Presentando: Abel Vázquez y Melva Medina, una pareja que literalmente come, respira y vive sus sueños y sus metas: compartir y enseñar el proceso creativo a todos los que entran.
Casi todo el arte mostrado, increíblemente prolífico, es de ellos dos. Los visitantes son invitados a pasar tiempo en el estudio, aprendiendo cómo trabajan los dos artistas. Ofrecen cursos a alumnos de arte de las universidades (quienes increiblemente no reciben mucha enseñanza práctica, porque la mayoría de sus cursos son conceptuales y de teoría) y también a alumnos maduros quienes simplemente quieren aprender técnicas artísticas. Y han abierto su estudio/casa a muchos eventos culturales para poetas, escritores y músicos.
Abel y Melva han estudiado en los mejores colegios de arte en México DF – La Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” (donde se conocieron como estudiantes) y La Academia de San Carlos. Sus currículumes son de muchas páginas, e incluyen exhibiciones colectivas e individuales, encargos mayores de arte, trabajos de profesor, y más.
Abel Vázquez nació en Oaxaca, y fue formado como ebanista con su padre durante su infancia. Luego estudió escultura, y hasta hoy, dice, “mis manos estan conectadas a mi cerebro, simplemente no puedo NO crear algo de cualquier pedazo de papel en la mano, una servilleta en un restaurante, o una pieza de cera.” Sus pinturas parecen esculturas de dos dimensiones, con el elemento agregado de color, parte de su patrimonio de Oaxaca. Su biografía explica que su lenguaje es universal y contemporáneo en donde deja ver un manejo temático de lo cotidiano, destacando su interés por la tierra y el espíritu, y en sus obras se ve retratada la magia, el misticismo y un gran arraigo por su cuna.
El camino por la carrera del arte para Melva Medina fue un poco mas complicado. Nacida en Morelia, Michoacán, tuvo que calmar los miedos de su familia sobre estudiar el arte como carrera, así que persiguió y logró un título de Médico Veterinario. El día de su graduación, entregó su título a sus padres… y luego regresó a su carrera de arte. Nunca ha mirado atrás. “Yo también tengo el arte corriendo en mis venas. Siempre sabía que quería trabajar haciendo lo que amo, y ayudar a otros hacer lo mismo. El arte es cómo vivo.”
En 2004, los dos disfrutando carreras exitosas de arte, decidieron salir de México DF con sus dos hijas jóvenes. Aunque realmente significó “matar la vaca”, dejando la seguridad del éxito atrás, por instinto sabían que tendrían una mejor vida en Mérida. No ha sido fácil, pero están sobreviviendo bien… o como dice Melva, “estamos aprendiendo cómo VIVIR.”
Nahualli Casa de Artistas, Calle 60 No. 405 x 43 y 45 Centro. Tel. 928 6566. www.artistsinmexico.com
Por Juanita Stein
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