Mi primera visita a Hacienda Petac fue antes de que el distanciamiento social se volviera popular, y por popular quiero decir obligatorio y un completo fastidio. Pasé cuatro noches gloriosas con 12 personas increíbles para despedir a una de mis mejores amigas. Alguien que ha estado en mi vida desde que tengo 8 años y que ha celebrado cumpleaños, bodas y fiestas con mi familia. Así que me rompió el corazón un poco cuando me dijo que se iría a vivir a otro país, pero si ya estaba decidida, teníamos que despedirla con estilo. ¿O no?
Aquí es donde entra Petac, una hacienda del siglo XVII que provee los lujos y servicios de un resort de clase mundial pero que sólo recibe un grupo a la vez. No hay un lobby atascado de gente por el que tengas que atravesar. No hay colas para que te atiendan. Lo que sí hay, es un spa y gimnasio exclusivamente para ti, una cocina equipada para aprender el arte de la gastronomía yucateca si así lo deseas y un equipo de 25 individuos dedicados a anticipar todas tus necesidades.
Día 1. Estábamos en junio y si has pasado tiempo en Yucatán, no necesito contarte sobre el calor que hacía. Llegamos por la tarde y lo primero que quisimos hacer fue ver nuestras habitaciones y conocer nuestro nuevo territorio.
Los cuartos son cómodos y hermosos, con techos altos y pisos de pasta siguiendo la estética del diseño yucateco. De reojo noté como el personal había acomodado delicadas flores de flamboyán en un diseño de Xocbichuy sobre las sábanas blancas de cada cama. Mi roomie y yo brincamos mucho de la emoción, sentimos las suaves batas de baño en nuestras mejillas e inspeccionamos los aromáticos artículos de tocador… ya sabes, lo básico cuando llegas a un magnífico hotel de lujo. Al terminar, nos dirigimos directo a la piscina con el resto del grupo para jugar, chapotear y quizá disfrutar unas seis margaritas, pero sin pasarnos. Después, cenamos los reconocidos Panuchos y Sopa de Lima de la hacienda y el resto de la noche pasó volando.
Los días siguientes estuvieron llenos de risas y memorias inolvidables, así como una pequeña excursión a Uxmal. Estar lejos de todo y de todos, nos dio la oportunidad de reconectar y disfrutar de nuestro tiempo juntos sin distractores, algo que se vuelve menos y menos común hoy en día. Fue la forma perfecta para desearle un buen viaje a una querida amiga, hermana e hija.
Si decides que necesitas unas vacaciones y optas por planear una escapada, Hacienda Petac podría ser el espacio de juegos perfecto para tí y tus seres queridos. El espacio está 100% dedicado a tu grupo, así que tienen el control total sobre qué tanto se exponen. Además, el personal está desinfectando todas las áreas y siguen los estrictos protocolos establecidos por nuestro gobierno que le han ganado a Yucatán el Sello de Viaje Seguro otorgado por el Consejo Mundial de Turismo y Viajes.
Quizá la mejor forma de describir a Hacienda Petac es por medio de un comentario hecho por un huésped: “Es como el cielo, pero con mejor servicio”. No podría estar más de acuerdo. La atención al detalle del personal es insuperable. Los alimentos son deliciosos, frescos y están listos cuando tú lo estés. Todas tus necesidades y deseos son previstos y las actividades se planean de forma impecable por un concierge personal. Traen la hospitalidad y calidez legendaria de Yucatán a tu estancia de lujo.
Para saber más o hacer una reservación:
www.haciendapetac.com
Hacienda Petac tiene siete habitaciones, un spa, gimnasio, piscina, cuarto de juegos, cocina didáctica, cuarto de medios e incluye las atenciones de un personal completo. La renta incluye todas las comidas y bebidas sin alcohol, así como transporte del aeropuerto, Wi-Fi y más. Por favor, consulta el sitio web para obtener una lista completa de servicios. Las tarifas varían según el número de huéspedes. Se prefieren grupos con un máximo de 14 personas.
Editorial por Maggie Rosado
Editora
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