Situada en el número 587 de la Avenida Itzáes por 73, y construida a finales de los años 40, se encuentra la que era conocida como la casa del actor y cantante, el ídolo inmortal Pedro Infante Cruz. Los habitantes aledaños recuerdan con alegría el sonido de su voz, cantando y ensayando desde el interior de la casa.

Esta casa, hoy el Hotel Boulevard Infante, rescatada en 2004 por Don Juvencio Sosa Chacón, es donde el ídolo mexicano pasó sus últimos días de vida terrenal. Pedro nadaba ahí con sus hijos Pedro Infante y Lupita Infante Torrentera cuando le visitaban. Sus amigas Silvia Pinal y la cantante Verónica Loyo también visitaban con frecuencia esta residencia.

Pedro Infante se había hecho famoso por sus canciones «rancheras», muchas de estas siguen siendo populares en toda Latinoamérica. También se hizo famoso como actor, encarnando personajes de charro en numerosas películas mexicanas donde deleitaba con su voz. En sus papeles personificaba a la gente humilde pero llenas de valor, al mismo tiempo sentimentales y nobles; esto lo convirtió en el símbolo por excelencia de la mexicanidad.

La noche del 14 de abril de 1957 fue inolvidable para los mexicanos. El ídolo regresó de un viaje aéreo a Quintana Roo y pasó una agradable velada en compañía de algunos amigos meridanos. El lunes 15, Pedro decidió viajar al DF para apelar contra la Suprema Corte de Justicia, que declaraba a María Luisa León como su única y legítima esposa, invalidando el matrimonio con Irma Dorantes, su pareja en ese entonces. El vuelo estaba lleno, por lo que decidió viajar en una aeronave de carga de Transportes Aéreos Mexicanos (Tamsa). El trágico accidente ocurrió tras despegar de Mérida, cuando se averió un motor y la nave se estrelló contra el suelo sobre una casa en la Calle 85 x 54, Centro.

Pedro Infante regresó ese mismo día a su casa en Mérida, a las 5 pm para ser velado en el subterráneo que fungía como estacionamiento. Actualmente en este sitio, hay una exposición fotográfica y se canta un rosario cada 15 de Abril a esa hora.

La casa fue transformada en el Hotel Boulevard Infante, conservando la alberca y la esencia del hogar de este ídolo mexicano. Su propietario y la administración general, lo admiraban y orgullosamente mantienen viva la imagen y la presencia del actor. “Nosotros trabajamos en un ambiente de tranquilidad y sí, quizás él aún nos canta mientras cumplimos nuestro trabajo.”

 

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