En toda comunidad hay personas que se evaden debido a conflictos sin resolver o incompatibilidad. Pero en los poblados mayas, cuando alguien sacrifica un cerdo para una ocasión especial, se sabe que todos disfrutarán del festín por igual. No se necesitan invitaciones. Las viejas heridas se disuelven con la plática y el disfrute del puerco cocido lentamente en el inigualable Pib. A lo largo del año, la carne se comparte de forma recíproca y los engranajes de la vida comunitaria se lubrican nuevamente.

Las primeras pezuñas en emigrar a Yucatán probablemente fueron las del cerdo ibérico. Se adaptó tan bien a las condiciones de su nuevo hogar, que se convirtió en un residente permanente y, a lo largo de cientos de años, se convirtió en una raza con características genéticas propias. Era lo suficientemente robusto para buscar comida en el monte y con su temperamento dócil, el Box Kekén o cerdo negro, podía manejarse en pequeños rebaños cerca del hogar. Se ganó su lugar como un ícono de la agricultura de subsistencia maya al proveer a las poblaciones con proteína mientras ayudaba en la preservación de la cultura rural y las tradiciones alimentarias.

En la década de los 70s, con poca consideración por la importancia cultural y genética del Box Kekén, agencias de gobierno y vendedores comerciales comenzaron a promover las razas americanas. La meta era “mayor productividad”. Las nuevas razas daban a luz a más crías que obtenían un gran tamaño rápidamente. La promesa de poder incrementar sus ingresos fue irresistible para las granjas tanto comerciales como pequeñas y se abrieron las puertas a la producción industrializada del puerco. El humilde Box Kekén pasó a ser una especie prácticamente en peligro de extinción.

Pero más grande no siempre significa mejor, sobre todo cuando se trata de la agricultura de subsistencia. A muchas razas exóticas no les va bien con la humedad y el calor intenso de Yucatán. Al no poder alimentarse del monte, requieren de mayores cuidados para satisfacer sus necesidades alimentarias. ¡Necesitan maíz! Y más milpas significa mayor deforestación, quemas, siembras y tiempo para atender los cultivos. Por supuesto, el tiempo de trabajo y los alimentos necesarios para mantener a estas nuevas variedades eliminan muchas de sus ventajas reproductivas.

Afortunadamente, hay un interés creciente en preservar al Box Kekén y la diversidad genética de plantas y animales yucatecas. Comienzan a preferirse las abejas meliponas silvestres por encima de las especies importadas. Se prefiere el maíz criollo a los híbridos y el pavo de monte a las versiones de granja. La población del Box Kekén va en aumento y, con esto, nuestro sentimiento de orgullo y pertenencia. No se trata tan sólo de una idea sentimental, para las poblaciones indígenas de todo el mundo, la seguridad alimentaria significa autonomía y hasta supervivencia.

Un día, al simplemente cambiar nuestros hábitos de compras, podemos ayudar a restaurar las conexiones culturales entre personas, plantas, árboles y animales y resolver muchos de los problemas de la pobreza sistémica, la degradación del medio ambiente y la pérdida de especies nativas. La elección está en nuestras manos.

 

Editorial por Lee Christie

Lee Christie practica agricultura de pequeña escala, siguiendo los principios de agricultura restaurativa y permacultura. Su enfoque está en aprender sobre la siembra de alimentos ancestrales. En 2002, construyó, y aún opera, Génesis eco-lodge en el poblado de Ek Balam. De esta forma introduce a una clientela internacional a la forma de vida del campo yucateco. Para más información, puedes escribirle por medio del sitio web de Rancho Regénesis o por WhatsApp 985 1010 277

 

Génesis Eco Oasis

WhatsApp 985 1010 277
www.genesisekbalam.com

IG: @Genesisecooasis 

 

La comida y la forma en la que producimos nuestros alimentos son de las cuestiones ambientales y sociales de mayor importancia actualmente. Afortunadamente, es fácil ayudar al comprar comida de calidad, fresca y local – directamente de sus productores.

En Mérida, el Mercado de la Tierra – Slow Food te recibe cada sábado entre 9 am y 1 pm en el Centro Comercial Colón. Este es un gran lugar para conectarte con agricultores. También puedes consultar una lista de sus vendedores en Facebook: Slow Food Mérida.

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