Maní, Meliponario Lol-Ha ceremonia X-meen Doña Eliza by Yucatan TodayMuchas veces es difícil ver el mundo desde los ojos de personas distintas a nosotros. A veces ocurre, sobre todo con recién llegados a Yucatán, que cuesta trabajo entender por qué se pide “permiso” antes de hacer ciertas cosas en la naturaleza, como entrar a un cenote, internarse en el “monte (selva)”, o construir en un terreno campestre; incluso algunos locales lo consideran superstición. Es igual de revelador pensar en que los extranjeros se sorprenden de que en México tengamos señales que dicen “Respete las señales”. Lo que para nosotros es obvio y normal puede ser completamente foráneo e inexplicable para otros. 

 

Actualmente, es relativamente más fácil ser respetuoso y genuinamente interesarse por estas diferencias; sin embargo, hace casi quinientos años, la convicción de los europeos de su propia superioridad y la desigualdad de condiciones entre ellos y los locales se tradujeron en una pérdida profunda de saberes y conocimientos de todo tipo. Lo que sobrevive ha sido lo que se sabe y comparte en casa, en muchos casos empapado también de los saberes y costumbres de la colonia y su evolución hasta ahora. 

 

Gran parte de la responsabilidad de resguardar y transmitir estos conocimientos recae en los que se conoce como J-meenes (si son hombres) o X-meenes (si son mujeres). Aunque pensamos en ellos como sacerdotes, no son ni exactamente sacerdotes, ni exactamente curanderos, ni exactamente shamanes. Su nombre en maya los describe como “hacedores”: las personas que hacen que ciertas cosas ocurran.

 

Ceremonia maya x-meen en Maní, Meliponario Lol-Ha by Yucatan TodayLo cierto es que saben y ven cosas que, como Lizzy te explica en el artículo “Los J-meenes, sacerdotes mayas”, no todos pueden percibir; tienen una conexión especial con su entorno, ya sea por instrucción heredada o por revelación divina. Doña Eliza, por ejemplo, en Maní, aprendió de su abuela sobre las plantas y animales a su alrededor, en especial las abejas, y realiza ceremonias para restablecer el equilibrio energético de quienes la visitan para ese fin. 

 

Los equilibrios energéticos, sin embargo, no son el grueso del trabajo de los J-meenes y las X-meenes del interior del estado. Es su trabajo también curar enfermedades como el pasmo, el cirro, el mal aire y el mal de ojo, que, a pesar de ser enfermedades bien conocidas e identificadas en las comunidades mayas, no son siquiera reconocidas como reales por los médicos alópatas y, por lo tanto, no se pueden tratar por esa vía. Así, los niños, desde pequeños, saben bien qué enfermedades requieren un médico y cuáles requieren un J-meen. 

 

Así que abre tu mente a las posibilidades, y aventúrate a descubrir el espíritu, el legado y el presente maya de Yucatán. 

 

Carta editora - noviembre 2023

 

Por Alicia Navarrete
Comunicóloga nacida circunstancialmente en la Ciudad de México, pero que dice “uay” desde 1985. La vida me ha dejado ver el mundo, lo que a su vez me ha permitido descubrir cuánto amo el lugar en el que vivo. 

 

Fotografía por Sara Alba y Yucatán Today para su uso en Yucatán Today.

 

Fuentes

Jiménez-Balam, Deira; Cervera Montejano, María Dolores; and Briceño Chel, Fidencio (2021) «¡Estás Calurosa, te vas a Pasmar!: Niños Mayas como Expertos en Salud y Enfermedad,» Maya America: Journal of Essays, Commentary, and Analysis: Vol. 3 : Iss. 1 , Article 6. Available at: https://digitalcommons.kennesaw.edu/mayaamerica/vol3/iss1/6

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