“Lugar del dios Kinich” o “lugar donde se oculta el sol”, ubicada en la zona noroeste del estado, en camino al puerto de Celestún. Es un lugar hermoso donde puedes disfrutar paz y tranquilidad, la gente muy amable y sociable con la que puedes tener largas horas de pláticas sobre acontecimientos que marcaron la historia de este municipio.
Hace muchos años se realizó una competencia entre dos asentamientos mayas para saber dónde sería la capital de nuestro estado, Th’o (Mérida) y la segunda Tzemé, ubicado en el municipio de Kinchil.
La competencia consistía en que cada poblado tenía que construir una iglesia y tocar las campanas que se escucharían por toda la región. Por motivos nunca revelados por los antepasados de Tzemé (Kinchil), se atrasó al hacer sonar sus campanas perdiendo así este nombramiento.
Cuando transites por esta región, no olvides pasar a visitar este bonito poblado y tener una plática con la gente mayor que siempre acostumbra sentarse en las mañanas y por las tardes en la puerta de su vivienda. Visita su iglesia católica que data del siglo XVI, venerando al Cristo de las Ampollas o el Cristo de Amor. Se dice que años atrás, desde su llegada, la imagen no era tan venerada; si alguno de los pobladores no se persignaban al pasar por la iglesia, algún suceso le pasaría. Desde ese entonces en el mes de mayo se le hace honor como patrono de este municipio con la tradicional fiesta del pueblo.
La fiesta comienza el 1º de mayo con los gremios, la tradicional procesión con estandartes, charanga y voladores, seguido con la quema de los fuegos artificiales como el “wacaxcak” en maya (toro de fuego), el cochino, el venado y hasta el pavo. Yo puede faltar los deliciosos tacos de Cochinita Pibil y un vaso de horchata preparado de una forma artesanal.
La gran noche de vaquería da inicio a la fiesta del pueblo, seguida con los tradicionales bailes populares. Este poblado es muy fiestero en todo el mes de mayo y principio del mes de junio así que no olvides visitarlo en sus celebraciones y disfrutar de su gastronomía regional como el relleno negro, los panuchos que encontrarás todos los días en el mercado, entre otros.
Kinchil se dedica a la producción de chile habanero orgánico durante todo el año. No olvides visitar “Kinchiles” y llevarte los productos que ofrecen, como el chile fresco recién cosechado, en pasta y polvo para acompañar tus platillos. Lo encontrarás en la tiendita a un costado de la iglesia con el amigo “Don Chetos”.
En el mercado puedes encontrar una gran variedad de frutos naranjas dulces, limón, toronja y de temporadas, cosechados por los campesinos. Siguiendo hacia el puerto de Celestún, para calmar el hambre, disfruta unos ricos cocos bien fríos en los puestos que se encuentran en la orilla de la carretera, y no olvides llevarte una artesanía, son especialistas en canastas, que ahí mismo encontrarás como recuerdo de tu visita a Kinchil.
Por: Alfredo Tec Alonzo
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