ¡Vamos a conocerla!


Cuentan los abuelos mayas que hace mucho tiempo había un señor muy querido por todos que tenía el don de curar todas las enfermedades. Cuando acudían los enfermos, él sacaba una piedra verde de su bolsillo y susurraba algunas palabras mientras la sostenía entre sus manos. Eso bastaba para que todo mal desapareciera.

Una mañana, el señor salió a pasear a la selva y se entretuvo escuchando a los pájaros. Cuando empezó a caer un gran aguacero, corrió a refugiarse y no se percató de que se le había caído su piedra verde. Al llegar a casa, ya lo esperaban. Quiso curar a un niño enfermo y notó la ausencia de su piedra. Para hallarla más rápido, el señor mandó reunir a varios animales; llegaron el venado, la liebre, el zopilote y el Cocay o luciérnaga. Pidiéndoles que busquen en los caminos, las cuevas y los rincones de la selva, el señor les ofreció una recompensa.

[gallery type="rectangular" ids="100866,100862"]  

Los animales corrieron en busca de la piedra verde. El venado la encontró primero, pero al verla tan bonita no quiso regresarla a su dueño y se la tragó.  Sufrió un dolor de panza muy fuerte y tuvo que escupirla, luego huyó asustado. El Cocay era el más aplicado, buscaba entre los huecos y en cada una de las plantas de la selva. El zopilote se cansó de sobrevolar y no ver el suelo para encontrarla. La liebre corría muy rápido y no se detenía a ver a su alrededor. Al final, sólo el Cocay siguió buscándola con mucho esmero.

De pronto, el Cocay tuvo un chispazo de luz sobre el paradero de la piedra y voló de inmediato hacia el lugar que vio en su mente. Al mismo, tiempo sintió que su cuerpo brillaba e iluminaba su camino. Halló la piedra y se la llevó a su dueño, éste le reconoció su nobleza, así como el esfuerzo, la entrega y perseverancia. “Tienes luz propia, pequeño Cocay, y a partir de ahora la tendrás siempre para guiar tu camino”, le dijo el señor. Por eso, hoy podemos ver al Cocay brillar en medio de la noche.  

Fotografías por Adam Hlse, Kevin Wong y Marek Piwnicki via Unsplash para su uso en Yucatán Today.

Violeta H. Cantarell

Autor: Violeta H. Cantarell

Editorial por  Violeta H. Cantarell Nacida en Mérida, Violeta es una comunicóloga dedicada a escribir y crear contenidos en temas de turismo, moda y emprendimiento. Recientemente incursionó como traductora inglés-español. Fotografías por Yucatán Today para su uso en Yucatán Today.

¡Recibe en tu correo los últimos artículos y mucho más de lo mejor de Yucatán!

Temas principales que te pueden interesar
Tabla de contenido


Artículos relacionados