Comenzamos el viaje a las 6:30 de la tarde con destino a las grutas de Calcehtok y en Oxkintok (es muy fácil llegar, solo hay que seguir la carretera rumbo a Campeche). Con el tanque lleno y unos refrigerios para el camino, tomamos la ruta pintoresca, pasando por cada uno de los pueblos y deteniéndonos a observar su belleza; entre los pueblos de paso están Umán, la hacienda de Poxilá, Chocholá (ahí se encuentra el cenote de Chen-Ha), Kopomá y Maxcanú.

Llegando a Maxcanú preguntamos a los aledaños el camino al pueblo de Calcehtok, muy amablemente nos mostraron la dirección correcta y emprendimos de nuevo el viaje; ya en la carretera a las 7:34 PM, vimos el letrero que decía Calcehtok, dimos vuelta a la izquierda buscando un lugar para comer en el pequeño pueblo. Ahí mismo entrando  como a unos 100 metros, se encuentra un puesto de comida donde venden garnachas (masa frita con frijol, carne asada, romanita, cebolla y salsa de chile habanero al gusto). Lo que mas nos impresionó fue el sabor… ¡y el precio! A dos pesos cada garnacha. Doña Inocencia nos sirvió al instante nuestra cena. Terminando de cenar le pagamos 15 garnachas y 3 refrescos mientras nos informaba que el alguacil del pueblo, Don Rubén se encontraba atendiendo su tienda «La Estrella del Oriente». Entramos y hablamos con él, preguntándole donde se localizaban las grutas y si sabía de algún lugar para acampar, nos mostró el camino a las grutas y nos dijo que no había ningún problema si acampábamos ahí.

Llegamos a la entrada de las grutas, bajamos nuestras cosas y armamos la casa de campaña para pasar la noche ahí y explorar las grutas en la mañana. A la mañana siguiente bajamos al pueblo de nuevo y nos fuimos directo con Doña Inocencia para que nos preparara unos Panuchos (tortilla frita con frijol adentro de la masa, romanita, carne y chile habanero al gusto), terminando de comer preguntamos por Jacinto Cuy Vega (guía experto de las grutas). Su casa se encuentra en la calle 23 No. 166, una casa de color azul muy sencilla. Hablamos con Jacinto y nos ofreció 3 tipos de paseo: familiar (dura alrededor de una hora), aventura (son aprox. 2 horas con pasos pecho tierra y una que otra escalada con cuerda) y el extremo (dura 5 hrs. y es para aquellos que les gusta el peligro). Nosotros en lo personal le pedimos un modo aventura con un poco de extremo, accedió y emprendimos la expedición. Hubieron varias partes donde estuvimos arrastrándonos pecho tierra, escalamos paredes, bajamos por toboganes naturales, admirando las estalactitas con diversas formas dejando volar la imaginación. La verdad es una experiencia inolvidable que les recomiendo. Saliendo de las grutas nos encaminamos a las ruinas de Oxkintok localizadas a 10 minutos de las grutas de Calcehtok.

En Oxkintoc nos topamos con un guía llamado Juan Huchim, nos llevó a las grutas de Actun Usil para dejarnos boquiabiertos con la esplendorosa caverna llena de dibujos y esculturas, permitiéndonos dejar volar a la imaginación para poder ver a los Mayas efectuando las representaciones artísticas y claro sin olvidar las hermosísimas formaciones naturales de las cavernas. Una vez terminada la visita a la gruta (un recorrido no muy largo) nos llevó al sitio arqueológico de Oxkintoc donde nos explicó con detalle cada parte de la misma.

Terminado el viaje regresamos a Mérida por el mismo camino que nos llevó a esos maravillosos lugares. Es un viaje que les recomiendo a todos y más si lo hacen de tipo aventura como lo hicimos mis 2 amigos y yo.

Editorial por Ricardo Basáñez
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